#Salud: Este truco con papel de aluminio derrite el hielo del congelador… y reduce tu factura de luz

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El hielo que se acumula en el congelador parece inofensivo, pero pesa más de lo que se ve en la factura. Una simple capa de escarcha hace que el aparato consuma mucha más energía y reste espacio útil a los alimentos. Cuando el hielo crece en paredes y cajones, el frío circula peor y el motor se ve obligado a trabajar durante más tiempo.

Por qué el hielo del congelador dispara la factura de luz

Cuando el interior del congelador está recubierto de hielo, el motor del congelador debe funcionar más tiempo para mantener la temperatura programada. El hielo actúa como una barrera, dificulta el paso del frío y reduce la superficie real de intercambio térmico. En estas condiciones, el consumo eléctrico puede subir entre un 30 y un 40 por ciento a lo largo del año. Además, la escarcha ocupa volumen, resta espacio disponible para los alimentos y estorba la circulación del aire frío. Por ese motivo conviene revisar el grosor del hielo y programar un deshielo cuando supera medio centímetro.

En qué consiste el truco del papel de aluminio para derretir el hielo

El papel de aluminio conduce y refleja muy bien el calor, por eso resulta un gran aliado para deshacer el hielo de forma uniforme. Al forrar las paredes interiores del congelador con láminas de aluminio, el poco calor que se introduce en el interior se reparte mejor sobre la superficie helada. Si se combina con una fuente de calor suave, el hielo se ablanda y se desprende en pocos minutos. Se trata de un método rápido, económico y seguro, siempre que el aparato esté apagado y no se usen objetos punzantes que puedan dañar las paredes.

Preparar el congelador antes de usar el papel de aluminio

Antes de empezar, es importante pensar en la seguridad y en la conservación de los alimentos congelados. Lo recomendable es vaciar el congelador y colocar los productos en una nevera portátil o en una bolsa térmica, para que mantengan el frío mientras dura la limpieza. De esta forma se evita romper la cadena de frío y se gana espacio para trabajar con comodidad en el interior.

Después, conviene apagar o dejar el aparato desenchufado. Así no sigue produciendo frío mientras el hielo se intenta derretir y se elimina cualquier riesgo eléctrico durante la manipulación. Un gesto sencillo consiste en proteger el suelo con paños o toallas, porque el agua que cae puede ser abundante cuando la capa de hielo es gruesa.

Cómo usar el papel de aluminio y el agua caliente para acelerar el deshielo

Una vez vacío y desconectado el congelador, se colocan hojas de papel de aluminio sobre las paredes interiores, en contacto directo con el hielo. No hace falta que queden perfectas, basta con cubrir bien las zonas donde la escarcha se acumula. A continuación puede introducirse en el interior una olla o un recipiente resistente con agua caliente, recién salida del grifo o calentada en la cocina.

El vapor de esa agua se expande y choca contra el papel de aluminio, que reparte el calor por toda la superficie helada. Si se cierra la puerta durante algunos minutos, el calor se concentra y el hielo se ablanda con mucha más rapidez que en un deshielo normal. Cuando se nota que las placas están flojas, se retiran con una espátula de plástico para no rayar las paredes. Por último, se pasa un paño humedecido en agua caliente para eliminar restos de hielo y dejar la superficie limpia antes de volver a enchufar el aparato.

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Foto Freepik

Cuánto se puede ahorrar con un buen deshielo del congelador

Un congelador con mucha escarcha puede consumir entre un 30 y un 40 por ciento más de electricidad, algo que se nota en el ahorro en la factura a final de año cuando se corrige. Si el deshielo se vuelve una tarea sencilla gracias al papel de aluminio, resulta más fácil repetirla cada seis meses o siempre que la capa supere medio centímetro. Ese mantenimiento regular mejora la eficiencia energética, cuida los componentes del motor, evita averías y ayuda a usar el espacio interior de forma más ordenada.

Buenos hábitos diarios para que el hielo tarde más en aparecer

Los buenos hábitos diarios completan el efecto del deshielo periódico. Mantener la puerta bien cerrada, abrir solo el tiempo justo y no introducir comida caliente ayuda a reducir la humedad que se convierte en escarcha. También conviene revisar de vez en cuando el estado de la goma de la puerta y evitar que los cajones vayan sobrecargados, porque el aire frío necesita huecos para circular.

Cuando estas rutinas se mantienen durante todo el año, el hielo tarda más en aparecer y el consumo anual de electricidad se mantiene bajo control. Cuidar la temperatura de los alimentos antes de guardarlos, dejar que se enfríen a temperatura ambiente y organizar mejor los productos congelados son pequeños gestos que suman en el resultado final.

Un simple truco casero como el uso de papel de aluminio convierte el deshielo del congelador en una tarea rápida, barata y fácil de repetir. Cada sesión de limpieza se traduce en menos hielo, un motor que sufre menos y más ahorro en la factura de luz. Quien lo prueba suele incorporar este método a su rutina de mantenimiento y gana en comodidad, orden y vida útil para su aparato.

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