#Salud: Este ritual de primavera podría empeorar tus alergias

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Con la llegada de la primavera, muchas personas sienten la
necesidad de renovar sus espacios, ventilar habitaciones y sacudir
tapetes con energía. Este ritual de limpieza
primaveral
, que ha pasado de generación en generación,
busca dejar atrás el invierno y refrescar el hogar. Sin embargo,
para quienes sufren de
alergias
estacionales,
algunas prácticas comunes pueden ser contraproducentes.

Aquí se analiza cómo este ritual puede intensificar los síntomas
alérgicos, qué factores están en juego y qué medidas permiten
minimizar el impacto en la salud.

Cuando
limpiar significa más exposición al polen

En primavera, los niveles de polen alcanzan su punto máximo.
Mientras las ventanas se abren y sacudimos alfombras, polvos y
pelos se dispersan junto con el polen que flota libre en el
aire.
Muchos creen que limpiar a fondo eliminará los
alérgenos, pero en realidad, ciertas rutinas pueden liberar
partículas atrapadas, incrementando la exposición justo en el
momento más crítico.

Ventilar durante el amanecer o el atardecer,
que son los horarios con mayor concentración de polen, puede
facilitar que entren grandes cantidades de este alérgeno al hogar.
A su vez, usar escobas o plumeros tradicionales tiende a levantar
polvo y polen acumulados en superficies, intensificando los
síntomas como estornudos, congestión nasal y picazón ocular.

El
papel del polen y el moho en el hogar primaveral

No sólo el polen causa molestias. Durante la limpieza profunda
en primavera, se remueven muebles y objetos guardados durante
meses, zonas en las que la humedad favorece el crecimiento
de moho
. Al mover estos objetos, las esporas de moho se
dispersan y entran en contacto con las vías respiratorias.

El cambio climático también agrava estas molestias. Las
temperaturas más altas y la reducción de heladas hacen que la
temporada de polen empiece antes y dure más. Esto significa que el
“limpieza de primavera”, lejos de ayudar, podría coincidir con uno
de los peores momentos para quienes padecen rinitis
alérgica
o asma.

Factores
ambientales que agravan los síntomas

En días secos y ventosos, el polen y las esporas de moho se
esparcen con mayor rapidez y facilidad. Estos factores, sumados a
los rituales de ventilación y limpieza intensa,
pueden hacer que el hogar se convierta, momentáneamente, en un
espacio poco seguro para los alérgicos.

A diferencia de lo que muchos piensan, la lluvia ofrece alivio
temporal al “despejar” el aire de alérgenos. Sin embargo, una vez
seca la superficie, el polen vuelve a estar presente y el ciclo
continúa.

Foto Freepik

Malas
prácticas durante el ritual de primavera

Algunas costumbres pueden empeorar los síntomas alérgicos sin
que las personas lo noten:

Cada una de estas acciones aumenta el contacto con partículas
irritantes. También se observa un aumento en la
fatiga
y disminución en la calidad del sueño de quienes
enfrentan alergias persistentes durante la temporada.

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Estrategias
para reducir el impacto de la limpieza

Para minimizar el riesgo, hay que cambiar algunos enfoques. Se
recomienda limpiar con trapos húmedos en vez de
secos, elegir aspiradoras con filtro HEPA, y ventilar solo cuando
el conteo de polen sea bajo (consultando regularmente el nivel
atmosférico en su ciudad).

Las fundas antipolvo para colchones y almohadas
ayudan a controlar los ácaros, mientras que lavar cortinas y ropa
de cama con frecuencia reduce la acumulación de alérgenos. Otro
consejo valioso es limitar el acceso de animales domésticos a las
habitaciones donde las personas duermen, pues sus pelos y caspa
pueden desencadenar síntomas adicionales.

Controlar la humedad ambiental con deshumidificadores también
resulta importante para frenar la proliferación de moho. Además,
después de completar la limpieza primaveral, una ducha rápida ayuda
a eliminar restos de polen y polvo adheridos al cabello y la
piel.

El
auge de los remedios naturales y cambios en el estilo de
vida

El uso de infusiones, aceites esenciales y cambios simples en la
dieta están cobrando fuerza como complemento para aliviar los
síntomas. Aunque no sustituyen un tratamiento médico, pueden sumar
bienestar.

Algunas personas encuentran alivio con el consumo de
miel
local aunque su efecto depende del tipo de alergia
y otras exploran la acupuntura
o la reflexología para
buscar controlar el malestar respiratorio.

El monitoreo constante de los niveles de polen, junto con estas
modificaciones simples, permite anticipar los picos de alergia y
ajustar la rutina de higiene doméstica, priorizando siempre la
salud sobre la tradición.

Adaptar el
hogar y la rutina a la primavera

La llegada de la primavera invita a renovar el hogar, pero
hacerlo sin prestar atención a los alérgenos del
ambiente
puede traer más complicaciones que beneficios.
Cuidar los detalles al limpiar, elegir el momento oportuno para
ventilar y modificar ciertas costumbres son pasos sencillos que
transforman la experiencia, favoreciendo la calidad de
vida
de quienes sufren alergias.
Renovar el hogar sí, pero nunca a costa de la salud.

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