El efecto de la sal añadida a la mesa y el riesgo de cáncer
de estómago
El sencillo gesto de añadir sal al plato justo antes de comer
parece inocente. Sin embargo, la evidencia científica respalda que
esto incrementa el riesgo de
cáncer gástrico. Estudios extensos, como uno realizado en Reino
Unido con más de 470,000 adultos seguidos por más de una década,
demostraron que los individuos que añaden sal de forma habitual
presentan cerca de un 40% más de probabilidades de padecer este
cáncer respecto a quienes no adoptan esa
costumbre.
Las cifras fueron similares entre países de Asia y
Occidente, a pesar de las diferencias culturales y en los
hábitos culinarios. Mientras la Organización Mundial de la Salud
recomienda no exceder los 2 gramos de sodio al día, muchas
poblaciones rebasan ampliamente esta cantidad.

Hallazgos
clave de estudios recientes sobre el consumo de sal
La investigación epidemiológica más robusta sobre este tema
reveló una relación directa entre la frecuencia con la que se añade
sal en la mesa y el riesgo de sufrir cáncer gástrico. El análisis
de datos mostró que la excreción de sodio en la orina, indicador
del consumo real de sal, guarda una relación positiva con este
hábito.
Los estudios también demostraron que la ingesta elevada de
alimentos salados (como carnes curadas, encurtidos y productos
procesados) elevan aún más el riesgo, ya que promueven
procesos inflamatorios crónicos y daño persistente
en el revestimiento del estómago.
Impacto de la sal sobre las células gástricas y el papel de
Helicobacter pylori
El exceso de sal daña la mucosa gástrica, volviéndola más
vulnerable a lesiones. Este daño facilita la colonización del
estómago por la bacteria Helicobacter pylori,
reconocida por la OMS como uno de los principales agentes
carcinógenos gástricos. La sal, en cantidades elevadas, parece
activar genes bacterianos que vuelven a la bacteria más agresiva y
resistente. El resultado es una mayor inflamación, gastritis
crónica, formación de compuestos nitrosos carcinógenos y un entorno
propicio para la transformación maligna de las células.
A largo plazo, el consumo excesivo de sal conduce a lesiones
precancerosas, como la gastritis atrófica y la metaplasia
intestinal. Todo esto crea un camino silencioso, pero firme, hacia
el cáncer gástrico.
Diferencias entre sal añadida, sal utilizada en la cocción y
otros alimentos salados
No toda la sal afecta igual al organismo. La sal añadida
en la mesa se absorbe rápidamente y en grandes cantidades,
lo que intensifica el daño a corto plazo. Cuando se utiliza sal en
la cocción, una parte se pierde o se diluye con el agua y los
ingredientes, por lo que su impacto metabólico es menor.
Por otro lado, los alimentos ultraprocesados, muy habituales en
dietas modernas, contienen sal “oculta”, lo que sube el consumo
diario sin que la persona lo perciba. Sin embargo, el acto de salar
la comida justo antes de consumirla expone directamente la mucosa
gástrica a concentraciones puntuales y elevadas de
sodio, un factor decisivo para el desarrollo del cáncer
gástrico.

Otros factores que favorecen el cáncer de estómago y cómo
prevenirlo
El cáncer gástrico es una enfermedad compleja, influenciada
tanto por el estilo de vida como por componentes genéticos y
ambientales. Conocer estos factores y aplicar medidas sencillas
puede reducir mucho el riesgo.
Factores modificables: dieta, tabaco, alcohol y otros
riesgos ambientales
Fumar multiplica por dos el riesgo de cáncer de estómago. El
tabaco contiene compuestos que favorecen la inflamación y potencian
el daño celular causado por el exceso de sal y la infección por
Helicobacter pylori.
El consumo habitual de alcohol promueve el daño a la mucosa
digestiva y altera la capacidad de reparación celular. A ello se
suma la obesidad, que influye negativamente en los sistemas
inmunológico y hormonal del organismo.
Una dieta baja en vegetales y frutas, y alta en productos
procesados, refuerza el círculo de riesgo. La falta de
antioxidantes naturales disminuye la defensa frente al daño
oxidativo que puede causar la aparición y desarrollo de
células malignas en el estómago.
Influencia
de la genética y otros factores no modificables
No todas las personas presentan el mismo nivel de riesgo. La
edad es clave: la incidencia del cáncer gástrico crece de forma
marcada a partir de los 60 años. Las personas con antecedentes
familiares, sobre todo si un familiar de primer grado ha padecido
esta enfermedad, deben prestar especial atención a sus hábitos y
realizar chequeos médicos regulares.
Algunas variantes genéticas relativas a la reparación del ADN o
a los mecanismos inflamatorios, como la mutación del gen
CDH1, incrementan la susceptibilidad. Incluso el
grupo sanguíneo A ha mostrado una mayor predisposición en diversos
estudios clínicos internacionales.
Recomendaciones prácticas para reducir el riesgo de cáncer
gástrico
Los cambios cotidianos y sostenibles en la alimentación y el
estilo de vida ofrecen una protección poderosa frente al cáncer
gástrico. Cocinar sin sal, controlar el etiquetado de los
productos, y priorizar el uso de especias, hierbas y jugos cítricos
para potenciar los sabores, ayuda a reducir notablemente el
consumo de sodio.
El incremento en la ingesta de vegetales frescos, como el
brócoli (rico en sulforafano), así como frutas y legumbres,
introduce antioxidantes y fitoquímicos capaces de proteger la
mucosa gástrica. Los probióticos contribuyen a mantener un
ecosistema bacteriano saludable, lo que resulta útil para limitar
el daño celular y equilibrar la respuesta inmunitaria local.
La erradicación de Helicobacter pylori mediante
el diagnóstico oportuno y el tratamiento antibiótico reduce casi a
la mitad el riesgo de cáncer gástrico en poblaciones de alto
riesgo. Mantener un peso saludable, evitar el consumo de tabaco y
alcohol, y acudir al médico ante síntomas digestivos inusuales
completa el enfoque preventivo.
Adoptar estas estrategias no solo disminuye las probabilidades
de
cáncer gástrico, sino que también favorece una mejor digestión
y calidad de vida. Cambios pequeños pero constantes logran
proteger, a largo plazo, la salud del estómago de toda la
familia.



