#Salud: Esta es la temperatura ideal para lavar tu ropa y matar todos los gérmenes y bacterias

0
283


Lavar la ropa a la temperatura correcta no solo ayuda a que las
prendas se mantengan limpias, frescas y bonitas sino que también
ofrece una barrera importante contra gérmenes y bacterias
invisibles. Adoptar la práctica adecuada mantiene la salud y el
bienestar en casa, especialmente cuando se convive con niños,
personas sensibles o mascotas.


Temperaturas recomendadas y su eficacia para eliminar
bacterias y gérmenes

Las investigaciones más recientes confirman que la
temperatura óptima para lavar
ropa
y eliminar microorganismos
como bacterias y
ácaros es de aproximadamente 40 °C. A esa
temperatura, un ciclo completo y el uso de detergentes adecuados
resultan eficaces contra la mayoría de los patógenos presentes en
textiles de uso diario, sin dañar la estructura de las telas ni
aumentar de manera notable el gasto energético.

En el caso de la ropa de cama, toallas o textiles en
contacto frecuente con fluidos biológicos
, algunos
expertos aconsejan subir a 60 °C, especialmente
tras enfermedades o en situaciones donde se busca una desinfección
a fondo. Sin embargo, para el uso regular y cotidiano, un rango de
40 °C a 60 °C garantiza limpieza suficiente y
protección para todos los miembros de la familia, mientras se
prolonga la vida útil de la ropa.

Cuando se trata de prendas delicadas, la tendencia es optar por
temperaturas más bajas, combinando el lavado con
productos específicos que potencian la eliminación de
microorganismos sin perjudicar fibras sensibles. Los detergentes
modernos contienen enzimas y compuestos antimicrobianos que
refuerzan la limpieza aunque la temperatura no supere los
40 °C.


Lavar a 40 °C: equilibrio entre limpieza y cuidado de las
telas

El lavado a 40 °C aparece como el punto justo
donde convergen la eficacia contra microbios y el
adecuado cuidado de los tejidos. Con esta
temperatura, la lavadora, combinada con la acción química del
detergente, logra penetrar en las fibras y desactivar la mayoría de
los patógenos que se encuentran tras el uso común de prendas y ropa
de cama.

Esta opción resulta compatible con casi todo tipo de materiales,
incluyendo algodón, sintéticos, mezclas y prendas deportivas.
Además, el consumo de energía es considerablemente menor en
comparación con los lavados a altas temperaturas; esto beneficia
tanto al bolsillo como al planeta.

Gracias a los avances en formulaciones, las marcas de detergente
han diseñado productos activos incluso en ciclos con agua fría o
tibia. Estos aditivos mantienen su poder limpiador y desinfectante
en temperaturas moderadas, facilitando una rutina
más responsable y seguro para las prendas.


Lavados a 60 °C o más: cuándo son necesarios y riesgos
asociados

Elegir lavar a 60 °C o más debe reservarse para
situaciones específicas en las que se busca la máxima eliminación
de virus, bacterias o parásitos. Esto se recomienda en ropa
hospitalaria, prendas manchadas con sangre o fluidos, brotes
virales
en el hogar y durante episodios gastroentéricos en
la familia.

Aunque este método es efectivo para neutralizar casi cualquier
microorganismo, el calor constante acelera el deterioro del
textil
: puede provocar destiñe, encogimiento y desgaste de
las fibras. Por tanto, se reserva para ciclos cortos y prendas
resistentes, como sábanas blancas, toallas útiles y ropa destinada
exclusivamente a limpieza o trabajo sanitario.

Para evitar daños, conviene dar la vuelta a la ropa, usar bolsas
de lavado para prendas delicadas y no sobrecargar la lavadora.
Seguir las indicaciones del fabricante y revisar las etiquetas
facilita un lavado seguro incluso si el episodio requiere
temperaturas elevadas.

Foto Freepik


Buenas prácticas para maximizar la desinfección y el cuidado
textil

La desinfección va más allá de la sola selección de la
temperatura. Crear una rutina efectiva garantiza
que la lavadora mantenga su poder para limpiar y que cada prenda
salga libre de gérmenes y bien conservada, sin importar la
frecuencia del uso o el tipo de tejido.

Te podría interesar:

Adoptar hábitos como clasificar la ropa según tipo,
color y nivel de suciedad
permite destinar ciclos más
intensos a las prendas que realmente lo necesitan, reservando
lavados suaves y tibios para colores y materiales delicados. El uso
adecuado de programas de la lavadora mejora la eficiencia y el
resultado final.

El secado y ventilado inmediato después del lavado también juega
un papel fundamental en impedir la proliferación de moho y
bacterias, sobre todo en climas húmedos o temporadas de frío.

Selección
y uso de detergentes y aditivos antimicrobianos

La elección del detergente correcto sube la
eficacia de cualquier ciclo de lavado, sin importar si es en frío,
templado o caliente. Los productos con enzimas activas,
desinfectantes o aditivos antimicrobianos
actúan como
refuerzo, especialmente en situaciones donde no es recomendable
aumentar la temperatura.

Hay alternativas como el oxígeno activo y los productos
bactericidas que potencian la limpieza en lavados de baja o media
temperatura. Esta combinación protege la ropa y resulta
indispensable para hogares donde los residentes presentan algún
cuadro de salud o la ropa está en contacto con mascotas.

Asegurarse de usar la dosis correcta y nunca sobrecargar la
lavadora permite que estos compuestos lleguen a todos los tejidos,
evitando la acumulación de residuos.

Ciclos largos
y mantenimiento de la lavadora

Para garantizar que el proceso sea realmente efectivo, combinar
ciclos largos y profundos con un buen
mantenimiento del electrodoméstico ayuda a erradicar gérmenes que
pueden quedar atrapados en el tambor u otros recovecos de la
lavadora. Un tambor limpio evita que microorganismos residuales
vuelvan a las prendas recién lavadas.

Limpiar bandejas, gomas y tambor con productos específicos,
además de ventilar la puerta tras cada uso, mantiene el interior
libre de humedad y olores, dificultando el desarrollo de bacterias
y moho. Programar un lavado de mantenimiento ocasional,
preferiblemente a 60 °C, es una acción preventiva simple y
efectiva.

Aplicar estas medidas favorece que cada ciclo sea lo más
higiénico y eficiente posible, cuidando tanto la ropa como
la máquina a largo plazo.

La correcta combinación de temperatura, productos y técnicas de
lavado profesionaliza la rutina doméstica. Mantener estos hábitos
reduce riesgos para la salud, cuida las prendas y optimiza el
consumo energético en cada colada.

¿Le resultó útil este artículo?



Source link