#Salud: Esta es la razón por la que te ves mejor en el espejo que en las fotos

0
144


Mirarte en el espejo y luego comparar lo que ves con una foto
puede ser, para muchos, un momento desconcertante. ¿Por qué esa
imagen que tanto conoces no se refleja igual cuando la cámara hace
su magia? Si esto te suena familiar, no estás solo. Existen varias
razones psicológicas, técnicas y hasta biológicas que explican este
fenómeno.

Tu reflejo más
familiar

Cuando te miras en el espejo, lo que estás viendo es una
imagen invertida de ti mismo, lo que significa que el lado
derecho de tu cara se ve en el lado izquierdo del reflejo, y
viceversa. A lo largo de tu vida, te has acostumbrado a este
reflejo porque es lo que ves todos los días y tu cerebro lo percibe
como la versión más “normal” y familiar de ti mismo.

Por otro lado, las fotos te muestran como realmente te ven otras
personas, sin esa inversión. Este contraste puede sorprender, sobre
todo porque nuestros rostros no son perfectamente simétricos.
Cualquier pequeña asimetría que normalmente no notas frente al
espejo puede volverse más obvia en imágenes.

Psicología
de la percepción: el efecto de la familiaridad

Existe un término conocido como el “principio de
familiaridad”
, que básicamente significa que tendemos a
preferir lo que conocemos. Como estamos más acostumbrados a nuestra
imagen reflejada en el espejo, es lógico que la prefiramos. En
cambio, las fotos presentan una versión de nosotros que no solemos
ver y, al ser distinta, puede resultarnos menos atractiva o incluso
extraña.

Además, las fotografías congelan un momento en particular, tal
vez esa sonrisa ligeramente forzada o ese ángulo incómodo no
representan cómo te ves la mayoría del tiempo. En el espejo, en
cambio, te mueves, ajustas expresiones y controlas cómo te
percibes.

Foto Freepik

Así es
como las cámaras distorsionan la realidad

Aunque no lo parezca, las cámaras no capturan una imagen “real”
de ti, ya que todo depende de factores técnicos como el lente, la
iluminación y el ángulo.

  • Lentes fotográficos: algunos lentes, como los
    de gran angular, pueden distorsionar las facciones de tu rostro.
    Por ejemplo, tu nariz puede parecer más grande o tus ojos más
    pequeños dependiendo del tipo de lente utilizado.
  • Ángulo de la cámara: la posición de la cámara
    influye mucho en cómo se perciben tus rasgos. Un ángulo por debajo
    o por encima del nivel de los ojos puede alterar las proporciones
    de tu rostro.
  • Iluminación: las sombras pueden hacer que
    ciertas características destaquen más en una foto que en el espejo.
    En casa, frente al espejo, la luz es más uniforme y, por ende, más
    favorecedora.

Estas variaciones entre lo que la cámara “ve” y lo que tus ojos
perciben pueden ser motivo suficiente para sentirte menos
satisfecho con tus fotos.

Te podría interesar:

El cerebro y sus
trucos

Para empezar, tendemos a tener una imagen de nosotros mismos más
positiva de lo que puede reflejarse en una foto. Cuando nos miramos
en el espejo, no analizamos cada pequeño detalle; más bien vemos
una versión idealizada, alimentada por nuestra percepción y

autoestima
.

Por otro lado, las fotos son más objetivas y no tienen en cuenta
la gesticulación natural o el contexto, que en la vida real
complementan cómo te ven los demás. Esta desconexión puede ser un
golpe a nuestra autopercepción, especialmente si ya somos críticos
con nuestra apariencia.

Cómo aceptar
ambas versiones de ti mismo

Saber que lo que ves en el espejo y en las fotos son versiones
diferentes de la misma persona puede ayudarte a aceptar mejor ambas
imágenes. Aquí hay algunas formas de hacerlo:

  • Usa ángulos y lentes que te favorezcan:
    experimenta con la posición de la cámara y la iluminación hasta
    encontrar una configuración que te haga sentir más cómodo.
  • Recuerda que nadie es perfecto: las pequeñas
    imperfecciones que notas en una foto son normales. De hecho, son
    las mismas características que te hacen único.
  • Practica la autocompasión: en lugar de
    enfocarte en lo que no te gusta, intenta resaltar lo que te agrada
    de ti mismo. Todos tenemos detalles que merecen ser valorados.

Recuerda que ninguna es “mejor” o “peor”, ambas son reflejos de
quién eres. Así que la próxima vez que una foto no te guste tanto,
recuerda: tu esencia no cambia, sin importar el ángulo o el
lente.

¿Le resultó útil este artículo?



Source link