Dormir
sobre el lado derecho: consecuencias para la salud
En muchos hogares, dormir
sobre el lado derecho es común. Sin embargo, hacerlo de forma
rutinaria puede generar más problemas de los que parece resolver.
El lado derecho no es la mejor opción si buscas cuidar el estómago
o mejorar la calidad del sueño. Cuando se duerme en esta postura,
el cuerpo enfrenta a la gravedad, lo que dificulta el retorno de
los jugos gástricos al estómago.
Para quienes tienen acidez o reflujo, acostarse sobre el lado
derecho aumenta el riesgo de molestias. La digestión se vuelve más
lenta y los trastornos digestivos pueden intensificarse durante la
noche, afectando tanto el descanso como el bienestar al día
siguiente. Además, esta postura favorece la compresión de ciertos
órganos y reduce el drenaje linfático, lo que puede incrementar la
sensación de pesadez y favorecer la retención de toxinas.

El
impacto en el reflujo gástrico y la digestión
Al acostarse del lado derecho, el estómago queda más alto que el
esófago. Esto facilita que los ácidos estomacales
suban desde el estómago hacia la garganta. La consecuencia es un
aumento en la irritación, el ardor y la inflamación. Quienes
presentan enfermedad por reflujo gastroesofágico
(ERGE) suelen notar que los síntomas empeoran al adoptar
esta postura, ya que se requiere un esfuerzo extra para que el
esfínter esofágico impida el regreso de los jugos gástricos.
Dormir de este lado también hace que la digestión sea menos
eficiente. El cuerpo debe trabajar “cuesta arriba”, complicando el
vaciado gástrico y el paso de los alimentos hacia el intestino. Por
esto, no sorprendería que las personas con digestión lenta o
hinchazón encuentren menos alivio al dormir de este modo.
Elegir otra postura puede mejorar por mucho el confort
nocturno y reducir el ardor.
Efectos en la
respiración y los ronquidos
No solo el estómago sufre las consecuencias de dormir sobre el
lado derecho. Las vías respiratorias pueden
comprimirse, lo que favorece la aparición de ronquidos y aumenta el
riesgo de pausar la respiración mientras se duerme, conocido como
apnea del sueño. En comparación con otras
posturas, acostarse del lado derecho puede cerrar parcialmente la
garganta y limitar el flujo de aire hacia los pulmones.
Este efecto resulta problemático para quienes ya luchan con
congestión nasal, asma o apnea. La obstrucción
parcial que genera esta posición complica la oxigenación y
puede hacer que el sueño sea menos reparador. Así, el cuerpo recibe
menos oxígeno y las fases profundas del sueño se alteran,
provocando despertares frecuentes y fatiga al día siguiente.

Posturas
alternativas y sus beneficios comprobados
Dormir sobre el lado izquierdo es más que una
recomendación. La evidencia señala beneficios claros en digestión,
circulación y salud general. Esta postura usa la gravedad a favor,
ayudando al estómago a mantener los ácidos donde deben estar. El
cuerpo elimina toxinas con más eficacia y la distribución
de la sangre hacia órganos clave mejora, aliviando la
carga sobre el corazón, los riñones y el hígado.
El lado izquierdo también ayuda a prevenir dolores en la parte
baja de la espalda y favorece un descanso más profundo. El drenaje
linfático ocurre sin obstáculos y la recuperación muscular se ve
optimizada. Muchas personas que deciden cambiar de lado reportan
mejoras en la calidad del sueño, una digestión más cómoda y menos
despertares nocturnos.
Ventajas
digestivas y circulatorias de dormir del lado izquierdo
El movimiento de los alimentos desde el
estómago hacia el intestino se vuelve más eficiente. La gravedad
ayuda a mantener el bolo alimenticio en el camino correcto,
evitando el ascenso de los ácidos gástricos. Esto significa menos
riesgo de acidez, menor ardor y digestiones ligeras.
Además, dormir sobre el lado izquierdo favorece la
eliminación de toxinas. El sistema linfático
trabaja sin obstáculos, permitiendo que los residuos metabólicos
sean transportados y evacuados de forma natural. También se ha
visto que el lado izquierdo facilita la circulación sanguínea, ya
que el corazón se encuentra en una posición más natural y sin tanta
presión, lo que beneficia la función de este órgano y de los
riñones.
La presión sobre el hígado se reduce y la sangre fluye con mayor
libertad hacia los órganos abdominales, mejorando su funcionamiento
durante el sueño y previniendo sensaciones incómodas como hinchazón
o pesadez por la mañana.
Beneficios
para embarazadas y personas con apnea de sueño
Las mujeres embarazadas suelen recibir la
recomendación de dormir sobre el lado izquierdo. Esta postura
asegura que el útero no presione la vena cava, un
conducto esencial para el retorno de la sangre al corazón. Como
consecuencia, mejora el riego sanguíneo hacia la placenta y el
feto, protegiendo la salud de ambos.
Quienes viven con apnea del sueño también
hallan ventajas concretas.
Dormir del lado izquierdo ayuda a mantener abiertas las vías
respiratorias, reduciendo la tendencia a roncar y favoreciendo una
respiración fluida. Esto eleva la calidad del sueño y reduce el
riesgo de microdespertares, tan comunes en personas que sufren de
este trastorno.
Para ambos grupos, la posición lateral izquierda disminuye la
presión sobre la espalda baja y los órganos internos. Esto
contribuye a un sueño más reparador, menos interrupciones y un
despertar con más energía.
Dormir bien es un hábito que se construye con pequeños cambios.
Elegir la postura correcta puede transformar tanto la noche como el
día. Entender los riesgos de dormir sobre el lado
derecho y los beneficios de adoptar opciones más
saludables lleva a un descanso de mejor calidad y a una vida más
plena. La ciencia respalda que una postura adecuada al dormir va
mucho más allá de la comodidad: cuida el corazón, ayuda a la
digestión, protege la circulación y mejora la respiración. Dejar
atrás viejas costumbres y probar un cambio de lado puede ser el
primer paso hacia noches más tranquilas y salud renovada.



