#Salud: El yoga es la solución perfecta para dormir mejor, según los expertos

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Dormir bien se ha convertido en un desafío para millones de
personas. El ritmo de vida actual, la exposición permanente a
pantallas y el estrés constante elevan los registros de insomnio y
trastornos del sueño. Frente a este panorama, expertos y evidencia
científica reconocen al yoga como un aliado
natural
para lograr un descanso reparador. No se trata
solo de una tendencia; es una recomendación respaldada por
investigadores y profesionales de la salud que han observado
cambios reales en quienes lo practican regularmente.


El yoga,
con su enfoque en la atención plena, el control de la
respiración y el movimiento suave, ofrece una vía para reconectar
cuerpo y mente al final del día, preparando el terreno perfecto
para dormir profundamente.


¿Por qué el yoga mejora el sueño? Fundamentos científicos y
experienciales

Estudios recientes muestran que el yoga reduce la
actividad del sistema nervioso simpático, el
responsable del estado de alerta y la respuesta al estrés, mientras
activa el sistema parasimpático, el cual promueve la relajación y
el descanso. Las posturas suaves, la respiración
consciente
y la meditación generan un efecto calmante
sobre el cerebro, disminuyendo los niveles de ansiedad y el ritmo
cardíaco.

Según la evidencia recopilada por los Institutos Nacionales de
Salud y publicaciones especializadas, el yoga ayuda a bajar los
niveles de cortisol (hormona del estrés) y mejora
la producción de melatonina, fundamental en el ciclo sueño-vigilia.
Expertos coinciden en que la clave está en la
continuidad y en evitar prácticas extenuantes a última hora. Las
clases de intensidad baja, las secuencias relajantes y los
ejercicios de respiración situados en la noche logran los mejores
resultados.

Quienes han incorporado el yoga a su rutina nocturna no solo
informan mejoras en el descanso, sino también una mayor
sensación de bienestar,
menos rumiaciones mentales al
acostarse y mejor manejo del estrés cotidiano.

Relajación
profunda y regulación del sistema nervioso

El paso del estado de alerta al de descanso puede ser complicado
tras un día lleno de estímulos. El yoga facilita esta transición
estimulando el sistema nervioso
parasimpático, imprescindible para dormir bien.
Las series suaves y la respiración lenta enseñan al cuerpo a soltar
la tensión muscular acumulada en cuello, hombros y espalda; además,
ofrecen un espacio mental donde las preocupaciones pierden
fuerza.

La combinación de posturas restaurativas y atención
plena
permite que los pensamientos intrusivos, tan comunes
por la noche, pierdan intensidad. Esto prepara la mente y el cuerpo
para el sueño, evitando el ciclo de insomnio y sobreexcitación que
tantas personas sufren.

Foto Freepik

Evidencia
empírica: resultados de estudios recientes

La literatura científica coincide: el yoga mejora la calidad y
la duración del sueño en adultos mayores, personas con insomnio y
también en quienes buscan prevenir problemas de sueño. Diversos
estudios han registrado una reducción en la
latencia
(el tiempo que se tarda en conciliar el sueño),
menos despertares nocturnos y una mayor profundidad en las fases de
descanso.

Una investigación citada en la Revista Científica de Salud y
Desarrollo Humano muestra que ocho semanas de práctica regular de
yoga logran un descenso significativo en los síntomas de insomnio y
ansiedad. Otros trabajos indican que quienes practican yoga dos o
tres veces por semana reportan menos cansancio
diurno
y mayor energía durante el día. La clave no está en
la duración de la sesión, sino en la constancia y en adoptar una
actitud de disfrute sin presión de resultados inmediatos.

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Prácticas
de yoga recomendadas para dormir mejor

La forma en la que se practica yoga influye directamente en sus
efectos sobre el descanso. Para la noche, los expertos aconsejan
evitar estilos intensos o dinámicos y priorizar secuencias
restaurativas
, meditación guiada y ejercicios de
respiración profunda. La elección de la rutina debe adaptarse a la
experiencia y flexibilidad de cada persona, sin forzar posiciones
ni caer en la autoexigencia.

Incluir yoga en la noche como un ritual para desconectar del día
permite que la mente y el cuerpo entren en un estado de calma. Los
errores más frecuentes, como realizar sesiones vigorosas antes de
acostarse, pueden alterar los ritmos internos y dificultar el
descanso.

Posturas
de yoga y secuencias efectivas para la noche

Algunas posturas tienen un efecto especialmente relajante.
Balasana (postura del niño) ayuda a aliviar la
tensión en la espalda y aporta seguridad. Supta Baddha
Konasana
(postura del ángulo cerrado reclinado) abre
caderas y facilita la respiración profunda. Viparita
Karani
(piernas en la pared) favorece el retorno venoso y
relaja las piernas, cansadas tras la jornada.

Finalizar con Savasana (postura del cadáver) es
fundamental: permite que la mente y el cuerpo integren los
beneficios de la sesión. Permanecer inmóvil en esta postura,
centrando la atención en la respiración, lleva al cerebro a un
estado de relajación superior, ideal como antesala al sueño.

Técnicas
de respiración y mindfulness para favorecer el descanso

El manejo de la respiración es piedra angular del
yoga nocturno
. La respiración abdominal reduce
el ritmo cardíaco y apaga la respuesta de estrés. El Nadi
Shodhana
(respiración alterna por las fosas nasales)
equilibra hemisferios cerebrales y calma la mente, facilitando la
desconexión de pensamientos repetitivos.

La técnica 4-7-8 consiste en inhalar durante
cuatro segundos, retener el aire siete y exhalar lentamente en
ocho. Este patrón induce al cerebro a un ritmo tranquilo,
promueve el sueño profundo y reduce la ansiedad.
Complementar estas prácticas con mindfulness o meditación guiada
ayuda a cerrar el día soltando preocupaciones y asentando una
actitud positiva hacia el descanso.

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