Hoy queremos hablar sobre un síntoma pequeño pero
crucial, que a menudo ignoramos y que podría marcar la
diferencia entre la vida y la muerte. Este artículo te ayudará a
identificarlo y entender su importancia para actuar a tiempo.
¿Qué es un infarto y
cómo sucede?
Un infarto ocurre cuando una arteria coronaria se bloquea,
impidiendo que el flujo de sangre llegue al corazón. Esto daña
seriamente el músculo cardíaco. La obstrucción generalmente es
causada por la acumulación de placa, una mezcla de colesterol y
grasa que se desarrolla en las paredes internas de las arterias. Si
esta placa se rompe, puede formarse un coágulo que detiene el flujo
sanguíneo.

¿El resultado? Si no se trata de inmediato,
puede ser fatal. Aunque los síntomas más comunes son el dolor en el
pecho o el brazo, hay otros mucho más silenciosos que
suelen ser ignorados.
El síntoma que nadie
nota
Un signo menos conocido pero crítico es un malestar
inexplicable en la región del cuello, la mandíbula o la parte
superior del abdomen. A veces, solo se siente como una
molestia leve, como si algo estuviera fuera de lugar, pero no lo
suficiente para alarmar a quien lo vive. Es fácil descartarlo,
especialmente si no hay dolor intenso. Sin embargo, este síntoma
puede ocurrir horas, días o incluso semanas antes de un infarto
severo.
Este tipo de señales son más comunes en mujeres, quienes también
suelen experimentar fatiga extrema y náuseas como
síntomas previos. Los hombres, por otro lado, tienden a manifestar
el característico dolor opresivo en el pecho.
Señales previas que
no debemos ignorar
Además del síntoma mencionado, hay otras señales que podrían
indicar un peligro inminente:
- Cansancio inusual: Muchas personas reportan
sentirse agotadas sin causa aparente, incluso realizando
actividades simples como caminar o subir escaleras. - Falta de aire: Respirar puede volverse
incómodo, incluso en reposo. Esto, acompañado de una sensación de
presión en el pecho, es una alerta roja. - Mareos o vértigo: Experimentar desorientación
puede ser una advertencia de que algo no está funcionando
correctamente en tu sistema cardiovascular.
¿Por qué ignoramos
estas señales?
Uno de los mayores problemas es que estos síntomas suelen
confundirse con problemas menores, como estrés o indigestión.
Además, el ritmo acelerado de la vida diaria hace que ignoremos
molestos pequeños que consideramos “sin importancia”.
Pregúntate: ¿Cuántas veces has atribuido un malestar físico al
cansancio? Esa actitud podría volverse peligrosa.
Qué hacer si
identificas estas señales
Si experimentas alguno de los síntomas mencionados, lo primero
es no ignorarlos. Aunque algunas molestias pueden
no ser graves, es mejor descartar cualquier posibilidad de riesgo.
Consulta con un médico para realizar exámenes como:
Cuanto más rápido se actúe, mayores serán las probabilidades de
minimizar el daño y salvar vidas.
Prevención: Tu mayor
aliado
La mejor manera de evitar un infarto es mantener hábitos
saludables. Esto incluye:
- Dieta equilibrada: Limitar el consumo de
grasas saturadas y optar por alimentos ricos en fibra y
antioxidantes. - Ejercicio regular: Caminar, nadar o practicar
cualquier actividad física que mantenga tu corazón en forma. - Dejar de fumar: El tabaco daña las arterias y
aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. - Control médico constante: Monitorear la
presión arterial, niveles de colesterol y azúcar en sangre.
Por último, aprende a manejar el estrés. Este no solo afecta tu
salud emocional, sino también la física. Practicar técnicas como
meditación
o yoga puede ayudarte a mantener el equilibrio.


