#Salud: El sencillo truco para eliminar el hielo acumulado del congelador

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Por
qué se acumula el hielo y cómo afecta al congelador

El hielo aparece en el
congelador
porque la humedad del ambiente se
transforma en escarcha al entrar en contacto con superficies frías.
Esto sucede especialmente cuando la puerta se abre muchas veces o
si las gomas de sellado están deterioradas.
Incluso una pequeña fuga en las juntas deja pasar aire caliente,
que contiene humedad, creando capas de hielo en las paredes
internas.

El efecto negativo no tarda en llegar. Apenas tres
milímetros de escarcha
pueden aumentar el consumo
energético hasta un 30%. Esta capa de hielo actúa como un aislante,
ralentizando el intercambio de frío y obligando al motor a
funcionar más tiempo. Además, cuando el espesor de hielo supera
medio centímetro, reduce la capacidad útil del congelador y
complica la circulación del aire, afectando la correcta
conservación de los productos.

Un mantenimiento deficiente o la costumbre de introducir
alimentos poco envueltos también incrementan la
humedad interna, agravando el problema. Por todo esto, mantener el
congelador libre de hielo no solo mejora la organización, sino que
protege el bolsillo y el propio electrodoméstico.


El truco del papel de aluminio: paso a paso para eliminar el
hielo

Este método aprovecha la conductividad y el poder reflector del
aluminio para acelerar la eliminación del hielo
sin productos peligrosos ni riesgos. No hace falta apagar el
congelador ni deshacerse momentáneamente de los alimentos.

Cómo
aplicar correctamente el papel de aluminio

El primer paso es cortar trozos de papel de
aluminio
lo bastante grandes como para cubrir las paredes
internas del congelador donde se ha acumulado el hielo. Usar
siempre aluminio de cocina, que se adapta fácil a cualquier
superficie. Si se desea, se pueden doblar los cantos para
afianzarlo mejor.

El papel debe pegarse con firmeza, asegurando que esté en
contacto directo con el hielo. Esto permite que el calor se
distribuya de forma uniforme cuando se aplique una fuente térmica,
ya sea el calor ambiental, el vapor de agua o el de una linterna.
El aluminio no solo refleja sino que conduce el
calor
hacia las zonas congeladas, ablandando la escarcha
en menos tiempo.

Uso
de agua caliente para acelerar la descongelación

Para multiplicar el efecto, colocar un recipiente con
agua caliente
(nunca hirviendo) dentro del congelador,
justo sobre una bandeja estable y resistente. El vapor liberado se
condensa en los puntos fríos, mientras el papel de aluminio ayuda a
repartir el calor, favoreciendo que el hielo se desprenda más
rápido.

No conviene usar agua demasiado caliente ni verterla
directamente sobre las paredes, para evitar un choque térmico que
pueda dañar el interior plástico del aparato. Si se prefiere, el
papel de aluminio puede permanecer unos 20 minutos en contacto con
el hielo y, transcurrido el plazo, la mayoría de la escarcha estará
blanda y lista para caer.

Foto Freepik

Eliminación
y limpieza después del descongelado

Cuando el hielo haya perdido dureza, es fácil retirarlo con una
rasqueta de plástico o espátula de borde liso.
Nunca hay que recurrir a cuchillos, destornilladores ni
herramientas metálicas, ya que pueden rallar las paredes internas o
dañar los circuitos ocultos. En caso de que queden restos, basta
con pasar un paño humedecido en agua tibia y unas cucharadas de
bicarbonato, una solución segura y eficaz para
eliminar manchas, sin dejar olores ni residuos.

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El secado final es fundamental. Usar papel absorbente o un paño
seco para recoger la humedad que se haya acumulado en el proceso.
Así se evita que el ciclo de formación de hielo vuelva a
comenzar.

Consejos
para evitar la acumulación de hielo en el futuro

Mantener el congelador libre de hielo es una rutina sencilla,
pero requiere constancia. El primer mandamiento es abrir la
puerta solo el tiempo necesario
, ya que cada apertura
introduce humedad y aire caliente. Cierra bien la puerta,
verificando que las gomas de cierre estén limpias
y en buen estado, sin partes sueltas ni grietas.

No introduzcas nunca alimentos calientes. Lo
mejor es dejarlos enfriar a temperatura ambiente, envueltos
correctamente, antes de colocarlos en el interior. La envoltura
hermética reduce la humedad y limita la formación de hielo sobre
las paredes y los propios alimentos.

Conviene revisar el grosor del hielo cada cierto tiempo. Si la
capa blanca supera el medio centímetro, planifica
una descongelación preventiva usando el método del papel de
aluminio. La temperatura óptima para conservar alimentos congelados
sin exceso de escarcha ronda los -18ºC, así el
motor no trabaja de más.

Evitar el exceso de carga facilita la circulación del aire y
reduce la humedad. No pegues el congelador completamente a la
pared, deja unos centímetros de separación para que el motor
respire y se disipe el calor. Finalmente, realiza una limpieza
periódica, asegurando que bandejas y superficies estén secas antes
de volver a colocar los productos.

El truco del papel de aluminio no solo resuelve el problema
puntual de la escarcha, sino que fomenta una cultura de
mantenimiento práctico y eficiente, protegiendo la
vida útil del
congelador
y ayudando a ahorrar energía en casa.

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