¿Te tienta un postre fresco que prácticamente se arma solo? Este pastel frío es justamente eso: capas de galletas y crema que, después de unas horas en la nevera, se transforman en un postre suave y esponjoso. Esta versión combina chocolate y frutillas, se prepara en unos 10 minutos y solo necesita frío para tomar consistencia. Es ideal para llevar a una reunión, para esos días en los que no querés encender el horno o para celebraciones de verano.
Este tipo de pastel nació como un postre clásico, pensado para aprovechar galletas, crema y frutas sin complicarse. La idea es sencilla: se alternan capas de galletas, una crema ligera y fruta fresca. Luego, el frío hace su trabajo: las galletas se ablandan, toman el sabor de la crema y quedan casi como un bizcochuelo húmedo. No necesita cocción, se puede preparar con anticipación y su textura recuerda a un postre de cuchara o a un tiramisú casero.

Capas simples, resultado cremoso
El secreto no está en la técnica, sino en el tiempo en la nevera. Ese reposo de varias horas, mínimo 4 o mejor de un día para otro, permite que las galletas de chocolate se suavicen y parezcan una base de bizcochuelo tierno. Al mismo tiempo, la mezcla de crema y queso crema se enfría, gana firmeza y queda lista para cortar sin que se desarme.
Ingredientes
Para este pastel se usan galletas tipo sándwich de chocolate (como las Oreos), que aportan un sabor intenso y un color oscuro que contrasta con la crema. La nata montada suma suavidad; el queso crema aporta cuerpo y una leve acidez que equilibra el dulzor; y el azúcar impalpable ayuda a conseguir una textura lisa.
Las frutas frescas en rodajas agregan frescura y jugo natural entre las capas. Algunas galletas y frutas extra sirven para decorar la superficie.

Opciones y sustituciones
Si no tienes galletas tipo sándwich, puedes usar wafers de chocolate o vainilla. También puedes reemplazar las frutas por frambuesas, arándanos u otra fruta roja de temporada.
Si no consumes lácteos, puedes usar crema vegetal y queso untable vegano. Es una receta flexible, fácil y adaptable tanto para lo cotidiano como para celebraciones.
Cómo montar el pastel sin horno paso a paso
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Bate el queso crema con el azúcar glas hasta que quede liso y sin grumos.
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Añade la nata semimontada y sigue batiendo hasta obtener picos firmes (pero no secos).
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En una fuente rectangular, extiende una capa fina de crema en la base para que las galletas no se muevan.
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Coloca una capa de galletas, cubre con rodajas de fresa y después con una buena capa de crema.
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Repite el proceso varias veces hasta llegar al borde del molde, terminando siempre con una capa de crema arriba.
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Tapa con film transparente y lleva el pastel a la nevera durante al menos 4 horas.

Trucos para un resultado perfecto
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Para cubrir las frutas sin moverlas, usá una espátula o el dorso de una cuchara con movimientos suaves.
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Reserva algunas galletas extra por si necesitas completar espacios.
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Para decorar, puedes triturar algunas galletas y espolvorearlas por encima.
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Si lo quieres más firme, puedes llevarlo unos minutos al congelador antes de servir.
Cómo servir y conservarlo
Puedes cortarlo en cuadrados como un pastel tradicional o servirlo con cuchara en recipientes individuales.
En la nevera se conserva uno o dos días, siempre bien tapado. Las sobras suelen mejorar, porque las capas se integran más y el sabor a chocolate y frutilla se intensifica.



