#Salud: el asesino silencioso que debes conocer

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La hipertensión arterial es una de las enfermedades más comunes
y peligrosas en todo el mundo. Según la organización mundial de la
salud (OMS), afecta a aproximadamente 1 de cada 3 adultos y es
responsable de una gran cantidad de muertes por accidentes
cerebrovasculares
e infartos de
miocardio
. Sin embargo, a pesar de su prevalencia y
gravedad, hasta cuatro de cada cinco personas con hipertensión no
reciben un tratamiento adecuado.

¿Qué es la
hipertensión arterial?

La hipertensión arterial se caracteriza por un aumento
persistente
de la presión sanguínea en las arterias. Esta
presión elevada ejerce una mayor carga en las paredes de los vasos
sanguíneos, lo que a largo plazo puede causar daño
en órganos vitales como el corazón, los
riñones
y el cerebro.

La presión arterial se mide en dos valores: la presión
sistólica, que representa la presión ejercida cuando el corazón se
contrae, y la presión diastólica, que representa la presión cuando
el corazón está en reposo entre latidos. Los valores normales de
presión arterial se consideran por debajo de 120/80 mmhg.

La
importancia de la prevención y detección temprana

La hipertensión arterial es una
enfermedad silenciosa
, ya que en muchos casos
no presenta síntomas evidentes. Es por eso que la prevención y la
detección temprana son fundamentales para evitar complicaciones
graves. La OMS estima que casi la mitad de los pacientes con
hipertensión desconocen que la padecen. Por esta
razón, es esencial que las personas se realicen chequeos
regulares
de la presión arterial, especialmente a partir
de los 40 años. Además, es importante adoptar
hábitos de vida saludables desde la infancia, como seguir una

dieta equilibrada
, hacer ejercicio regularmente y reducir el
consumo de sal.

Factores
de riesgo y causas de la hipertensión arterial

Existen varios factores de riesgo que pueden contribuir al
desarrollo de la hipertensión arterial. Algunos de ellos son
modificables, mientras que otros son inherentes a la genética y la
edad. Entre los factores de riesgo modificables se encuentran
la obesidad, el sedentarismo,
el consumo excesivo de alcohol y una dieta rica en sal y
grasas saturadas
. Otros factores de riesgo no modificables
incluyen la edad avanzada, antecedentes
familiares
de hipertensión y ciertas condiciones médicas,
como enfermedades renales o
endocrinas.

Es importante tener en cuenta que, aunque estos factores
aumentan el riesgo de desarrollar hipertensión, no todas las
personas con factores de riesgo desarrollarán la enfermedad.

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Complicaciones
y consecuencias de la hipertensión arterial

La hipertensión arterial no tratada o mal controlada puede tener
graves consecuencias para la salud. Aumenta significativamente el
riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares,
como infartos de miocardio, accidentes
cerebrovasculares
, insuficiencia cardiaca
y enfermedad renal. Además, puede provocar daño en
los vasos sanguíneos de los ojos, lo que puede resultar en pérdida
de visión.

También se ha observado una asociación entre la hipertensión y
trastornos cognitivos, como la demencia y el deterioro de la
función cerebral. Por lo tanto, es crucial controlar la presión
arterial de manera adecuada para prevenir estas complicaciones.

Prevención
y tratamiento de la hipertensión arterial

La prevención y el tratamiento de la hipertensión arterial se
basan en cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, en el
uso de medicamentos.
Adoptar una dieta saludable
, baja en sal y
grasas saturadas, es fundamental. Se recomienda seguir la dieta
mediterránea, que se caracteriza por el consumo de frutas,
verduras, legumbres, pescado, aceite de oliva y frutos secos, y
reducir la ingesta de alimentos procesados y ricos en sal. Además,
es importante mantener un peso saludable, hacer
ejercicio regularmente y evitar el consumo excesivo
de alcohol
y tabaco. Estos cambios en el estilo de vida pueden
ayudar a reducir la presión arterial y prevenir la aparición de la
hipertensión.

En algunos casos, puede ser necesario recurrir a
medicamentos para controlar la presión arterial.
Existen diferentes tipos de medicamentos antihipertensivos, como
los diuréticos, los inhibidores de la enzima convertidora de
angiotensina (IECA), los bloqueadores de los receptores de
angiotensina ii (BRA), los bloqueadores de los canales de calcio y
los beta bloqueadores. El tratamiento farmacológico debe ser
indicado y supervisado por un médico, quien
determinará el medicamento y la dosis adecuados para cada
paciente.

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