Durante las vacaciones, los incidentes de
estafas siempre suben, aprovechando cambios de rutinas y
el uso frecuente de servicios bancarios lejos de casa. Descuidar la
seguridad puede costar caro, por eso es clave cuidar cada detalle,
desde el dispositivo hasta la cuenta bancaria.

Fraudes bancarios más comunes durante las vacaciones
Parece cosa de película pero el phishing sigue
siendo el rey. Aquí los estafadores mandan correos, mensajes o
crean webs falsas que imitan a tu banco, buscando que entregues
datos personales y claves. Aumenta también la suplantación
de identidad a través de llamadas y SMS, donde un
delincuente finge ser representante bancario y solicita códigos o
contraseñas. No menos importante, la manipulación de dispositivos
móviles se cuela cuando instalas apps sin revisar o conectas tu
equipo a redes Wi-Fi poco seguras. En zonas turísticas es
fácil bajar la guardia y caer en alguna de estas
trampas.
Y quienes buscan robar información bancaria lo hacen como
pescadores con red. Recopilan datos en redes
sociales, hackean correos antiguos y lanzan
mensajes personalizados. Si logran un dato clave, usan técnicas
para convencerte, suplantan números de WhatsApp o llamada, y se
hacen pasar por empleados del banco. La ingeniería social es su
mejor aliada, con preguntas estratégicas que parecen inocentes,
pero tienen un objetivo claro: obtener acceso a tu dinero.
Tácticas específicas en temporada de vacaciones
En vacaciones, la mente está en modo descanso, no en modo alerta
y los estafadores lo saben. Utilizan la interceptación de mensajes
y llamadas, sobre todo cuando viajas y dependes más del
móvil. Por otro lado, buscan espacios con mucho
movimiento, como hoteles o playas, donde la atención se dispersa.
También envían promociones falsas de viajes, hospedajes o
actividades para que hagas clic en links peligrosos y caigas en una
página trampa.
Diez consejos clave para no caer en fraude bancario en
vacaciones
Nunca está de más recordar lo básico: usa solo redes seguras.
Las conexiones públicas, por más cómodas que sean,
pueden dejarte expuesto. Evita compartir datos personales o
bancarios fuera de la app o portal oficial de tu banco.
Habilita la autenticación de dos factores para que
acceder a tu cuenta no sea tan sencillo. Haz un vistazo
diario a tu actividad bancaria, aunque sea rápido. Si ves
algo raro, actúa de inmediato. No hagas clic en enlaces
dudosos que lleguen por mensaje, correo o redes sociales.
Descarga siempre la app de tu banco desde la tienda
oficial, nunca de sitios desconocidos. Bloquea la pantalla
de tus dispositivos y no los pierdas de vista. Al irte de viaje,
avisa a tu banco para que te alerten de movimientos raros. Si
descubres cambios en tu línea o mensajes, contacta a la compañía de
inmediato. Recuerda, las buenas prácticas no toman vacaciones.

Además, usa combinaciones largas y que mezclen letras, números y
símbolos. No repitas contraseñas de otros servicios, y cámbialas
con frecuencia. Instala un antivirus y mantenlo actualizado, así
evitas que te espíen con programas maliciosos. Configura el
bloqueo por huella o reconocimiento facial donde puedas. Y
nunca descargues apps desconocidas, aunque te prometan soluciones
mágicas para el viaje.
Precaución al utilizar cajeros automáticos y pagos
electrónicos
En zonas turísticas, los cajeros son un blanco fácil. Prefiere
los ubicados en bancos o centros con mucho tránsito y
luz. Antes de insertar la tarjeta, revisa que el cajero
no tenga partes sueltas o aparatos extraños. Tapa
siempre el teclado al digitar tu PIN y guarda el recibo, así te
aseguras de tener pruebas de cualquier movimiento. Para pagos
electrónicos, verifica que la terminal esté fija y pide que te la
acerquen. Si puedes, paga sin contacto físico usando tu móvil o
reloj.
Verificación de canales oficiales y denuncias
Nunca confíes en llamadas inesperadas que te pidan datos
bancarios. Si tienes dudas, cuelga y marca el número oficial de tu
banco. No respondas mensajes ni enlaces de dudosa
procedencia. Ten a mano los canales oficiales de atención
y, ante cualquier sospecha, informa al banco y a las autoridades.
La detección temprana ayuda a frenar los daños. Apunta los números
importantes y ten preparados los datos necesarios para actuar con
rapidez.
Si el fraude ya ocurrió, tiempo es dinero. Llama de
inmediato al banco y bloquea la cuenta o la tarjeta
comprometida. Cambia todas tus contraseñas y revisa cada movimiento
en tus cuentas. Presenta una denuncia ante las autoridades
correspondientes. Informa a la compañía telefónica si tus datos
móviles se vieron afectados. Monitorea tu banca en línea durante
las siguientes semanas. La reacción rápida puede parar pérdidas
mayores y protegerte de futuros ataques.



