#Salud: Cuidados del bebé en la montaña: altitud y seguridad

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Cuando planeamos una excursión a la montaña con nuestro bebé, es
fundamental tener en cuenta diversos factores para garantizar su
seguridad y bienestar. Uno de los aspectos más importantes a
considerar es la altitud a la que podemos llevar a nuestro
pequeño.

¿Qué es el mal de
altura?


El mal de altura, también conocido como mal de montaña, es una
condición médica que puede afectar a personas de todas las edades
cuando se encuentran a altitudes significativas por encima del
nivel del mar. Esta condición se produce debido a la disminución
de la presión barométrica
y la cantidad de oxígeno en el
aire a medida que se gana altitud
. Aunque los síntomas pueden
variar de una persona a otra, es importante estar familiarizado con
ellos para poder identificar
cualquier señal de malestar en nuestro bebé
.


Los síntomas más comunes del mal de altura en bebés incluyen
irritabilidad, disminución del apetito,
dificultad para conciliar el sueño y, en algunos casos,
vómitos. Estos síntomas suelen aparecer entre 4 y 12 horas
después de llegar a una altitud elevada. Si observamos alguno de
estos signos en nuestro bebé, es fundamental tomar medidas
adecuadas para garantizar su bienestar.

Hasta dónde
podemos subir con los bebés


La altitud máxima a la que podemos llevar a nuestros bebés varía
según su edad y estado de salud. En general, se recomienda no
superar los 1.200 metros de altitud durante el primer año de
vida de nuestro bebé. Esta restricción se debe a que los bebés
menores de un año tienen una mayor sensibilidad a los cambios de
presión
y a la disminución de oxígeno en el
aire
.


Es importante tener en cuenta que esta recomendación se aplica a
bebés sanos y sin problemas físicos o enfermedades preexistentes.
Si nuestro bebé presenta alguna condición médica, es fundamental
consultar con el pediatra antes de emprender cualquier viaje
a altitudes elevadas.


Después del primer año, podemos comenzar a aumentar gradualmente la
altitud a la que llevamos a nuestro bebé. A partir de esta edad, se
considera seguro subir hasta los 2.500 metros de altitud,
siempre y cuando el bebé se encuentre en buen estado de salud y no
muestre signos de malestar o incomodidad.

Factores
a considerar al subir altitud con bebés


Al planificar una excursión a la montaña con nuestro bebé, es
importante tener en cuenta varios factores para garantizar su
seguridad y bienestar. Estos son algunos consejos y precauciones a
tener en cuenta:

Aclimatación gradual


Es fundamental permitir que nuestro bebé se aclimate gradualmente a
la altitud antes de alcanzar la altitud máxima permitida para su
edad. Esto implica evitar cambios bruscos de altitud y
planificar ascensos progresivos, deteniéndonos en altitudes
intermedias para que el cuerpo de nuestro bebé se adapte
gradualmente a la disminución de oxígeno en el aire.

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Observar y evaluar al
bebé


Durante la excursión, debemos estar atentos a las reacciones y
comportamiento de nuestro bebé. Algunos bebés pueden ser más
sensibles a los cambios de altitud y pueden manifestar malestar o
irritabilidad. En estos casos, es importante estar preparados
para regresar al valle si es necesario
y evitar continuar
ascendiendo.

Protección solar y
térmica


La altitud también puede afectar la protección frente a los rayos
solares y la temperatura. Es importante proteger a nuestro bebé con
ropa adecuada, gafas de sol, gorras y protector solar.
Además, debemos asegurarnos de mantener una temperatura corporal
óptima, evitando el exceso de abrigo, pero también protegiendo al
bebé del frío.

Hidratación adecuada


La hidratación es fundamental en cualquier excursión, especialmente
en altitudes elevadas donde la
deshidratación
puede ser más rápida. Debemos asegurarnos de
ofrecer líquidos a nuestro bebé de forma regular para
mantenerlo hidratado durante todo el recorrido.

Descanso y alimentación
adecuada


Durante la excursión, es importante permitir que nuestro bebé
descanse lo suficiente y seguir su rutina de alimentación habitual.
Esto ayudará a mantener su bienestar y evitar posibles
molestias o malestar causados por la
altitud.

Consideraciones
durante el embarazo


Si estás
embarazada
y planeas realizar una excursión a la montaña,
también es importante tener en cuenta ciertas consideraciones
adicionales. En general, se recomienda evitar altitudes superiores
a los 2.500 metros durante el embarazo, ya que la falta de
oxígeno puede afectar tanto a la madre como al feto.


Cada embarazo es único, por lo que es fundamental consultar con el
médico para evaluar la idoneidad de realizar una excursión a la
montaña y determinar la altitud máxima
recomendada en cada caso
.

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