#Salud: ¡Cuidado! Estos 6 alimentos pueden elevar peligrosamente tu colesterol

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El colesterol LDL (el colesterol malo) sube en silencio y, cuando se mantiene alto, puede favorecer que se formen placas en las arterias. El problema no es solo “la grasa” en general, sino el tipo de grasa (sobre todo grasas trans y grasas saturadas) y cuánto está procesado lo que se come.

Muchos alimentos cotidianos combinan grasas de mala calidad con sal, azúcar o harinas refinadas. Esa mezcla actúa como una cuesta abajo para el colesterol alto.

Por qué algunos alimentos disparan el colesterol LDL

Cuando la dieta aporta demasiadas grasas trans o saturadas, el hígado tiende a producir y mantener más LDL circulando en sangre. Con el tiempo, ese exceso puede pegarse a las paredes de las arterias, como si fuera sarro acumulándose en una tubería.

El riesgo crece con los ultraprocesados, porque suelen sumar grasas, mucha sal y calorías fáciles de comer en exceso. No es una “prohibición” automática, pero sí una señal de alerta: cuanto más frecuente es el consumo, más probable es ver empeorar el perfil de lípidos.

Grasas trans y grasas saturadas, la diferencia que importa

Las grasas trans son las más dañinas; tienden a subir el LDL y a empeorar el equilibrio del colesterol. Las grasas saturadas también lo elevan, sobre todo cuando vienen de productos industriales y raciones grandes. En etiquetas, conviene desconfiar si aparecen “aceites parcialmente hidrogenados” o “grasas hidrogenadas”, aunque el envase parezca inocente.

Foto Freepik

Los 6 alimentos más comunes que pueden elevar peligrosamente el colesterol

Embutidos y fiambres procesados (salchichas, bacon, salami)

Suelen concentrar grasas saturadas y sal, y en algunos casos incluyen grasas de peor perfil. Un desayuno con bacon o una cena con salami varias veces por semana puede empujar el LDL. Un cambio simple es usar pollo o pavo sin procesar, atún al natural o legumbres, y elegir cortes magros.

Frituras y comida rápida (papas fritas, nuggets, hamburguesas)

Entre rebozados, aceites reutilizados o pre-fritura industrial, se mezclan grasas que favorecen LDL alto y un entorno inflamatorio. Un ejemplo típico es “salir del apuro” con nuggets y papas. Se puede pasar al horno o freidora de aire con poco aceite, elegir carne a la plancha y sumar verduras.

Pastelería industrial y snacks (galletas, chips, palomitas de microondas)

Aquí manda el ultraproceso: grasas trans o saturadas, más calorías que no sacian. Un paquete de galletas “para el café” puede volverse diario. Una alternativa realista es fruta, yogur natural, frutos secos en porción pequeña o palomitas hechas en casa con aceite de oliva.

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Mantequilla, crema y lácteos enteros (quesos grasos, nata)

Son una fuente directa de grasas saturadas y, si se usan a diario, pueden subir colesterol total y LDL. El ejemplo clásico es cocinar “a ojo” con mantequilla o añadir nata a salsas. Compensa pasar a lácteos semidesnatados o desnatados, yogur natural, queso fresco y usar aceite de oliva al cocinar.

Aceite de coco y grasas tropicales (coco, palma)

Aunque sean vegetales, pueden aportar mucha grasa saturada y elevar el LDL más que aceites insaturados. Un caso común es usar aceite de coco “porque es natural”. Para el día a día encajan mejor aceite de oliva, canola o girasol alto oleico, y aguacate en cantidad moderada.

Ultraprocesados con grasas hidrogenadas (algunas margarinas, congelados procesados)

Las grasas trans industriales elevan el LDL con fuerza, y estos productos suelen traer también sal y harinas refinadas. Pasa con ciertas margarinas duras, rebozados congelados y bollería barata. Conviene cocinar más simple, elegir grasas no hidrogenadas y comprar productos con ingredientes reconocibles.

Cambios simples para bajar el LDL sin complicarse

Bajar el LDL suele ser más fácil cuando se piensa en reemplazos, no en castigos. Cambiar grasas trans y saturadas por grasas insaturadas ayuda: aceite de oliva, frutos secos, semillas y pescado azul encajan bien en comidas normales. También suma subir la fibra soluble, porque “atrapa” parte del colesterol en el intestino, la avena, legumbres y fruta son aliados claros.

Un día típico fácil podría ser avena con yogur natural y fruta, comida de lentejas con ensalada y cena de pescado a la plancha con verduras y aceite de oliva. Si hay antecedentes familiares, diabetes, hipertensión o cifras muy altas, conviene revisar el plan con un profesional.

Mejor que prohibir, sirve reemplazar: menos ultraprocesados y más comida sencilla, ese gesto repetido semana tras semana suele mover el LDL en la dirección correcta.

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