#Salud: ¿Cuánto tiempo más tardamos en llegar al destino frente a uno de gasolina?

0
252


El auge de la movilidad eléctrica cambia la forma de entender
los viajes largos. Cada vez más personas se plantean dejar atrás la
gasolina, motivadas por una mayor conciencia ambiental, el ahorro
económico y la experiencia silenciosa propia de los vehículos
eléctricos. Pero surge la pregunta: ¿Cuánto tiempo extra demanda
realmente un trayecto largo cuando se cambia la manguera del
combustible por el cable de carga?


Factores que afectan la duración del viaje en coche
eléctrico y gasolina

Planear un viaje en coche
eléctrico
exige pensar en muchos detalles. La autonomía
real
del vehículo, la potencia y ubicación de los
puntos de carga
, así como las condiciones de la
carretera
son determinantes. En los coches de gasolina, el
repostaje es cuestión de minutos y la red de estaciones es
abundante, lo que facilita los trayectos sin grandes preocupaciones
por el combustible.

La necesidad de parar a recargar o repostar define la duración
del viaje. En los eléctricos, anticipar la ruta, conocer los
cargadores en funcionamiento y evaluar su potencia marca la
diferencia. Cuantos más cargadores rápidos haya en carretera, menor
es el inconveniente. Sin embargo, la infraestructura de carga en
España sigue creciendo y, en rutas populares, no siempre se evitan
colas o puntos fuera de servicio.

La
autonomía y el impacto en la planificación de trayectos

Con un coche de gasolina o diésel, se puede recorrer entre 500 y
900 kilómetros de un tirón, según el depósito y el consumo. Por el
contrario, la autonomía real de un coche
eléctrico, como un Tesla Model 3, ronda los 400
kilómetros
en condiciones favorables.

Esto implica estructurar los viajes con más paradas y una
planificación más rigurosa. La diferencia se acentúa en verano,
cuando el calor y el uso del aire acondicionado reducen
notablemente la autonomía, especialmente con el coche cargado.
Nadie quiere dejar al perro o a la abuela en casa, pero el peso
extra también se nota en el consumo de energía.

Viajes dentro de la autonomía eléctrica no presentan dilación en
el tiempo total. El ritmo de conducción se mantiene y la
experiencia se iguala a la del motor de combustión. Sin embargo, en
cuanto la ruta supera los kilómetros de la batería, comienza el
reto logístico.

Tiempo
de recarga frente al repostaje de combustible

Aquí se esconde la principal diferencia entre ambas tecnologías.
Repostar gasolina es rápido: bastan cinco minutos
para llenar el depósito y pagar en cualquier gasolinera. Incluso
sumando una parada para el café, las pausas apenas afectan el
tiempo de llegada.

La recarga en un coche eléctrico, en cambio,
oscila entre 20 y 30 minutos si se utiliza un cargador rápido y se
busca recargar solo el porcentaje necesario para alcanzar el
siguiente punto de recarga. Estos tiempos pueden alargarse si el
cargador es lento, si hay cola o si la batería se encuentra muy
descargada.

Cada recarga incrementa el tiempo total de viaje, sobre todo si
hay que realizar dos o tres paradas en rutas
largas de unos 700 kilómetros, como un Madrid-Cádiz. En la
práctica, esto significa sumar alrededor de una hora
extra
en recorridos de larga distancia, siempre y cuando
no se produzcan imprevistos.

Foto Freepik

Condiciones
que modifican el tiempo total de viaje

No solo la tecnología influye en la ecuación. Factores como la
velocidad constante en autopista, el
tráfico intenso, el clima extremo
y la utilización de accesorios como la
climatización
pueden disparar el consumo y recortar la
autonomía efectiva. Un descenso en la temperatura también obliga a
usar la calefacción, lo que repercute en la energía disponible.

En los eléctricos, la gestión eficiente del consumo se convierte
en un arte, mientras que en los de gasolina, el impacto en el
depósito suele ser menos crítico. Ajustar el ritmo y prever paradas
para carga se vuelve parte natural del viaje eléctrico, sobre todo
en días de calor sofocante o cuando el trayecto cruza zonas
montañosas.

Te podría interesar:


Diferencia real en los tiempos de viaje: experiencias y
datos recientes

Las pruebas más recientes demuestran que la diferencia de
tiempo, aunque existe, no suele ser dramática si la ruta se
planifica bien. En trayectos de entre 600 y 800 kilómetros, los
coches eléctricos modernos suelen necesitar entre 40
minutos y una hora más
que un vehículo de gasolina para
cubrir la distancia, sin contar incidencias excepcionales como un
punto de carga fuera de servicio.

Para rutas más cortas, o dentro de la capacidad de la batería,
no hay diferencias relevantes. El tiempo de viaje
se iguala y la experiencia resulta igual de cómoda, siempre que se
acceda a un punto de carga al llegar a destino.

Ejemplos
prácticos y escenario promedio de viaje

Considerar una ruta como Madrid a Cádiz ilustra la realidad. Un
híbrido con unos 550 kilómetros de autonomía necesita una
sola parada
rápida de cinco a diez minutos, mientras que
un eléctrico, con unos 400 kilómetros por carga, deberá realizar al
menos dos paradas de 20 a 30 minutos. Planificar
recargas óptimas ayuda, pero si hay mucha demanda en los cargadores
o algún fallo en la infraestructura, el retraso puede crecer.

En viajes más modestos, dentro del radio de la autonomía, ambos
vehículos avanzan al mismo ritmo y la diferencia desaparece. La
situación mejora cada año con más cargadores rápidos y mapas de
rutas inteligentes.

Ventajas
adicionales y limitaciones del viaje en coche eléctrico

Uno de los principales atractivos del
coche eléctrico
es el ahorro económico.
Recargar en casa para 100 kilómetros puede costar tan solo un euro
en tarifa valle. En carretera, el precio del kilovatio suele
equipararse al de un litro de gasolina, por lo que el ahorro se
reduce, aunque sigue presente al sumar el ahorro en mantenimiento y
en impuestos.

La sostenibilidad es otro punto fuerte. Cada
kilómetro recorrido en modo eléctrico evita emisiones contaminantes
y genera menos ruido, mejorando la experiencia y reduciendo el
impacto ambiental. Sin embargo, la limitación de la
infraestructura de carga
, la congestión en horas punta y
la variedad de aplicaciones y métodos de pago pueden complicar el
viaje largo.

El crecimiento de la red de cargadores rápidos y la constante
mejora en la capacidad de las baterías anticipan que la experiencia
de los viajes eléctricos continuará mejorando. Elegir un eléctrico
requiere flexibilidad y cierta pasión por la planificación, pero el
avance en tecnología y servicio apunta a que llegar pronto dejará
de ser solo cosa de los motores de gasolina.

La movilidad eléctrica ya es el presente y marca la hoja de ruta
del futuro para quienes buscan eficiencia, sostenibilidad y una
nueva forma de recorrer el camino.

¿Le resultó útil este artículo?



Source link