#Salud: ¿Cuánta necesitamos realmente para prevenir el cáncer?

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La vitamina D no solo es fundamental para la salud ósea, sino
que en los últimos años ha acaparado la atención por su posible
papel en la prevención del cáncer. Muchas personas
buscan respuestas claras sobre la cantidad adecuada que deben
consumir, influenciadas por titulares, consejos en redes sociales y
la esperanza de reducir riesgos de enfermedades graves. Sin
embargo, la ciencia todavía no da una respuesta única y definitiva.
Entender lo que se sabe y lo que falta por descubrir ayuda a tomar
decisiones más informadas.

Vitamina
D: funciones, fuentes y recomendaciones diarias

La vitamina D es
una sustancia esencial que el cuerpo necesita en
diferentes etapas de la vida. Su rol principal ha estado ligado
históricamente a la salud de los huesos y el sistema
inmunitario
. Además, se asocia con otros procesos
biológicos clave, lo que ha motivado que se convierta en objeto de
intensos estudios.

Principales
funciones de la vitamina D

El cuerpo utiliza la vitamina D para absorber el
calcio
y el fósforo, dos minerales imprescindibles para
mantener huesos y dientes fuertes. Sin vitamina D, aunque exista
suficiente calcio en la dieta, los huesos pueden debilitarse.
También contribuye a la función normal del sistema muscular y del
sistema inmunológico. Recientemente se ha
estudiado su capacidad de influir en células, incluidas las que
pueden transformarse en células cancerígenas, lo que sugiere que un
déficit podría crear un entorno favorable para enfermedades
crónicas.

Fuentes
de vitamina D y factores que afectan sus niveles

Obtenemos vitamina D principalmente de la exposición al
sol
, ya que la piel produce esta vitamina cuando recibe
luz ultravioleta. Sin embargo, la producción disminuye con la edad,
la pigmentación oscura de la piel, el uso constante de protector
solar, la obesidad y algunas enfermedades o medicamentos. En
alimentos, la vitamina D se encuentra en pescados grasos como el
salmón y la caballa, en algunos
hongos, leche y jugos fortificados, y en suplementos. Las personas
que pasan la mayor parte de su tiempo en interiores, viven en
latitudes donde el sol es escaso o tienen condiciones que impiden
la correcta absorción pueden presentar niveles bajos.

Recomendaciones
de ingesta y límites de seguridad

Las recomendaciones oficiales varían según la
edad:

  • Bebés menores de un año, alrededor de 400 UI
    diarias
  • Personas de 1 a 70 años, 600 UI
  • Mayores de 70 años, 800 UI

Superar los 4.000 UI diarias puede causar
toxicidad, con problemas como hipercalcemia, daños renales y
trastornos cardíacos. Mantener los niveles dentro de este rango
favorece la salud sin riesgos añadidos. La deficiencia de vitamina
D es frecuente en adultos mayores y en quienes se exponen poco al
sol, pero el exceso no mejora los beneficios y sí puede provocar
efectos negativos significativos.

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Foto Freepik

Vitamina
D y cáncer: lo que indican las investigaciones
recientes

El posible vínculo entre vitamina D y cáncer
despierta interés en la comunidad médica y pública. Aunque hay
hallazgos interesantes, la respuesta no es sencilla y surgen
debates vivos acerca de los beneficios reales y la necesidad de más
estudios robustos.


Niveles de vitamina D y riesgo de cáncer: evidencias y
controversias

Algunas investigaciones observan que personas con niveles
bajos de vitamina D parecen tener mayor riesgo de
desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el
colorrectal y el de vejiga. Sin
embargo, esto no significa necesariamente que aumentar los niveles
de vitamina D prevenga estos tumores. Los estudios muestran
asociaciones, pero aún no confirman una relación
causa-efecto. Para el cáncer de mama, la evidencia
es menos homogénea, con algunos estudios que encuentran relación y
otros que no.


Efecto de los suplementos de vitamina D: lo que muestran
ensayos clínicos

Los ensayos clínicos más grandes y recientes no han podido
demostrar que suplementar vitamina D reduzca la
incidencia de cáncer en la población general. En grupos con
deficiencia comprobada, puede ser recomendable corregir los niveles
para mantener la salud general, pero tomar suplementos más allá de
lo necesario no muestra un beneficio adicional en la
prevención del cáncer. Esto refuerza la idea de
que “más” no siempre es “mejor”, y que cada persona debe saber si
realmente necesita suplementación.

Limitaciones y
desafíos en la investigación

Interpretar los resultados de las investigaciones no es fácil.
La variabilidad individual es grande: factores
como la exposición al sol, la dieta, la genética y la existencia de
enfermedades crónicas cambian la manera en que el cuerpo utiliza y
almacena
vitamina D
. Estas diferencias hacen difícil unificar
recomendaciones para todos. Los estudios, además, suelen durar poco
tiempo respecto a la evolución de enfermedades como el cáncer, lo
que añade más incertidumbre a las conclusiones.

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