#Salud: cuándo es buena idea frenarla y cuándo no

0
20


La diarrea es un síntoma muy común y, aunque incomoda, no siempre conviene cortarla en cuanto aparece. A veces actúa como una “manguera de limpieza” del intestino; otras, solo agota y deshidrata. El objetivo de este texto es ayudar a decidir cuándo dejar que el cuerpo se recupere por su cuenta y cuándo frenar para estar más cómodo sin asumir riesgos. La clave casi siempre es la misma: priorizar la hidratación y saber reconocer señales de alarma antes de pensar en pastillas.

Qué pasa en el cuerpo cuando hay diarrea y por qué a veces conviene dejarla seguir

Se habla de diarrea cuando hay heces blandas o líquidas y más frecuentes de lo habitual. En muchos casos, el intestino acelera para expulsar gérmenes, toxinas o alimentos que han caído mal. Si se frena demasiado pronto, algunas infecciones pueden durar más o dar más dolor, porque el “problema” se queda dentro más tiempo. Por eso, la decisión práctica no es “cortarla siempre”, sino valorar cómo se encuentra la persona, cuánto dura y qué señales acompañan.

Causas comunes, desde virus hasta antibióticos

Lo más típico es una gastroenteritis viral que se resuelve sola en pocos días. También hay intoxicación alimentaria, diarrea del viajero, bacterias que irritan más el intestino, y diarrea tras antibióticos (a veces por desequilibrio de la flora). Otras causas son intolerancias como la lactosa y cuadros crónicos como el intestino irritable. La causa orienta el plan: no se trata igual una diarrea leve por virus que una con sangre y fiebre.

Cuándo es buena idea frenarla, cuándo no, y qué medicamentos se usan

Los antidiarreicos no “curan” la causa, solo bajan el número de deposiciones y dan margen para descansar, trabajar o viajar. Las dos opciones más comunes son la loperamida y el subsalicilato de bismuto. La regla de seguridad es simple: usarlos poco tiempo, seguir el prospecto y no tomarlos para “aguantar” varios días, porque pueden tapar un problema que necesita revisión. Si se usa loperamida, conviene limitarlo a un uso corto, idealmente un máximo 48 horas sin mejora; si el cuadro sigue, toca reevaluar la causa.

Casos en los que frenarla suele ser razonable (diarrea aguda simple)

Suele ser razonable cuando la diarrea es reciente, el dolor es leve, no hay fiebre alta y las heces no tienen sangre ni moco. En ese perfil, frenar puede mejorar la calidad de vida, sobre todo si hay un compromiso inaplazable o el descanso se complica. El objetivo es comodidad mientras se mantiene la hidratación. Si en dos días no hay avance claro, lo prudente es consultar.

Foto Freepik

Casos en los que no conviene frenarla (cuando puede haber infección)

No conviene cortar la diarrea si aparece fiebre, si hay sangre en heces o moco, si el dolor abdominal es fuerte o si la persona está muy decaída. En esos casos puede haber una infección más “agresiva” y frenar el intestino puede retener gérmenes o toxinas. También merece cautela si hubo antibióticos recientes. Aquí la prioridad es valoración médica, porque el manejo cambia y el riesgo de complicaciones, aunque no sea lo habitual, existe.

Te podría interesar:

Lo más importante: hidratación, señales de deshidratación y cuándo consultar

La decisión más importante casi nunca está en el botiquín, está en el vaso. Reponer líquidos y sales con suero de rehidratación oral ayuda más que solo beber agua cuando las pérdidas son notables. La deshidratación se nota con sed intensa, boca seca, orina muy escasa u oscura, mareo al ponerse de pie y cansancio fuera de lo normal. En niños pequeños el margen es menor; en personas mayores también, porque se deshidratan antes y lo notan más tarde.

Cómo hidratarse y qué comer sin irritar más el intestino

Se recomienda suero oral a sorbos frecuentes y comidas suaves cuando apetezca, como arroz, pan tostado, plátano o caldo. Conviene evitar alcohol, grasa, picante y café. A algunas personas les sientan mal los lácteos durante unos días; es normal y suele pasar.

Señales de alarma y grupos de mayor riesgo (niños, mayores, embarazo)

En adultos, conviene consultar si la diarrea dura más de 48 horas, si hay fiebre alta, sangre, dolor intenso, confusión, vómitos que impiden beber o muy poca orina. En bebés y niños pequeños se consulta antes, en especial si dura más de 24 horas o hay signos de deshidratación. En embarazo y en adultos mayores, es sensato tener un umbral bajo para pedir consejo.

¿Le resultó útil este artículo?



Source link