#Salud: ¿Cuál es la mejor hora para tomar el sol de manera segura?

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La luz solar puede aportar grandes beneficios a la salud, pero
el riesgo de daño depende mucho de la hora del día. Recibir sol por
la mañana o al final de la tarde ayuda a aprovechar sus efectos
positivos reduciendo el peligro de quemaduras o lesiones
graves a la piel.
Elegir el momento adecuado hace la
diferencia entre fortalecer el cuerpo y poner en juego la
salud.

Muchas personas creen que cualquier hora es válida si se usa
protector solar, pero la intensidad de los rayos ultravioleta varía
bastante. Por eso, es clave saber cuándo la radiación es
menos agresiva y mantener rutinas responsables.
Esto no
solo previene manchas y arrugas tempranas, sino que también baja el
riesgo de problemas serios como el cáncer de piel. Tomar decisiones
informadas permite disfrutar del sol de forma segura y cuidar la
piel a largo plazo.

Horarios con menor riesgo para tomar el sol

Las primeras horas de la mañana y el final de la tarde son los
periodos en los que la
radiación solar
es menos intensa. La franja de 6 de la
tarde a 11 de la mañana
se considera el mejor momento para
exponerse al sol con menos riesgo. Durante estos intervalos, los
rayos ultravioleta tienen menor fuerza y la piel recibe solo una
fracción de la radiación peligrosa que se da al mediodía.

Exponerse al sol dentro de estos horarios permite que el
organismo sintetice vitamina D, fundamental para
la salud ósea y el sistema inmunológico. Basta con unos minutos al
aire libre para estimular la producción de esta vitamina, sin
exponerse a riesgos innecesarios. Además, la luz natural en estos
momentos fomenta la liberación de
neurotransmisores
que influyen en el bienestar general,
como las endorfinas, lo que puede ayudar a mejorar
el estado de ánimo y reducir el estrés.

Tomar el sol antes de las 11 de la mañana o después de las 6 de
la tarde es una forma sencilla de ganar los beneficios de la
exposición solar sin correr un alto riesgo de quemaduras o
daños a largo plazo.
Incluso los días nublados siguen
siendo seguros en estos tramos, aunque la protección nunca debe
dejarse de lado.

Foto Freepik

Precauciones y cuidados esenciales en la exposición solar

El hecho de que haya menos radiación no significa bajar la
guardia. Incluso en los horarios más seguros, ciertos hábitos deben
mantenerse. El uso de protector solar de amplio
espectro
con al menos FPS 30 es básico, y reaplicarlo cada
dos horas asegura que la piel esté a salvo, especialmente si se
nada o se suda.

Te podría interesar:

Vestir ropa ligera y de manga larga, junto con
un sombrero de ala ancha, proporciona una barrera
física eficaz para los rayos UV. Los lentes de sol con protección
UVA y UVB no solo cuidan la vista, sino que también protegen la
zona delicada de los ojos, donde la piel es más sensible.

La hidratación constante es otro punto que no
debe olvidarse. Tomar agua con frecuencia ayuda a contrarrestar la
deshidratación producida por el calor y la exposición
solar.
Los niños y personas mayores requieren
especial atención, ya que su piel es más frágil y sensible a los
cambios bruscos.

Muchos asumen que los días nublados no presentan riesgos, pero
hasta el 80% de los rayos UV pueden atravesar las nubes. Por eso,
la protección solar se recomienda en todo momento
que haya luz, sin importar que el sol se vea o no. Actividades
acuáticas también requieren más atención, ya que el agua
refleja la radiación y potencia sus efectos.

Estas normas no distinguen edad ni tipo de piel. Protegen igual
a todos, desde los más jóvenes hasta los adultos mayores, y hacen
la diferencia entre disfrutar de una piel sana o pagar un alto
precio por la falta de cuidados.

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