#Salud: Cómo saber en 5 segundos si una piscina está realmente limpia

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Una persona que llega a una piscina en vacaciones, en un hotel o en una comunidad quiere algo simple: poder mirar rápido el agua y decidir si es segura. No siempre hay a mano un socorrista o un análisis químico, pero sí hay señales básicas que cualquiera puede detectar en pocos segundos. Esas señales ayudan a evitar baños en agua sucia o mal tratada que pueden afectar ojos, piel y estómago.

La idea no es sustituir los controles profesionales, sino usar una especie de filtro exprés. Con una mirada, un par de respiraciones y algo de atención al entorno, una persona puede ganar mucha seguridad antes de meterse en una piscina y reducir de forma clara el riesgo para su salud. Esa pequeña revisión se convierte en un hábito sencillo y muy útil cada vez que se ve una piscina nueva.

Primer vistazo: qué debe ver una persona en el agua en 5 segundos

El primer filtro siempre entra por los ojos. Sin acercarse demasiado, basta con detenerse unos segundos, mirar el vaso completo y dejar que el cerebro detecte si algo desentona. Cuando una piscina está bien cuidada, el aspecto general transmite sensación de limpieza y orden.

Si el agua parece rara, si el fondo no se distingue bien o si el color resulta apagado, esa primera alarma visual ya dice mucho. En muchas ocasiones, ese rápido vistazo evita entrar en piscinas con problemas de desinfección o de filtración.

Claridad y color del agua: transparente, no verde ni lechosa

Una piscina cuidada se reconoce porque el agua se ve clara. Lo ideal es una agua transparente, que permita ver el fondo sin esfuerzo y sin necesidad de entornar los ojos. El tono suele ser un color azul claro o prácticamente incoloro, según el tipo de revestimiento del vaso.

Cuando el agua se ve ligeramente oscura, aparece una agua verdosa o con matices marrones, la señal apunta a algas y a un descontrol en el tratamiento. Un aspecto lechoso o blanquecino suele indicar exceso de productos, mala filtración o suciedad en suspensión. En todos estos casos, lo más prudente es no entrar.

El fondo y las paredes: si se ven bien, hay buena señal

En esos mismos segundos, conviene fijarse en el fondo. Si se aprecia nítido, con las juntas y los dibujos bien definidos, suele ser una buena señal. Cuando el fondo se ve borroso, con manchas oscuras, zonas verdes o sedimentos acumulados, es probable que la limpieza no sea regular.

Las paredes también cuentan su propia historia. Líneas de suciedad en la zona de flotación, marcas marrones en las escaleras o zonas rugosas y resbaladizas indican falta de cepillado y mantenimiento. Si el vaso se ve descuidado, difícilmente el agua estará bien tratada.

Lo que la superficie cuenta sobre la limpieza real de la piscina

La parte superior del agua funciona como un espejo de la calidad del baño. En una piscina bien gestionada, la lámina de agua se ve bastante despejada, con pequeños restos atrapados en el rebosadero o en los skimmers, no flotando por toda la superficie.

Foto Freepik

Espuma, grasa y residuos flotando: alertas que se ven al instante

Una piscina cuidada no muestra capas de grasa ni restos visibles por todas partes. Pueden caer hojas o algún insecto, pero no debe haber acumulaciones de basura flotante. Cuando se ve una espuma persistente en varios puntos, suele haber un exceso de productos o demasiada materia orgánica.

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También resulta fácil detectar una superficie aceitosa, típica de cremas solares, sudor y falta de renovación del agua. Esa película que brilla con el sol indica que el sistema de filtración o la limpieza no están al día.

Movimiento del agua: qué dice sobre el filtro y el skimmer

El agua de una piscina en buen estado casi nunca está completamente quieta. Un leve movimiento constante señala que el sistema de filtración funciona y que los skimmers arrastran la suciedad hacia los cestos. Si todo el vaso parece una balsa parada, con rincones donde el agua se queda estancada, la suciedad y los microorganismos se concentran con más facilidad.

También ayuda fijarse en los propios skimmers. Si el borde está limpio y los restos se acumulan dentro de las cestas, la piscina suele estar mejor atendida que cuando toda la suciedad se queda libre en el agua.

El olor y la sensación al acercarse: pistas rápidas de seguridad

Tras mirar, llega el turno del olfato y de la sensación general al aproximarse al borde. Una piscina limpia tiene un olor suave, casi neutro, y transmite sensación de frescor. Cuando el ambiente carga, pican los ojos solo con acercarse o el olor resulta agresivo, conviene ser prudente.

Olor a cloro fuerte, amoníaco o huevo podrido: por qué es mala señal

Una piscina bien tratada no debería presentar un olor a cloro muy fuerte. Ese olor intenso suele indicar presencia de cloraminas, es decir, cloro que ya ha reaccionado con sudor, orina o restos orgánicos. El resultado es un olor raro en la piscina, más cercano a un vestuario cerrado que a un espacio limpio.

También son mala señal los olores que recuerdan al amoníaco o al huevo podrido. En esos casos, es probable que el agua esté sucia y que el equilibrio químico no sea el correcto. Entrar a nadar en esa situación aumenta el riesgo de irritaciones y problemas digestivos si se traga agua.

Aspecto del entorno: suelos, duchas y material alrededor de la piscina

El vaso no puede separarse del entorno. Un área de piscina bien mantenida suele mostrar suelos limpios, duchas en buen estado y papeleras vacías. Cuando el pavimento está resbaladizo por algas, las duchas se ven oxidadas y las papeleras rebosan, el mensaje es claro: el mantenimiento general falla y probablemente el agua tampoco está en su mejor momento. La reacción más sensata es evitar el baño.

Qué hacer si la piscina no parece limpia en esos primeros 5 segundos

Si el conjunto de señales genera desconfianza, la mejor decisión es no entrar. La piel, los ojos y el sistema digestivo pagan las consecuencias de un baño en agua mal tratada, y el problema puede aparecer horas después. Ante la duda, resulta prudente comentar la situación con la persona responsable y, si es posible, buscar otra piscina que transmita una impresión de higiene real desde el primer vistazo. Una pequeña pausa de observación ahorra muchos problemas posteriores.

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