#Salud: cómo protegerte y reducir el riesgo de robos en esta temporada

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En periodo de fiestas, una vivienda vacía puede parecer un escaparate con la persiana a medio bajar. En Francia, los medios y las fuerzas de seguridad recuerdan cada año que Navidad y fin de año concentran más intentos de intrusión por las ausencias, las compras y los regalos.

No hace falta vivir con miedo, pero sí con método. Con unas cuantas rutinas simples, puedes bajar mucho el riesgo de robos y también de engaños en la puerta, como los casos de falsos policías que se intensifican en estas fechas.

Por qué aumentan los robos durante las fiestas

En estas semanas se juntan tres cosas que atraen a quien busca entrar rápido y sin ruido: casas vacías, horarios más previsibles y señales claras de consumo. Las cajas de compras, los paquetes y los regalos a la vista hacen el resto. La idea clave es sencilla: los ladrones no quieren problemas. Si tu casa parece “difícil”, normalmente pasan a otra.

Evita las pistas que gritan “no hay nadie”

Una vivienda no se queda vacía solo porque te vayas, se queda vacía porque se nota. El buzón lleno, las persianas siempre igual y la oscuridad total por la tarde son como migas de pan.

Si puedes, pide a un vecino o familiar de confianza que recoja el correo, mueva un poco las persianas y haga alguna visita breve. Esa presencia humana, aunque sea mínima, cambia el escenario. Y cuidado con las redes sociales: publicar viajes, ubicaciones o historias en tiempo real le pone calendario a tu ausencia. Si vas a compartir, mejor hacerlo a la vuelta.

Refuerza accesos sin complicarte la vida

Antes de salir, revisa puertas y ventanas como si fueran el casco antes de una ruta en bici. Cierra con vuelta completa, comprueba cierres y no dejes llaves “escondidas” fuera, porque esos escondites son los primeros que se revisan. Si tienes jardín o terraza, guarda herramientas, escaleras o objetos que faciliten el acceso; dejar una escalera a mano es como dejar una invitación.

Si cuentas con alarma o cámaras, prueba todo con tiempo: sensores, batería, conexión y notificaciones. En fiestas, los fallos tontos suelen aparecer cuando ya estás lejos.

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Foto Freepik

Simular presencia

Una casa con alguna lámpara encendida a ratos parece habitada, una casa siempre oscura parece abandonada. Los temporizadores para iluminación, persianas o algún aparato sencillo ayudan mucho si se usan con horarios creíbles. El objetivo no es montar un teatro perfecto, sino romper el patrón de “silencio total”.

También conviene no concentrar objetos de valor en un solo lugar evidente. Guardarlos de forma discreta, o en un pequeño cofre, reduce pérdidas si alguien llega a entrar.

Atención a estafas en la puerta: los “falsos policías” existen

En Navidad aumentan las visitas inesperadas con excusas urgentes. Si alguien dice ser agente o técnico, no abras por inercia. Pide identificación, cierra la conversación con calma y llama tú a un número oficial para verificar. La prisa y la presión son parte del engaño.

Reducir el riesgo de robos en casa en Navidad no va de hacer mil cosas, va de tapar señales de ausencia, reforzar accesos y usar la tecnología con sentido. Revisa dónde se nota que no estás, ajusta dos o tres hábitos y observa qué cambia en tu casa cuando la miras “como desde fuera”.

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