Las polillas de la ropa pueden arruinar prendas queridas en
silencio. Son expertas en pasar desapercibidas y sus larvas se
alimentan de fibras como lana, seda y algodón, causando agujeros y
debilitando los tejidos. Las hembras buscan lugares oscuros,
húmedos y poco ventilados, convirtiendo los armarios en el refugio
perfecto. Actuar rápido es clave, ya que una sola polilla puede
poner cientos de huevos. Ignorar el problema sólo empeora
los daños, afecta la higiene y puede traer molestias
inesperadas.
Cómo
identificar una infestación de polillas en el armario
Saber si hay polillas en casa es sencillo si se observan ciertos
signos en la ropa y los muebles. El más común son los
pequeños agujeros irregulares en prendas de fibras
naturales como lana, seda, cachemira y hasta algodón grueso. Estos
daños suelen aparecer en los bordes, pliegues o zonas que no
reciben luz directa.

Otro indicio claro es la presencia de larvas y
capullos: diminutos tubos de seda blanca o cremosa
adheridos a la ropa y rincones del armario. Al revisar
cuidadosamente, a veces se hallan larvas vivas, que parecen
pequeños gusanos blancos o amarillentos, moviéndose entre las
fibras.
No es raro encontrar excrementos diminutos, que
se parecen a granos de arena o polvo oscuro, en estantes y cajones.
Un olor a humedad o a “cerrado” también puede indicar su presencia,
resultado de la acumulación de residuos y tejidos afectados.
Las polillas suelen entrar en casa atraídas por la luz durante
la noche y encuentran acceso por ventanas sin mosquiteros, rendijas
o con la misma ropa recién usada al aire libre. Las prendas de
fibras animales son más vulnerables porque sus larvas se nutren de
queratina. El exceso de humedad y
la falta de ventilación aceleran el ciclo de infestación, haciendo
que los
armarios desordenados o casi cerrados sean aún más
peligrosos.
Métodos
efectivos para eliminar las polillas en casa
La limpieza es el primer paso para eliminar las polillas y sus
larvas. Es necesario vaciar todo el armario y
aspirar cada rincón, incluyendo baldas, cajones y el suelo bajo los
muebles. La aspiradora ayuda a eliminar huevos y residuos, pero
siempre hay que desechar la bolsa tras su uso para evitar que las
larvas sobrevivan.
La ropa infectada debe lavarse con agua caliente y
detergente, ya que el calor destruye huevos y larvas. Si
hay prendas muy dañadas, lo mejor es desecharlas
para frenar la plaga. Las piezas delicadas o que no se pueden
lavar, como abrigos o trajes, se pueden meter en una bolsa
hermética y colocar en el congelador durante al menos 72 horas. El
frío elimina las larvas y protege los tejidos.
La limpieza no termina en la ropa. Se recomienda frotar las
superficies del armario con vinagre blanco, que
desinfecta y disuade a las polillas de regresar. Este truco natural
no deja residuos tóxicos y proporciona un ambiente menos habitable
para los insectos.

Repelentes
naturales para proteger el armario
Los remedios caseros mantienen los armarios frescos y alejados
de visitantes indeseados. Se aconseja colocar bolsitas de
lavanda seca entre la ropa, ya que su aroma repele
eficazmente a las polillas. El aceite esencial de
cedro funciona aún mejor: unas gotas en madera de cedro o
en paños distribuidos en los cajones actúan como barrera.
Las cáscaras secas de naranja y limón también
son aliadas. La fragancia cítrica es desagradable para estos
insectos y agradable para las personas. Clavos de
olor y hojas de laurel en pequeñas bolsas
o en compartimientos discretos refuerzan la protección de manera
natural.
Estos métodos son seguros, no perjudican la ropa ni el ambiente,
y evitan la exposición a toxinas dañinas. Es importante
renovar las bolsitas y difusores cada mes para que
mantengan su efecto repelente y los
armarios se conserven limpios y aromáticos.
Métodos a
evitar: productos químicos y naftalina
La naftalina fue popular durante años, pero su
uso conlleva graves riesgos para la salud de niños, mascotas y
adultos. Los vapores tóxicos pueden causar reacciones alérgicas y
afectar vías respiratorias. Los productos químicos
sintéticos no sólo contaminan el ambiente, sino que muchas
veces dejan residuos en la ropa.
Siempre es preferible optar por repelentes
naturales, especialmente cuando se busca una solución
segura, ecológica y sostenible.
Cómo
prevenir futuras infestaciones de polillas
Prevenir es más sencillo que eliminar una plaga. La
ventilación frecuente del armario reduce la
humedad y dificulta el desarrollo de larvas. Abrir puertas y
cajones de vez en cuando ayuda a mantener el ambiente seco y
fresco.
El uso de deshumidificadores en zonas propensas
a la condensación es fundamental para mantener niveles bajos de
humedad, ya que las polillas necesitan ambientes húmedos para
prosperar. La organización del armario permite
detectar a tiempo focos problemáticos; guardar la ropa limpia y
seca en bolsas herméticas o cajas de plástico también evita que las
polillas pongan huevos directamente sobre las prendas.
No basta con limpiar una vez. Es recomendable
inspeccionar regularmente zonas ocultas, textiles
almacenados y prendas poco usadas. Si la presencia de
polillas persiste o hay una infestación masiva, buscar
ayuda profesional es la opción más segura.
Con constancia y pequeños cambios en la rutina, es posible
mantener el armario protegido y la ropa libre de polillas. Los
hábitos sencillos marcan la diferencia y evitan futuros disgustos.
La clave está en un equilibrio entre limpieza,
vigilancia constante y el uso de métodos respetuosos con la salud y
el entorno.



