Cuando se habla de
enfermedades cardíacas, muchas mujeres jóvenes tienden a pensar
que no están en riesgo. Sin embargo, las cifras y los expertos
cuentan una realidad diferente. Las enfermedades del
corazón no discriminan por edad y son la principal causa
de muerte entre mujeres a nivel mundial. Para protegerse y tomar
decisiones informadas, es esencial conocer ciertos aspectos clave
sobre la salud cardíaca.
Las
mujeres tienen síntomas diferentes a los hombres
Cuando pensamos en un ataque al corazón, solemos imaginar un
dolor fuerte en el pecho. Sin embargo, en las mujeres, los síntomas
suelen ser diferentes y a veces poco evidentes. Muchas no sienten
ese dolor clásico. En su lugar, pueden experimentar fatiga
extrema, náuseas, malestar en la parte alta de la espalda o dolor
en el cuello. Estos síntomas, que no siempre se asocian
con problemas cardíacos, a menudo son confundidos con estrés,
agotamiento o problemas musculares.
Este desfase en los síntomas puede retrasar un diagnóstico
adecuado y, en algunos casos, incluso la atención médica oportuna.
La confusión se agrava porque estas señales suelen ser atribuidas a
otros problemas comunes en las mujeres, como migrañas o trastornos
digestivos. Por eso, es clave prestar atención a estas
señales y conocer cuándo podrían indicar algo más grave.
Estar informada puede marcar la diferencia entre recibir ayuda a
tiempo o enfrentar riesgos mayores. Siempre escucha tu cuerpo y no
dudes en buscar asistencia médica si algo no se siente bien.
Los
factores hormonales juegan un papel importante
La
salud cardíaca de las mujeres está íntimamente relacionada con
los cambios hormonales. Por ejemplo, durante la
menopausia, los niveles de estrógeno, que
tienen un efecto protector sobre el corazón, disminuyen. Esto
aumenta el riesgo de desarrollar hipertensión arterial y
enfermedades cardiovasculares. Además, complicaciones en
el embarazo, como la preeclampsia o la
diabetes gestacional, pueden incrementar la probabilidad de
padecer problemas cardíacos en el futuro, incluso años después de
dar a luz.
Las enfermedades cardíacas afectan a mujeres jóvenes más de
lo que se cree
El mito de que las enfermedades del corazón solo afectan a
personas mayores es peligroso. Estudios recientes revelan que
mujeres en sus veintes y treintas también enfrentan riesgos,
especialmente por factores como el sedentarismo, el
tabaquismo, la obesidad y el estrés crónico. Además,
condiciones como el síndrome del corazón roto o la enfermedad
microvascular coronaria, que son más comunes en mujeres, suelen
pasar desapercibidas debido a la falta de estudios específicos.

La salud
mental puede influir en el corazón
La conexión entre
la salud mental y la salud del corazón es más profunda de lo
que muchos piensan. Problemas como el estrés crónico, la ansiedad,
la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) aumentan
notablemente el riesgo de enfermedades cardíacas,
especialmente en mujeres. Estos estados emocionales pueden causar
inflamación en el cuerpo y alterar el equilibrio hormonal,
afectando directamente al sistema
cardiovascular.
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Por ejemplo, el estrés prolongado puede llevar a un aumento en
los niveles de cortisol, una hormona que, en exceso, puede
dañar los vasos sanguíneos y aumentar la presión
arterial. Asimismo, la ansiedad constante puede
desencadenar ritmos cardíacos anormales, mientras que la depresión
puede reducir la motivación para adoptar hábitos saludables, como
hacer ejercicio o mantener una
dieta equilibrada.
Darle prioridad al cuidado emocional no se trata solo de
sentirse mejor mentalmente. También ayuda a prevenir complicaciones
físicas graves como infartos o hipertensión. Tomar pequeños pasos,
como buscar apoyo profesional o practicar técnicas de relajación,
puede marcar una gran diferencia en la salud general. Tu corazón y
tu mente están más conectados de lo que parece: cuidar de uno es
también cuidar del otro.
La
prevención es posible, pero requiere acción temprana
Un dato alentador es que hasta el 80% de los eventos
cardiovasculares son prevenibles con cambios en el estilo
de vida. Adoptar una alimentación equilibrada, mantenerse activa,
dormir lo suficiente y evitar hábitos como el cigarro son maneras
efectivas de proteger el corazón. También es importante realizar
chequeos periódicos para medir la presión arterial, colesterol y
niveles de azúcar en la sangre, incluso desde una edad
temprana.
Las
enfermedades cardíacas son un enemigo silencioso que puede
afectar a mujeres de todas las edades. Pero conocer los riesgos y
entender los síntomas puede salvar vidas. Invertir en la salud hoy,
tanto física como mental, es el mejor escudo contra futuros
problemas cardíacos. Cuidar el corazón no es solo
una tarea para el futuro; es una prioridad para el presente.