¿Te imaginas ratones emitiendo sonidos más complejos, como si
intentaran comunicarse? Esto no es ciencia ficción. Un reciente
experimento científico ha abierto una nueva ventana al pasado
evolutivo al estudiar cómo ciertos genes humanos influyen en el
lenguaje.
El gen NOVA1 tiene un rol crucial en el
desarrollo del cerebro humano, porque regula la formación y función
de las neuronas a través de un mecanismo llamado “splicing
alternativo”. Esta función permite que un solo gen pueda generar
diferentes proteínas, dependiendo de las necesidades celulares.
La variante humana de NOVA1 es única y se diferencia por un
pequeño cambio en un aminoácido que no está presente en ninguna
otra especie, incluyendo antiguos parientes como los neandertales.
Este pequeño cambio ha sido vinculado a la evolución de capacidades
como el lenguaje, una habilidad que distingue a los humanos de
otras especies.
¿Cómo se modificaron
los ratones?
Para llevar a cabo el experimento, los científicos utilizaron
una tecnología de edición genética llamada CRISPR,
una herramienta que les permitió reemplazar la versión del gen
NOVA1 en ratones por la versión humana. Así, los ratones
genéticamente modificados comenzaron a expresar este gen único en
el desarrollo de sus cerebros.
El objetivo del experimento no era crear ratones parlantes, sino
entender cómo pequeños cambios genéticos influencian funciones
complejas como la comunicación.
Cambios
vocales en ratones: ¿Qué ocurrió?
Después de implantar el gen humano en los ratones, los
científicos observaron algo fascinante, las crías de ratones
emitieron vocalizaciones más agudas y
variadas comparadas con los ratones normales. En
los machos adultos, los sonidos utilizados durante el cortejo
también mostraron patrones más sofisticados y complejos.
Esto sugiere que la versión humana del gen NOVA1 altera los
circuitos neuronales relacionados con la comunicación. Aunque estos
sonidos no son lenguaje como tal, resaltan el impacto genético en
la forma en que los animales usan la voz para transmitir
información.

características genéticas humanas de este gen.
¿Es este gen
responsable del lenguaje?
Aunque este hallazgo es emocionante, sería incorrecto pensar que
un solo gen sea suficiente para explicar el lenguaje humano. De
hecho, el lenguaje es el resultado de un conjunto complejo
de factores, que incluye genética, estructura cerebral,
anatomía vocal y evolución cultural.
Día Mundial de la Epilepsia: rompiendo mitos y promoviendo la inclusión
Tres hermanas adolescentes intentan apuñalar a su madre por apagar el WiFi
Un oficial keniano de la misión multinacional en Haití desaparece tras ataque de bandas
“Usted nunca ha visto una factura de agua a nombre de un haitiano” – #DeInteres #FVDigital
Padres de Zoe Saldaña aseguran que sus triunfos son del pueblo dominicano
Otro gen relevante en la investigación del lenguaje es el
FOXP2, conocido popularmente como el “gen del
lenguaje”, que influye en áreas del cerebro cruciales para el habla
y se encuentra en otras especies, aunque en una forma menos
desarrollada.
Sin embargo, FOXP2 y NOVA1 son solo piezas de un rompecabezas
mucho más grande. Anatomías distintivas como el descenso de la
laringe, que permitió una mayor variedad de sonidos, también
jugaron un papel esencial en nuestra capacidad para desarrollar el
habla.
¿Qué significa
esto para la ciencia?
Este experimento no solo nos acerca al origen del lenguaje
humano, sino que también abre nuevas posibilidades para entender
aspectos de neurodesarrollo y enfermedades
relacionadas con el
sistema nervioso. Por ejemplo, trastornos como el autismo o el
deterioro cognitivo podrían tener vínculos con la forma en que
ciertos genes regulan las conexiones neuronales.
Además, este tipo de investigaciones nos recuerda la larga y
compleja historia evolutiva que nos ha llevado hasta donde estamos
hoy. Ratones que vocalizan de manera distinta gracias a un gen
humano nos dan pistas sobre cómo pequeños cambios genéticos pueden
tener impactos significativos en el comportamiento.
Por ahora, los ratones seguirán siendo un modelo científico,
pero sus sorprendentes vocalizaciones nos dejan una pregunta
abierta: ¿qué otros secretos están ocultos en nuestra genética?