#Salud: ¿Beber café hidrata o deshidrata?

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¿Cómo
afecta el café al equilibrio de líquidos en el cuerpo?

El café
es mayormente agua. Una taza contiene entre 150 y 200 mililitros de
líquido, lo que transforma cada café en una fuente real de
hidratación. Sin embargo, los debates surgen por la presencia de
cafeína, un compuesto conocido por su efecto diurético. La cafeína
puede estimular a los riñones para eliminar agua con mayor rapidez,
pero este efecto depende mucho de la cantidad
consumida
y de la tolerancia
individual
.

Al consumir café en cantidades moderadas, el cuerpo absorbe la
mayor parte del agua que contiene la bebida. Solo un excedente
importante de cafeína incrementa la eliminación de líquidos, y esto
ocurre raramente en quienes beben hasta 2 o 3 tazas al día. Además,
quienes consumen café a diario suelen desarrollar una tolerancia
que reduce el efecto diurético. En este contexto, el café puede
sumar a la ingesta diaria de líquidos y ser parte
de una hidratación adecuada.

Qué
dice la ciencia sobre el café y la hidratación

Estudios recientes desmontan la idea de que el café
necesariamente deshidrata. La ciencia respalda que una ingesta de
cafeína inferior a 300 mg diarios, lo que equivale a unas tres
tazas, no aumenta de forma significativa la pérdida de
líquidos
. Incluso, en consumidores habituales, el cuerpo
se adapta y el impacto diurético se reduce todavía más. Por eso,
los expertos consideran seguro incorporar café como una más de
varias fuentes de hidratación, siempre y cuando se mantenga el
consumo bajo control.

Las recomendaciones actuales sugieren entre 2 y 5 tazas de café
diarias para adultos sanos, preferiblemente en la mañana, para
minimizar cualquier perturbación del sueño y aprovechar los
beneficios antioxidantes. Mantenerse dentro de estos rangos permite
disfrutar del café sin temer por la hidratación.

Foto Freepik

El
café en comparación con otras bebidas hidratantes

El agua sigue siendo la mejor opción para
reponer líquidos. Es accesible, sin calorías y cumple su función
esencial en la regulación corporal. Sin embargo, el café aparece
como una alternativa complementaria útil,
especialmente si se compara con bebidas azucaradas, que añaden
calorías y no aportan beneficios claros para la salud.

Las infusiones y el té comparten características similares al
café, ya que también contienen en su mayoría agua y pueden
presentar efectos diuréticos leves por la cafeína. Es importante
aclarar que el café y el té, consumidos con moderación, suman a la
hidratación, pero no reemplazan por completo al
agua
. Para quienes no disfrutan del agua natural,
aromatizarla con frutas, hierbas o consumir bebidas como caldos
también aporta variedad sin perder el enfoque en la
hidratación.

Por otra parte, sustituir el café por refrescos o jugos
azucarados no ofrece beneficio, ya que estas bebidas aumentan el
riesgo de enfermedades metabólicas y suelen ser pobres en
nutrientes útiles.

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Recomendaciones para integrar el café en una rutina
saludable de hidratación

Para quienes desean disfrutar del café sin riesgos, los expertos
sugieren moderación. Se recomienda no sobrepasar las tres a
cuatro tazas diarias
, lo que mantiene el aporte de cafeína
dentro de los límites seguros y evita efectos secundarios
indeseados. Beber café temprano en el día reduce las alteraciones
del sueño y permite aprovechar su capacidad para mejorar el enfoque
y la alerta mental.

Las personas que son sensibles a la cafeína pueden optar por
café descafeinado o alternar con tés sin cafeína, agua de coco o
infusiones de hierbas. También es recomendable aumentar el consumo
de agua pura, sobre todo en días de mucho calor o actividad física
intensa.

Un consumo excesivo de cafeína puede generar molestias, como
nerviosismo, taquicardia, dolores de cabeza o alteraciones del
sueño. Quienes experimentan estos síntomas deberían reconsiderar la
cantidad y el momento de su consumo.

Consideraciones
especiales y grupos de riesgo

Algunas personas deben mostrar cautela con el café. Esto incluye
a quienes padecen hipertensión arterial, mujeres
embarazadas, niños y adolescentes, y personas con problemas
gástricos como gastritis o reflujo. En estos casos, los
profesionales aconsejan limitar o evitar el café. Resulta
preferible optar por alternativas como infusiones suaves, agua o
leche, que facilitan la hidratación sin efectos secundarios.

Para quienes atraviesan periodos de calor extremo o realizan
actividad física intensa, la prioridad debe ser siempre el agua. El
café
puede complementar, pero nunca debe desplazar el consumo de
líquidos básicos.

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