#Salud: Algunos factores que la provocan se pueden corregir y aquí te contamos cuáles son

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La celulitis es una condición que afecta a un gran número de
personas y, aunque muchas veces resulta frustrante, no todo está
fuera de nuestro control. Existen factores que contribuyen a su
aparición, algunos de los cuales pueden modificarse mediante
hábitos saludables. Pero, ¿qué provoca exactamente
esta afección y cómo minimizar su impacto?

¿Qué es la
celulitis?

Antes de profundizar en los factores corregibles, es importante
entender qué es la
celulitis
. Se trata de una acumulación irregular de
grasa
bajo la piel que empuja los tejidos conectivos,
formando pequeños hoyuelos o bultos visibles, comúnmente en muslos,
glúteos y abdomen. Aunque no pone en riesgo la salud, afecta la
apariencia estética y puede generar inseguridad.

La celulitis no debe confundirse con la celulitis infecciosa,
una condición médica que requiere atención profesional. Aquí nos
enfocaremos en la celulitis estética.

Factores
genéticos y hormonales: los inevitables

Algunos factores están fuera de nuestro control, como los genes
y las hormonas. La predisposición genética juega un papel
importante, determinando la estructura de nuestra piel, la
disposición de la grasa y la elasticidad del tejido conectivo. Por
otra parte, los niveles hormonales, como el estrógeno, pueden
influir significativamente en el desarrollo de la
celulitis, especialmente en mujeres.

Si bien estos factores no pueden cambiarse directamente, adoptar
ciertos hábitos puede reducir su impacto visible.

Alimentación
desequilibrada: un enemigo silencioso

Lo que se come tiene un impacto directo en la aparición de la
celulitis. Dietas ricas en azúcares y alimentos
ultra procesados favorecen la acumulación de grasa y la
inflamación, dos factores clave para la formación de celulitis.
Además, un consumo elevado de sal puede contribuir a la
retención de líquidos, haciendo más evidente el
problema.

Optar por una
dieta equilibrada
, rica en frutas, verduras, proteínas magras y

grasas saludables
, no solo mejora la salud en general, sino que
puede ayudar a combatir la acumulación de grasa bajo la piel.

Vida sedentaria:
el impacto de no moverse

La falta de actividad física es otro de los grandes responsables
de esta afección. Permanecer largos períodos sentado o inactivo
afecta la
circulación sanguínea
y el drenaje linfático, dos procesos
esenciales para mantener la piel lisa.

Incorporar ejercicios regulares como caminar, nadar o
practicar yoga ayuda a mejorar la circulación y tonificar los
músculos bajo la piel. Esto no solo reduce la celulitis, sino que
también mejora el estado físico en general.

Foto Freepik

Malos
hábitos posturales: un detalle poco considerado

Aunque puede pasarse por alto, mantener una postura incorrecta
durante mucho tiempo afecta la circulación. Piernas cruzadas o
posturas encorvadas dificultan el flujo sanguíneo, favoreciendo la
acumulación de líquidos y toxinas en ciertas áreas corporales.

Adoptar una postura erguida, así como alternar entre estar
sentado y de pie a lo largo del día, puede marcar una gran
diferencia.

Poca
ingesta de agua: deshidratación y piel opaca

La hidratación es fundamental para una piel sana. Cuando el
cuerpo no recibe suficiente agua, la piel pierde elasticidad,
volviéndose más propensa a desarrollar celulitis. Además, el agua
ayuda a eliminar toxinas que pueden agravar su
apariencia.

Beber al menos dos litros de agua al día no solo mejora la
apariencia de la piel, sino que también contribuye a un correcto
funcionamiento del organismo.

Ropa
ajustada y tacones: más que una cuestión de moda

El uso frecuente de ropa apretada o tacones altos puede
dificultar la circulación sanguínea, especialmente en las piernas.
Esto no significa que se deba eliminar por completo, pero alternar
con ropa cómoda y zapatos planos podría ayudar a reducir el
problema.

Es recomendable optar por prendas que no compriman excesivamente
las piernas y que permitan un flujo sanguíneo adecuado en el día a
día.

Estrés constante:
un enemigo para la piel

El estrés crónico eleva los niveles de cortisol, una hormona que
puede alterar el metabolismo, favoreciendo la acumulación de grasa.
Además, el estrés suele estar relacionado con una peor calidad del
sueño, afectando la regeneración celular y la apariencia de la
piel.

Practicar técnicas de relajación como meditación,
respiración profunda o ejercicio físico regular puede ser clave
para reducir el impacto del estrés en el
cuerpo.

Tabaco y alcohol:
hábitos perjudiciales

Ambos tienen un papel importante en la formación de celulitis.
El tabaco reduce el suministro de oxígeno a las células,
debilitando la piel y los tejidos conectivos. Por otro lado, el
alcohol contribuye a la deshidratación,
acumulación de toxinas y aumento de grasa corporal.

Reducir o eliminar estos hábitos mejora la salud general y
favorece una piel más saludable.

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