Lavar con agua fría no solo es una decisión que puede ayudarte a
cuidar tu bolsillo, sino también a proteger el medio ambiente. Con
el costo de la electricidad en aumento, muchas personas están
repensando cómo gestionar tareas cotidianas para ser más eficaces.
Cambiar a ciclos de lavado en frío no solo conserva tus prendas,
sino que también reduce significativamente el impacto
energético.
Cuidado de las telas
delicadas
Las telas como la seda, el encaje o el satén requieren un
tratamiento cuidadoso. El agua caliente puede encoger o
dañar estas fibras, dejándolas ásperas o sin forma. Usar
agua fría es mucho más seguro para mantener su textura suave y
apariencia original. Además, lavar a
mano estas prendas o colocarlas en bolsas de malla dentro de la
lavadora puede alargar aún más su vida útil.
Preservación de
colores
El agua caliente tiende a deslavar los tonos vibrantes y oscuros
con el tiempo, haciendo que la ropa pierda su apariencia original.
Por otro lado, el agua fría sella mejor los colores y evita
que se mezclen, especialmente en prendas nuevas. Esto es
ideal para tus pantalones negros favoritos o esa camisa de un rojo
intenso. Separar la ropa por colores y lavarlos en agua fría
garantizará que tus prendas luzcan como nuevas por más tiempo.
Protección del denim
Si hay algo que siempre merece cuidado especial, es el
denim. Esta tela puede encogerse, perder color y
deteriorarse fácilmente con lavados en caliente. El agua fría
mantiene las fibras del denim en su lugar, conservando tanto su
forma como su ajuste. Incluso el lavado ocasional en frío ayuda a
evitar que el pantalón sea víctima del desgaste prematuro.
Prendas deportivas y
ropa de gimnasio
El material elástico o de alto rendimiento, característico de la
ropa deportiva, soporta mejor los ciclos fríos. El lavado en
caliente puede afectar la elasticidad de estas
telas, haciéndolas menos funcionales con el tiempo.
Además, aunque el agua caliente puede eliminar bacterias en casos
extremos, la mayoría de los detergentes actuales están diseñados
para limpiar eficazmente a bajas temperaturas, eliminando
olores incómodos sin comprometer la calidad de la prenda.
Trajes de baño y
tejidos sintéticos
Los trajes de baño suelen estar hechos de fibras sintéticas como
el nylon y el elastano. Estas fibras son sensibles al calor y
tienden a desgastarse y perder elasticidad si se exponen a
altas temperaturas. El agua fría mantiene la estructura y
los colores de los bañadores durante más tiempo. Se recomienda
lavar estas prendas a mano o colocarlas en una bolsa de lavado para
mayor protección.
Ropa
con manchas
Contrario a lo que muchos piensan, el agua caliente puede fijar
algunas manchas como la sangre o el café. El agua fría, en cambio,
es más efectiva para desintegrar y levantar las manchas
difíciles antes de que se adhieran permanentemente a la
tela. Si tienes ropa manchada, pretratarla antes del lavado y usar
agua fría puede generar mejores resultados.
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Prendas propensas a
arrugas
Aunque el calor a menudo se asocia con la desaparición de
arrugas, comenzar el proceso con un lavado en frío puede hacer
maravillas. Las telas que tienden a arrugarse, como el algodón o el
lino, se mantienen más “relajadas” cuando se lavan a
temperaturas bajas, reduciendo la cantidad de planchado
necesario posteriormente.
Suéteres y ropa de
lana
Los suéteres y otras prendas de lana pueden encogerse o volverse
rígidos cuando se exponen a temperaturas altas. El agua fría es la
mejor opción para conservar la forma y suavidad de suéteres
de lana o mezclas similares. Por seguridad adicional,
escurrir suavemente con las manos en lugar de retorcer o someterlos
a centrifugados fuertes.
Razones
medioambientales y económicas
Lavar con agua fría tiene un impacto directo en la factura de
electricidad y en la huella de carbono de un hogar. Cuando cambias
al ciclo de agua fría, puedes reducir hasta un 40% el gasto
energético asociado al lavado, lo que no solo beneficia tu
bolsillo, sino también al planeta. Esto se debe a que el 90% de la
energía utilizada por las lavadoras se destina solo a calentar el
agua. Optar por temperaturas bajas contribuye a estilos de vida más
sostenibles.
Pequeños cambios,
grandes beneficios
El lavado con agua fría es una estrategia sencilla que ofrece
múltiples beneficios. Conserva el estado de tus prendas favoritas,
ahorra dinero y reduce el impacto ambiental. Al implementar este
hábito, estarás marcando una diferencia tanto en tu presupuesto
como en la durabilidad de tu ropa. Estas prácticas, además de ser
responsables, demuestran cómo un pequeño ajuste puede influir
significativamente en el cuidado personal, financiero y
ambiental.