#Salud: 8 Mentiras Comunes Sobre las Personas Obesas Que Debes Dejar de Creer en 2025

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En un mundo donde la apariencia física a menudo predomina, las
personas con obesidad enfrentan un sinfín de prejuicios. A estas
creencias infundadas no solo les falta evidencia
científica, sino que perpetúan una imagen distorsionada de la
realidad
. Es momento de desmentir algunas de estas ideas y
comprender la complejidad que hay detrás de esta condición.

La
obesidad es simplemente falta de fuerza de voluntad

Es común escuchar que todo se reduce a “comer menos y moverse
más”. Sin embargo, la obesidad es multifactorial.
No depende únicamente de las decisiones individuales, sino también
de factores como la genética, los desbalances hormonales y
situaciones médicas específicas. Decir que todo se basa en la
voluntad es simplificar algo muchísimo más complejo.

Además, los entornos
obesogénicos
lugares donde los alimentos ultraprocesados son
más accesibles y baratos que las opciones saludables
agregan otro nivel de dificultad.
Vivir con obesidad no es
una elección, sino una interacción de múltiples factores.

Todas las
personas obesas son poco saludables

Esta idea no solo es falsa, sino que ignora una verdad
importante: la salud no está definida únicamente por el
peso
. Numerosos estudios han demostrado que algunas
personas con obesidad pueden ser metabólicamente saludables, con
niveles normales de
presión arterial
, colesterol y azúcar en la sangre. Por otro
lado, personas delgadas pueden enfrentarse a problemas graves de
salud.

Reducir la salud a un número en la balanza es un error. Factores
como la alimentación equilibrada, la actividad física
regular y el control del estrés
son importantes
independientemente del tamaño corporal.

Las
personas con obesidad solo comen comida chatarra

Imaginar a alguien con obesidad rodeado de hamburguesas y
refrescos es un estereotipo dañino. Muchas personas con obesidad
siguen dietas equilibradas e incluso cuidan su
alimentación. La obesidad no siempre proviene de consumir alimentos
poco saludables; hay casos en los que medicamentos, desequilibrios
metabólicos o trastornos médicos influyen enormemente en el aumento
de peso.

Este mito también ignora la importancia de la calidad de los
alimentos disponibles. En comunidades con acceso limitado a
alimentos frescos, la elección puede no ser un lujo, sino una
necesidad.

Si
alguien es obeso, es que “se lo buscó”

Pensar que las personas con obesidad “eligieron” estarlo refleja
una falta de empatía y comprensión. La obesidad es una
enfermedad reconocida por la OMS, no un fallo
moral. Factores como el estrés crónico, traumas emocionales, el uso
de ciertos fármacos o condiciones genéticas contribuyen de manera
significativa a esta realidad.

Culpar a quienes tienen obesidad es injusto, especialmente
cuando muchos están luchando activamente con factores fuera de su
control. Nadie “elige” vivir con estigmas y problemas de salud
asociados.

Foto Freepik

Las personas obesas son
perezosas

Este mito perpetúa una narrativa dañina que estigmatiza la
condición. La realidad es que la obesidad no define la
productividad ni las capacidades físicas
de una persona.
Muchas personas con obesidad llevan vidas activas, trabajan largas
jornadas y enfrentan los mismos retos diarios que cualquier otra
persona.

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Además, asociar la obesidad con falta de esfuerzo físico es
ignorar que no todas las formas de actividad queman las mismas
calorías. Optar por caminar en vez
de conducir o hacer actividades cotidianas puede ser significativo,
incluso si no se traduce en la pérdida de peso esperada.

Las
personas con obesidad no pueden ser atractivas

La belleza es subjetiva y no tiene relación directa con el peso
corporal. A pesar de que en los medios se promueve una imagen única
de lo que es “atractivo”, las percepciones reales varían
ampliamente. En redes sociales y aplicaciones de citas, personas
con cuerpos diversos reciben muestras de cariño y
admiración
.

La personalidad, la confianza y otros rasgos son igual de
importantes para despertar atracción. Reducir la belleza a la talla
de ropa es limitar un concepto increíblemente vasto.

Solo necesitan hacer
dieta

Quienes creen que la solución está en una simple dieta
subestiman lo complejo que es el cuerpo humano. El 95% de
las dietas fallan a largo plazo
, y muchas veces conducen
al efecto rebote y a patrones alimenticios compulsivos. Tratar la
obesidad requiere un enfoque integral que abarque salud mental,
actividad física y apoyo médico cuando sea necesario.

Un cambio duradero no se logra aplicando restricciones extremas.
En lugar de enfocarse solo en números, es más eficaz trabajar con
especialistas para entender las necesidades de cada persona.

Los
carbohidratos son el enemigo principal

En la era de las dietas cetogénicas y bajas en carbohidratos,
este mito ha ganado aún más fuerza. Pero los carbohidratos son una
fuente importante de energía, y no son directamente responsables de

la obesidad.
La calidad del alimento es mucho más importante
que su composición. Por ejemplo, un plato lleno de granos
integrales y vegetales aporta beneficios nutricionales
,
mientras que un snack ultraprocesado, aunque bajo en carbohidratos,
puede ser perjudicial.

Es esencial eliminar la demonización de un solo macronutriente y
considerar la dieta como un todo equilibrado.

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