#Salud: 8 alternativas al huevo que son igual de saludables (o incluso más)

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Ya no se trata solo de moda: la búsqueda de alternativas
al huevo es una tendencia en alza
. Cada vez más personas
exploran nuevos ingredientes para su desayuno y otras comidas, ya
sea por alergias, por cuidar la salud, por los cambios constantes
de precio o por preferencias personales como el veganismo.

¿Por qué buscar alternativas al huevo?

El consumo de huevo se ve afectado por muchas razones. Uno de
los motivos principales es el aumento en los precios, que obliga a
muchas familias a buscar fuentes de proteína más económicas. Las
alergias o intolerancias al huevo también son cada vez más comunes
y pueden provocar molestias digestivas o reacciones graves.
La sostenibilidad ambiental preocupa a quienes
buscan reducir su impacto, ya que la producción masiva de
huevo
implica el uso de recursos y genera emisiones.

A estos factores se suman cambios en la alimentación: aumenta el
interés por opciones más ligeras, bajas en colesterol y aptas para
todo tipo de dietas. Actualmente, varias alternativas al huevo
aportan proteínas de alta calidad, fibra, grasas
saludables, vitaminas y minerales
, permitiendo mantener
una dieta plena y variada. La clave está en buscar combinaciones
que sumen valor nutricional, sabor y practicidad.

Ocho alternativas saludables al huevo

Entre las opciones más recomendadas destaca el yogur
griego
. Es rico en proteína, calcio y
probióticos, por lo que fortalece los músculos y el sistema
digestivo. Puede servirse con fruta, nueces o semillas como
desayuno o merienda. Su textura suave permite usarlo en salsas,
aderezos o incluso reemplazar huevo en algunas masas, logrando
resultados cremosos y equilibrados.

Otra opción muy popular es el queso cottage.
Con bajo contenido de grasa y alto de proteínas, funciona bien en
tostadas, ensaladas o como base de rellenos. La
ricotta también se suma como alternativa, ya que
su perfil lácteo suave la hace adecuada tanto en recetas dulces
como saladas, aportando calcio, fósforo y una textura ligera.

El tofu es una de las estrellas veganas. Se
elabora a partir de la soja, por lo que suma proteína vegetal y
minerales como magnesio y hierro. El tofu firme puede saltearse con
verduras y especias para simular un revuelto, mientras que el tofu
suave se emplea en batidos o postres. No contiene lactosa ni
colesterol, resultando apto para quienes buscan cuidar el
corazón.

Para quienes quieren una opción práctica y lista para llevar,
los batidos de proteína cumplen muy bien el
objetivo. Actualmente existen opciones vegetales (guisante, soya,
arroz) y animales (suero de leche), con versiones saborizadas y
listas para preparar con agua o leche vegetal. Un batido bien
formulado aporta todos los aminoácidos esenciales y puede
personalizarse con frutas, semillas o avena.

El pan integral con crema de cacahuate y
plátano
destaca por su combinación de carbohidratos
complejos, grasas saludables y potasio. Esta combinación brinda
energía sostenida y saciedad. Agregar semillas de chía o trozos de
nuez suma fibra y antioxidantes, haciendo de este desayuno una
opción accesible y nutritiva.

La avena con semillas, como chía o girasol, es
un desayuno clásico repleto de fibra, hierro, omega-3 y proteína
vegetal. Permite prepararse en frío (overnight oats) o caliente,
con agregados de frutos secos, miel o especias. Es apta para
personas con colesterol elevado, ya que ayuda a regular los niveles
sanguíneos y mejora la digestión.

Entre las pseudocereales, la quinua se lleva el
premio a la versatilidad y valor nutricional. Aporta proteína
completa, magnesio, fósforo y fibra. Puede prepararse como base de
“bowls” con vegetales y hummus o como desayuno con leche vegetal,
frutas y canela. Es apta para personas celíacas, ya que no contiene
gluten.

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Finalmente, el ricotta que además de su
tradicional uso en pastas o tartas, resulta excelente en desayunos
dulces con frutas frescas, miel y frutos secos. Su contenido de
calcio, proteínas y grasas saludables la convierten en un gran
aliado para huesos y músculos, además de brindar una textura suave
que gusta tanto a niños como a adultos.

Foto Freepik

Sustitutos vegetales para cocinar y hornear

La repostería y la cocina casera agradecen los sustitutos
vegetales del huevo, ya que logran texturas y resultados
sorprendentes. El plátano triturado es perfecto
para tortitas y pasteles, ya que suma dulzura y humedad natural. Se
recomienda usarlo en recetas con chocolate, avena o canela,
evitando el uso de azúcar extra.

La compota de manzana sin azúcar también cumple
ese papel. Añade fibra y jugosidad, ayudando a ligar masas de
galletas, brownies o bizcochos. Funciona mejor en recetas suaves,
donde el sabor frutal complemente la mezcla.

Las semillas de lino molidas con agua (conocido
como “huevo de lino”) son ideales para masas veganas. Al combinar
una cucharada de lino molido y tres de agua, se forma un gel que
reemplaza la capacidad ligante del
huevo
en budines, muffins y panqueques.

Por su lado, el aquafaba (líquido de cocción de
los garbanzos) se ha ganado un lugar en la cocina moderna. Batido,
alcanza una textura similar a las claras montadas, pudiendo usarse
en mousses, merengues y panes sin huevo. Es hipoalergénico y libre
de gluten, lo que lo hace ideal para muchas personas con
restricciones dietéticas.

Para quienes buscan mejores resultados, se recomienda añadir
unas gotas de limón o vinagre al aquafaba, lo que
ayuda a estabilizar el batido. En el caso de las masas con
semillas de lino o chía, es importante dejar
reposar la mezcla unos minutos para que espese y se integre
bien.

Con estos ingredientes, cualquier aficionado puede experimentar
en la cocina y hornear sin miedo, obteniendo platos nutritivos,
sabrosos y aptos para todos. La cocina creativa se convierte en
aliada de la salud y el bienestar gracias a la variedad de
sustitutos saludables del huevo.

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