En cuanto llega el invierno y la calefacción se pone al máximo, muchas plantas de interior empiezan a amarillear, a perder hojas y a pudrirse por exceso de riego. El aire se vuelve muy seco, la luz disminuye y el sustrato tarda más en secarse, una combinación letal para muchas especies. Sin embargo, hay un grupo de plantas resistentes al aire seco que soportan radiadores, descuidos de riego y rincones sombríos sin perder su encanto.

¿Por qué la calefacción estresa tanto a las plantas de interior?
La calefacción central crea un clima estable para las personas, pero muy incómodo para la mayoría de las plantas. El aire seco hace que las hojas pierdan agua con rapidez, las raíces se quedan en un sustrato húmedo que tarda días en secarse y cualquier corriente fría cerca de una ventana provoca cambios bruscos de temperatura.
En estas condiciones, las plantas sensibles amarillean, se llenan de puntas secas o se arrugan como si tuvieran sed, aunque la tierra esté mojada. En cambio, las plantas fáciles de cuidar en invierno suelen tener hojas gruesas, raíces fuertes y una gran tolerancia a la sequía y al calor interior.
7 plantas de interior que sobreviven a la calefacción sin quejarse
Estas siete especies se convierten en aliadas perfectas para pisos urbanos con radiadores encendidos muchos meses, poco tiempo para regar y habitaciones con luz limitada.
Sansevieria: la planta casi indestructible junto al radiador
La sansevieria soporta aire seco, poca luz y largos periodos sin agua, por eso se la considera una planta casi indestructible. Sus hojas almacenan humedad y toleran bien la cercanía de un radiador siempre que la maceta tenga buen drenaje. Se adapta al dormitorio, al salón o a un pasillo, con un riego solo cuando la tierra esté completamente seca y un plus interesante, ayuda a purificar el aire del interior.
Zamioculcas: hojas brillantes que aguantan el olvido
La zamioculcas luce un follaje brillante y muy decorativo, con un aspecto moderno que encaja en oficinas y salones contemporáneos. Sus raíces y tallos engrosados guardan agua, por lo que acepta sin problema la calefacción, la luz media y riegos muy espaciados. Resulta ideal para quienes se olvidan del riego y buscan plantas resistentes al aire seco que sigan verdes todo el invierno.
Cactus: el amante del aire seco y del sol de invierno
El cactus procede de ambientes áridos, por eso se siente cómodo en interiores calefactados y secos. Sus tejidos carnosos almacenan agua, siempre que el sustrato sea muy drenante y la maceta no se quede encharcada. En un alféizar soleado, con luz directa suave de invierno y apenas unos riegos ligeros al mes, mantiene su silueta gráfica sin quejarse del calor del salón.

Crassula o árbol de jade: pequeña suculenta para pisos calurosos
La crassula es una suculenta compacta perfecta para espacios pequeños y estancias calurosas. Disfruta del aire seco, resiste bien la falta de riego y agradece un rincón luminoso con sol filtrado a través del cristal. En invierno es mejor dejar que la capa superior de la tierra se seque del todo, de este modo se evita la pudrición y se mantiene un crecimiento denso y equilibrado.
Ficus elastica: toque de selva que soporta la canícula interior
El ficus elastica aporta un aire de jungla urbana gracias a sus grandes hojas brillantes y gruesas, capaces de retener agua y soportar el calor de la calefacción. Funciona muy bien en salones con luz brillante pero sin sol directo fuerte, siempre con un riego moderado y controlado. Quien busca plantas fáciles de cuidar en invierno con presencia decorativa encuentra en este ficus una pieza central muy agradecida.
Chlorophytum: la planta araña que lo soporta casi todo
El chlorophytum, o planta araña, se adapta con facilidad a interiores cambiantes, con variaciones de humedad, aire seco y riegos poco regulares. Se ve especialmente atractivo en macetas colgantes o en estanterías, donde sus hojas arqueadas aportan movimiento. Solo necesita luz indirecta y un riego algo más frecuente que las suculentas, dejando siempre que el sustrato pierda algo de humedad entre riegos.
Aspidistra, la clásica de interior que nunca se rinde
La aspidistra se conoce desde hace décadas como planta de hierro por su capacidad para aguantar casi todo. Tolera poca luz, corrientes suaves, sustrato seco y calefacción constante sin perder su porte elegante. Encaja bien en entradas, pasillos y rincones sombríos donde otras plantas fracasan, con un mantenimiento mínimo y un crecimiento lento pero muy estable a lo largo de los años.
Trucos rápidos para que estas plantas vivan felices con calefacción
Para que estas especies mantengan su mejor aspecto durante el invierno basta con algunos gestos sencillos. Conviene dejar que la tierra se seque un poco entre riegos, evitar que las macetas se queden con agua en el plato y no apoyar los tiestos directamente sobre el radiador o una fuente de calor. Agrupar varias plantas ayuda a crear una pequeña burbuja de humedad y un cuenco de agua cercano puede suavizar el ambiente seco del salón.



