#Salud: 6 alimentos comunes que los expertos en seguridad alimentaria nunca comen

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Carne cruda o poco
cocida

Carnes como el steak tartare o cualquier carne
servida cruda o poco cocida representan un peligro real. La razón
principal es que este tipo de
alimentos
omiten un proceso esencial para eliminar patógenos:
la cocción completa. En particular, la carne molida es aún más
problemática debido al riesgo de contaminación cruzada durante su
procesamiento. Para minimizar el riesgo de infecciones como la
E. coli o la Salmonella, los
expertos siempre cocinan estas carnes hasta alcanzar una
temperatura segura.

Mariscos y moluscos
crudos

Las ostras y otros moluscos crudos, aunque populares en muchos
menús de restaurantes, ocultan peligros al ser consumidos sin
cocinar. Debido a su naturaleza filtradora, estos organismos
retienen bacterias y contaminantes del agua donde crecen.
Microorganismos como el Vibrio vulnificus
representan una amenaza significativa, pues pueden causar
infecciones graves e incluso potencialmente mortales conocidas como
vibriosis. Cocinar los mariscos elimina de forma
efectiva estos riesgos.

Productos no
pasteurizados

Leche cruda, jugos de frutas sin pasteurizar y otros productos
similares pueden parecer opciones naturales y saludables, pero son
un caldo de cultivo para bacterias dañinas. Expertos en seguridad
alimentaria alertan sobre la presencia de
Listeria, E. coli y
Salmonella, microorganismos que pueden acarrear
graves consecuencias para la salud. Consumir productos
pasteurizados no solo es una alternativa más segura, sino también
una garantía de calidad.

Foto Freepik

Brotes
crudos

Aunque los brotes de soja, alfalfa o cualquier otro tipo
parezcan un alimento lleno de nutrientes, su ambiente de cultivo es
ideal para el crecimiento de bacterias. Brotes crudos han estado
frecuentemente ligados a brotes de Salmonella y
E. coli debido a la combinación de humedad y
temperatura cálida durante su producción. Los expertos recomiendan
cocinarlos antes de consumirlos o buscar alternativas más
seguras.

Alimentos
preparados en condiciones dudosas

Los buffets y las comidas servidas en lugares con estándares de
higiene cuestionables deberían ser observados con cautela. Cuando
los alimentos no se mantienen dentro de un rango de temperatura
seguro, como por debajo de 4 °C o por encima de 60 °C, se
convierten en un terreno fértil para bacterias como la Salmonella o
el Clostridium perfringens, que pueden causar intoxicaciones
graves. Además, la manipulación inadecuada, como el uso de
utensilios sucios o la falta de guantes por parte del personal,
puede aumentar el riesgo de contaminación.

Un punto a considerar son las bandejas de autoservicio. Estas
áreas, donde las personas utilizan las mismas pinzas o cucharas
para servirse, crean una mezcla constante de alimentos y partículas
de manos que no siempre están limpias. Incluso el hecho de dejar
los recipientes abiertos expone la comida a estornudos, tos o polvo
del ambiente, lo que intensifica las posibilidades de contaminación
cruzada.

Para aquellos que gestionan buffets, el seguimiento continuo de
normas como rotar los alimentos frecuentemente y monitorear las
temperaturas es clave, pero desde la perspectiva del consumidor, el
riesgo sigue existiendo. Por ello, muchos expertos optan por evitar
estas opciones por completo y prefieren elegir
alimentos
que se preparen al momento, bajo supervisión directa,
con ingredientes frescos manipulados en entornos controlados. La
práctica no solo reduce el riesgo de enfermedades, sino que asegura
una mayor calidad en la comida que consumimos.

Huevos crudos o poco
cocidos

Los huevos crudos o con claras y yemas líquidas, populares en
recetas como la mayonesa casera, el mousse de chocolate, o incluso
ciertos aderezos y cócteles, pueden ser peligrosos. Su consumo
conlleva un riesgo significativo de contaminación por
Salmonella, una bacteria que puede causar
infecciones gastrointestinales graves. Este riesgo aumenta cuando
los huevos no se almacenan adecuadamente, especialmente si se dejan
fuera del refrigerador, ya que las bacterias pueden multiplicarse
rápidamente a temperatura ambiente.

Para reducir estos peligros, es fundamental cocinar los huevos
hasta que las claras y las yemas estén firmes. Esto no solo elimina
la Salmonella, sino también cualquier otro microorganismo dañino
que pudiera estar presente. Si una receta requiere huevos en su
estado crudo o poco cocido, como en aderezos o postres, opta por
huevos pasteurizados, que son tratados térmicamente para garantizar
su seguridad sin alterar su sabor o textura. Además, productos
elaborados a base de huevo, como mezclas comerciales de
pastel o aderezos
, suelen utilizar huevos pasteurizados,
ofreciendo una alternativa más segura. Al final, la conservación
adecuada y la cocción completa son tus mejores aliados para
disfrutar de este alimento sin riesgos innecesarios.

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