Los Crocs son conocidos por su flexibilidad, ligereza y
facilidad para ponerlos y quitarlos. Y para muchos padres, esto es
una solución rápida y práctica para lidiar con zapatos en la rutina
diaria. Además, los colores vibrantes y los accesorios
personalizables los hacen atractivos para los niños.
A pesar de estas ventajas, no todos los zapatos que parecen
cómodos son realmente buenos para un uso prolongado. Aquí es donde
empiezan los problemas.
¿Qué riesgos trae usar Crocs durante demasiado tiempo?
Aunque podrían parecer la opción perfecta, los Crocs no
proporcionan el soporte necesario para los pies en crecimiento. A
continuación, te explicamos algunos de los principales riesgos:
Falta de soporte para el arco del pie
El arco del pie juega un papel clave en el desarrollo de los
niños porque ayuda a amortiguar los impactos al caminar, correr
o saltar. Los Crocs, al ser tan planos, no ofrecen un soporte
adecuado, lo que puede desencadenar dolores y molestias a corto y
largo plazo.
Mayor riesgo de caídas
El diseño abierto en la parte de atrás contribuye a que el pie
no quede completamente sujeto. Esto, combinado con la suela lisa de
estos zapatos, aumenta la posibilidad de resbalones y torceduras,
especialmente en superficies mojadas o irregulares.
Problemas posturales
Usar calzado sin soporte adecuado afecta no solo los pies, sino
también la postura general. Los niños pueden desarrollar una
postura incorrecta al caminar, lo que eventualmente perjudica las
rodillas, las caderas y la espalda.
Incomodidad con el uso prolongado
Aunque pueden sentirse cómodos al principio, los Crocs no están
diseñados para largas jornadas porque el material plástico no
permite una correcta ventilación, lo que podría causar irritaciones
o sudoración excesiva en los pies de los pequeños.

¿Qué dicen los expertos?
Muchos podólogos y especialistas en salud infantil coinciden en
que los Crocs están bien para usos puntuales, como ir a la piscina
o dar paseos cortos. Sin embargo, resaltan que no son un calzado
apto para actividades diarias o deportes.
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Pediátricos señala que unos zapatos adecuados para niños deben
proporcionar soporte en el arco, amortiguación y una sujeción firme
en el talón. Los Crocs, aunque son cómodos y prácticos, fallan en
estos aspectos clave.
No todos los casos son negativos, ya que estos
zapatos tienen su lugar, siempre y cuando los padres los utilicen
en situaciones apropiadas:
El truco está en no depender exclusivamente de este tipo de
calzado, sino considerarlo una opción ocasional.
Alternativas saludables para los pies de tus hijos
Si necesitas un calzado que proteja los pies de tus hijos y al
mismo tiempo les permita moverse con libertad, hay opciones mucho
más seguras:
- Zapatos con soporte en el arco: asegúrate de
que proporcionen un buen equilibrio y amortiguación. - Calzado de tela transpirable: evita materiales
plásticos o sintéticos que no permitan la circulación del
aire. - Con sujeción en el talón: busca modelos con
tiras ajustables o cierres que aseguren una buena sujeción. - Revisiones periódicas: es importante
asegurarte de que el tamaño sea el correcto, ya que los pies de los
niños crecen rápidamente.
Recuerda que aunque este tipo de calzado puede ser útil en
ocasiones específicas, no debería ser la elección principal para el
uso diario.