Todos hemos tenido alguna vez una noche de sueño
agitada con sueños incómodos, sin saber bien por qué.
Curiosamente, lo que comemos puede estar interfiriendo con nuestro
descanso nocturno. Este artículo investiga los alimentos que pueden
contribuir a que tengamos pesadillas y cómo evitarlos para lograr
una noche de descanso más placentera.
Alimentos que pueden provocar pesadillas
Comida picante
¿Te has preguntado por qué después de una cena
condimentada te cuesta más dormir bien? La comida
picante puede elevar la temperatura corporal, lo
cual afecta el ciclo de sueño. Esta alteración puede tener como
resultado sueños intensos o pesadillas. Por esa razón, evita
disfrutar de esas delicias picantes antes de acostarte,
especialmente si ya has notado que te afectan.

Alimentos azucarados
Consumir dulces antes de dormir puede elevar el
azúcar en sangre, energizando al cerebro cuando debería estar
descansando. Este choque puede desencadenar sueños
inquietantes y menos reparadores. Así que, si buscas un
sueño tranquilo, guarda los postres para más temprano en el
día.
Bebidas con cafeína
La cafeína y el sueño simplemente no son buenos
amigos, porque esta sustancia te mantiene despierto, pero también
puede provocar sueños vívidos al interferir con tus patrones de
descanso. Trata de evitar
café, refrescos y tés con cafeína varias horas antes de
acostarte.
Alcohol
Aunque un par de copas pueden hacerte sentir somnoliento,
el alcohol altera tus patrones de sueño,
ocasionando sueños más intensos o pesadillas. Esto se debe a que,
aunque induce al sueño, interfiere con la fase REM, crucial para un
descanso reparador.
Alimentos grasos
Las comidas ricas en grasas pueden ser una
delicia, pero también son pesadas de digerir. Este tipo de
alimentos prolongan la digestión, lo cual puede afectar la calidad
del sueño y hacer tus noches más inquietas. Comer más ligero por la
noche es siempre una buena estrategia.

Mecanismos detrás de las pesadillas
La digestión implica un incremento en la actividad
metabólica, lo cual puede traducirse en un sueño más
ligero y sueños intensos. La incomodidad estomacal
puede hacer que nos despertemos con frecuencia, lo que a su vez se
traduce en una mayor percepción de los sueños o pesadillas.
Un estudio en la revista Frontiers in
Psychology reveló que alimentos ricos en grasas y
azúcares están ligados a sueños más activos. La investigación apoya
la idea de que nuestros hábitos alimenticios nocturnos afectan la
calidad de nuestro sueño, haciendo más común la aparición de
pesadillas.
Consejos para evitar pesadillas
Para evitar pesadillas, planifica tus cenas
para que sean ligeras y nutritivas. Prioriza alimentos fáciles de
digerir y evita comer justo antes de dormir. Este simple cambio
puede marcar una gran diferencia.
Incluye en tu cena alimentos que favorezcan un sueño reparador,
como plátanos o avena, ricos en triptófano, un
aminoácido que promueve la producción de serotonina y mejora la
calidad del sueño.
Las infusiones de hierbas, como la manzanilla, pueden ser un
excelente sustituto de otras bebidas.
Evitar comidas pesadas, azucaradas o estimulantes nos ayuda a
descansar mejor y a reducir la aparición de pesadillas. Si notas
que tus sueños inquietos son frecuentes, tal vez sea momento de
revisar tus hábitos alimenticios nocturnos.
La relación entre nuestros hábitos alimenticios y el sueño es
más estrecha de lo que pensamos. Optar por elecciones
conscientes en nuestras cenas no solo puede evitar sueños
incómodos, sino también mejorar nuestra salud y
bienestar general.


