Un buen desayuno no solo te da la energía necesaria para
arrancar el día, sino que también influye de manera positiva en tu
salud general y bienestar. Un desayuno equilibrado que incluya
proteínas puede ayudarte a sentirte satisfecho por más tiempo,
disminuir el impulso de comer en exceso y apoyar el
desarrollo y mantenimiento de tus músculos.
Si quieres incorporar más proteínas desde la mañana, no
necesitas complicarte demasiado en la cocina. Existen muchas
opciones variadas, fáciles de preparar y llenas de sabor que,
además de ser prácticas, son ideales para mejorar tu alimentación
diaria a corto, mediado y largo plazo. El día de hoy te dejamos
algunas sugerencias para que disfrutes
desayunos nutritivos y deliciosos al mismo tiempo.
El poder del huevo:
más que un básico
Los huevos son una fuente insuperable de
proteínas que no puede faltar en la cocina. Son
versátiles, económicos y rápidos de preparar, adaptándose a una
amplia variedad de recetas que se caracterizan por ser fáciles,
deliciosas e ideales para todo tipo de situación. Un huevo grande
aporta cerca de 6 gramos de proteína junto con nutrientes
esenciales como vitamina B12, selenio y colina, lo que los
convierte en una opción ideal para comenzar el día con energía.
Para un desayuno delicioso y balanceado, prueba una
tortilla rellena de espinacas y queso feta. Esta
combinación junta las proteínas de los huevos con los antioxidantes
de las espinacas y el calcio del queso. Si buscas
otra idea sencilla, un huevo escalfado sobre una tostada integral
con puré de
aguacate es perfecto. Este platillo no solo es un placer para
el paladar, sino también una excelente manera de equilibrar
grasas saludables y proteínas desde las primeras horas del
día.
¿Te gustarían más ideas? Puedes hacer huevos revueltos con
champiñones salteados y un toque de hierbas frescas como perejil o
cilantro. Los champiñones añaden fibra y una textura
deliciosa al plato. Si prefieres un giro dulce para tu
desayuno, considera preparar huevos revueltos con una pizca de
canela y un toque de
miel, acompañados de un buen puñado de frutas frescas.
Los huevos no solo son un básico; son una opción nutritiva y
fácil de personalizar para satisfacer tus gustos y necesidades
alimenticias cada mañana.
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Yogur griego con
toppings nutritivos
El yogur griego natural es otra excelente
opción para un desayuno proteico. Un envase puede tener entre 10 y
15 gramos de proteína, esto dependiendo de la marca. La clave está
en usar toppings saludables para elevar sus
beneficios. Prueba agregar semillas de chía, que ofrecen omega-3 y
antioxidantes, junto con frutos rojos como fresas y arándanos, que
aportan vitamina C. Para un toque dulce natural, puedes añadir un
poco de miel o rodajas de plátano. Si buscas una textura crujiente,
incluye granola sin azúcar añadida o frutos secos como almendras y
nueces a tu preparación.
Overnight oats con un
boost proteico
Si eres de las personas que aman ahorrar tiempo por la mañana,
los overnight oats son tu aliado perfecto. Esta
preparación en frío combina avena con leche o bebida
vegetal, y al dejarla reposar toda la noche, se convierte
en un desayuno listo para disfrutar. Pero, ¿cómo convertirlo en una
opción rica en proteínas? Añade una cucharada de proteína
en polvo con sabor a chocolate o vainilla a la mezcla, o
bien opta por mantequilla de maní o almendra para un aporte extra
de grasas saludables y sabor. Completa con frutas frescas, como
kiwi o mango, y tendrás un desayuno tan nutritivo como delicioso
que no te arrepentirás de probar.
Tostadas de
pan integral con pollo o salmón
Las tostadas no tienen que ser aburridas. Usa pan integral o pan
de centeno como base, que gracias a su fibra te ayudará a
mantenerte satisfecho por más tiempo, lo que te permitirá llegar a
la siguiente comida sin acudir a alimentos poco saludables que
echen a perder tu dieta. Sobre estas tostadas puedes colocar
salmón ahumado, una fuente excepcional de
proteínas y omega-3. Combínalo con queso crema bajo en grasa y un
poco de eneldo fresco. Otra variante es usar pechuga de
pollo desmenuzada y agregar rodajas de tomate, hojas de
rúcula y un toque de aceite de oliva. Estas combinaciones son
perfectas, ligeras y llenas de sabor, ideales para quienes buscan
desayunos equilibrados y sabrosos.