#Salud: 17 frutas y verduras que nunca debes guardar en el refrigerador

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Nadie quiere llevarse una sorpresa al cortar un tomate o
encontrar una piña que perdió todo su aroma. Conservar

frutas y verduras
de la manera correcta es la clave
para que mantengan su frescura, sabor y valor nutricional. Al
guardar ciertos alimentos en el refrigerador, se puede alterar su
textura y hasta su sabor, provocando desperdicio y pérdida de
calidad. En casa, entender qué productos nunca deben ir al frío
ayuda a alargar su vida útil y disfrutar siempre de sus mejores
propiedades.

Comprender por qué algunos frutos y vegetales no toleran el
frío

El frío conserva la vida, pero no todo lo que parece “fresco”
sale beneficiado al ser guardado en el refrigerador. Hay
mecanismos naturales que afectan directamente el
estado de frutas y verduras. El primero es el gas
etileno, que regula el proceso de maduración. Al
guardar frutos productores de etileno en frío, este proceso se
interrumpe y se puede provocar deterioro prematuro. La
humedad del refrigerador también daña los tejidos
de ciertos vegetales, los reblandece o inicia la aparición de
moho.

Algunas frutas de clima cálido, como la piña y
el aguacate, sufren alteraciones bruscas en sabor
y textura cuando se exponen al frío. En el caso de las
papas, el frío convierte el almidón en azúcar,
haciendo que su sabor cambie y que, al freírlas, tomen un color
oscuro. Frutas como el plátano desarrollan manchas
y su interior se endurece. Los tomates pierden su
sabor original y adoptan una consistencia harinosa. En resumen, el
refrigerador no es el mejor amigo de todos los alimentos.

Foto Freepik

Los 17 frutos y verduras que siempre deben guardarse fuera del
refrigerador y cómo conservarlos

Entre la lista de alimentos que no soportan bajas temperaturas,
algunos nombres sorprenden. Conocer la razón y las mejores
alternativas para su almacenamiento ayuda a evitar errores
comunes.

Tomate: el frío le quita su sabor y lo deja
harinoso. Es mejor ponerlo en un lugar fresco y ventilado, lejos de
la luz directa.

Aguacate: en el refrigerador, nunca madura
bien. Déjalo sobre la encimera, y sólo refrigéralo si está
completamente maduro y no se va a consumir pronto.

Plátano: el frío interrumpe el proceso natural
de maduración y mancha su cáscara. Guárdalos en lugares secos,
lejos de otras frutas si no quieres acelerar su maduración.

Cebolla: la humedad les provoca moho y las pone
blandas. Lo ideal es un sitio seco, oscuro y con buena
ventilación.

Papa: el frío transforma los almidones en
azúcar y las oscurece. Mejor guardarlas en bolsas de papel, en una
despensa aireada.

Ajo: pierde sabor y se pone blando en la
nevera. Prefiere un lugar seco y protegido de la luz.

Melón y sandía: antes de abrirse, deben estar
fuera del frío para conservar su aroma y dulzura. Una vez abiertos
sí pueden ir al refrigerador, cubiertos.

Piña: la bajas temperaturas la apagan y altera
su textura jugosa. Mantenerla a temperatura ambiente prolonga su
frescura.

Calabaza: se daña rápido en ambientes húmedos.
Mejor en estantes frescos y secos.

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Pepino: el frío les da apariencia translúcida y
blanda. Mantenerlos en un recipiente fresco, cubiertos con un
paño.

Frutas cítricas (naranja, limón, mandarina): en
la nevera su piel se reseca. Guardarlas en fruteros a temperatura
ambiente ayuda a conservar su aroma.

Manzana: aunque muchos las refrigeran, pierden
jugosidad y pueden afectar otros alimentos por el etileno que
emiten. Mejor en un lugar aireado y fresco.

Durazno y nectarina: enfrían mal y su carne se
vuelve dura. Deja que maduren al aire y sólo refrigera cuando estén
en su punto.

Berenjena: se arrugan y dañan con el frío.
Conservan mejor su textura en sitios frescos, sin sol.

Albahaca y hierbas frescas: en el frío se
apagan y ennegrecen. Prefiere ponerlas en un vaso de agua y cubrir
ligeramente.

Maracuyá (fruta de la pasión): se marchita si
pasa mucho tiempo en la nevera. Almacénala fuera, en un sitio
ventilado.

Chiles y pimientos: pueden ablandarse y
desarrollar manchas. Un sitio seco y fresco es lo mejor para ellos,
lejos de la humedad.

Estos alimentos requieren temperatura ambiente,
baja humedad y, en ocasiones, poca luz. Cuidar estos detalles
prolonga su sabor y mantiene su calidad
nutricional
.

Por qué la forma de guardar influye en la frescura y el
sabor

No sólo la temperatura importa; la cercanía entre ciertos
productos puede acelerar el deterioro. Algunos, como los
plátanos y las manzanas, liberan
etileno que puede madurar y dañar otros
alimentos
cerca. Separar lo que madura rápido ayuda a mantener
todo fresco por más tiempo. Cuidar las juntas de las puertas del
refrigerador, evitar meter alimentos calientes y no sobrecargar el
espacio ayuda a que el frío no afecte el resto de alimentos
sensibles.

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