#Salud: 12 cosas que absolutamente NO debes hacer en una primera cita

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La escena es conocida. Una mesa reservada, dos cafés humeantes,
y alguien que llega con veinte minutos de retraso, sin avisar. La
charla arranca, pero se convierte en monólogo. La otra persona mira
el reloj, pierde interés, y la cita se diluye. Muchos fallos de una
primera salida no son por falta de química, sino por detalles
simples que nublan la impresión.

Errores
en la conversación que pueden arruinar todo

Hablar
solo de ti y no preguntar sobre la otra persona

Dominar la charla apaga la conexión. Cuando alguien habla sin
pausa, el otro siente que no hay espacio para su historia. Esa
sensación corta el interés y vuelve la
cita
pesada. La comunicación mejora al repartir los turnos y
practicar escucha activa. Preguntar, pausar y
retomar detalles que la otra persona compartió demuestra cuidado y
atención. Los expertos suelen sugerir preguntas abiertas, ya que
invitan a contar vivencias y valores, no solo datos sueltos. Un
“¿qué te gustó de ese viaje?” mueve mejores respuestas que un “¿te
gustó?”. Hablar está bien, pero escuchar eleva la cercanía.

Mencionar a
exparejas o quejas del pasado

El pasado amoroso es un terreno delicado. Hablar mal de un ex o
repasar heridas crea una energía tensa y hace dudar de la madurez
emocional. Además, se percibe como una señal de que aún hay asuntos
sin cerrar. Mantener la charla en lo positivo
ayuda a disfrutar el presente. Contar gustos, proyectos ligeros y
temas cotidianos abre la puerta a una vibra más amable. Si el tema
aparece, conviene ser breve, respetuoso y volver al momento actual.
La cita no es una terapia, es un encuentro para conocerse con
calma.

Compartir
información personal sensible demasiado pronto

Abrir el corazón rápido puede parecer honestidad, pero suele
abrumar. Detalles muy íntimos, problemas familiares o temas
financieros cargan el ambiente y generan alerta. Dejar un poco de
misterio no es jugar, es respetar el ritmo de la
confianza. Las guías modernas de citas recuerdan que la conexión
crece con pasos pequeños, y que la seguridad se gana con el tiempo.
Compartir intereses, anécdotas simples y metas de corto plazo es
suficiente para una primera salida. Lo profundo llega cuando hay
base y contención.

Ser negativo o criticar
todo

La queja constante corta el encanto. Criticar la música del
lugar, el servicio, la ciudad y hasta el clima da una imagen dura y
poco flexible. Una actitud más optimista no
implica fingir, implica elegir el foco. Comentar lo que sí
funciona, celebrar coincidencias y sonreír con los imprevistos
mejora el tono y favorece el vínculo. La positividad moderada
invita a seguir conversando y reduce la tensión.

Foto Freepik

Errores
en el comportamiento y actitud durante la cita

Ignorar el
lenguaje corporal de la otra persona

La conexión no es solo palabras. El lenguaje
corporal
dice si hay interés, comodidad o límites. Ignorar
señales como brazos cruzados, miradas perdidas o el cuerpo
inclinado hacia atrás puede llevar a malentendidos. Observar con
respeto permite ajustar el ritmo. Si la otra persona se acerca y
sonríe, probablemente se siente a gusto. Si se aleja o evita el
contacto visual, conviene dar espacio y cambiar de tema. Escuchar
con los ojos es parte de la empatía.

Usar el teléfono o
distraerte

Mirar el celular interrumpe el hilo emocional. Revisar
notificaciones, responder mensajes o mirar redes sugiere falta de
interés. Guardar el dispositivo y poner atención total transmite
respeto y presencia. Un detalle sencillo, como
silenciar el teléfono, eleva la calidad del encuentro. Quien se
siente visto y escuchado, responde con más apertura.

Ser grosero con el
personal del lugar

El trato hacia otros revela el carácter. Hablar mal a un mesero,
perder la paciencia o ser irónico deja una huella negativa. La
amabilidad con el personal genera una impresión de
madurez y control emocional. A veces hay errores en el servicio, y
manejarlo con calma muestra que no se busca culpa, sino soluciones
simples. Esa calma suma muchos puntos.

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Presionar por una
segunda cita al final

Forzar planes cuando aún no hay claridad crea presión. Pedir una
respuesta inmediata corta la naturalidad del
proceso. Mejor cerrar con una frase amable y abierta. Si la energía
fluyó, ambos lo sentirán y se escribirá después. Si no fue el caso,
insistir no cambia el resultado. Dejar espacio da aire a la
decisión.

Errores
en la planificación y logística que evitas

Llegar tarde o no
planear el transporte

La puntualidad habla de respeto. Llegar tarde
sin avisar da mala impresión y enciende alertas. Una simple
revisión del tráfico o la ruta evita tensión. Si surge un
imprevisto, un mensaje breve y temprano salva la situación. La
primera imagen se forma en los primeros minutos, y llegar a tiempo
la favorece.

Vestirte de
forma inapropiada para el lugar

La ropa comunica intención. Un atuendo muy casual en un sitio
elegante, o muy formal para un café de barrio, puede incomodar.
Elegir prendas limpias y en buen estado indica cuidado. Mostrar
esfuerzo sin exagerar resulta más auténtico que un
cambio radical. Evitar ropa manchada o muy arrugada es básico. La
primera impresión también es visual, y vale la pena cuidarla.

Beber alcohol en
exceso

El exceso de alcohol nubla el juicio y puede generar escenas
incómodas. Reír de más, hablar de temas sensibles o perder filtros
complica el ambiente. Moderar la bebida mantiene
claridad y control. Un par de copas, si se desea,
y mucha agua bastan para disfrutar. La cita se recuerda mejor
cuando hay lucidez.

Esperar
una conexión perfecta desde el minuto uno

Las películas venden flechazos instantáneos, pero las relaciones
reales siguen otros ritmos. Esperar fuegos artificiales al primer
saludo lleva a la decepción. La atracción suele crecer con la
conversación, el humor compartido y la confianza.
Evaluar con calma, sin buscar señales absolutas, da margen para que
la química aparezca. A veces la chispa tarda, y eso no significa
que no exista potencial.

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