Un excursionista que desapareció durante 10 días en las montañas de California fue encontrado con vida tras sobrevivir bebiendo agua de su bota y alimentándose de bayas silvestres. Lukas McClish, de 34 años, emprendió una caminata en el Parque Estatal Big Basin Redwoods el 11 de junio, pero se perdió en el terreno afectado por el incendio del CZU Lightning Complex de 2020.
McClish salió a caminar sin avisar a nadie, solo con unos pocos suministros, entre ellos una linterna y unas tijeras plegables. “Me fui con un par de pantalones, mis zapatos para caminar y un sombrero”, contó. A pesar de ser experimentado y trabajar como jardinero en áreas afectadas por incendios forestales, se asombró de haberse perdido tan rápidamente.
Su familia empezó a preocuparse cuando no se presentó a almorzar el Día del Padre, el 16 de junio, cinco días después de su partida. “Ayuda, ayuda, estoy por aquí”, gritó repetidamente McClish durante los días ocho y nueve, esperando ser escuchado por los rescatistas. Antes de ser hallado, McClish experimentó hipotermia y una caída en una pared rocosa. El Departamento de Bomberos de Boulder Creek desplegó un drone, que junto con un perro rastreador, logró localizarlo.
La estrategia ingeniosa de Lukas McClish para sobrevivir
Durante su odisea, McClish relató que bebía casi 3,8 litros de agua al día usando su bota, buscaba bayas silvestres y dormía sobre hojas mojadas. Durante su calvario perdió alrededor de 14 kg. “Simplemente me aseguraba de beber un galón (3,7litros) de agua todos los días”, explicó. Además, mencionó que en un momento un puma lo siguió, aunque siempre mantuvo su distancia.
El terreno en el que se hallaba fue asolado por un incendio forestal, lo que complicó su orientación. “Cuando el fuego llega y diezma el área, se convierte en un desierto y uno no puede orientarse”, explicó McClish, quien compartió su asombro ante las condiciones del terreno. Los típicos marcadores, como senderos para ciervos, habían desaparecido, lo que dificultó aún más su situación. Además, durante la primera noche intentó construir un campamento, pero la maleza que usó para encender el fuego estaba mojada y su plan se frustró.
El propio viajero vio en su experiencia una oportunidad para probar sus habilidades de supervivencia. Relató a New York Times: “Soy un ávido mochilero, así que salir por una noche o dos no está fuera de lo normal”. Incluso cuando el puma comenzó a seguirlo, él comentó que “era simplemente alguien que me cuidaba”. Sin embargo, al quinto día comenzó a preocuparse y trató de encontrar un camino de regreso.
Mientras tanto, su familia había presentado una denuncia de persona desaparecida. La búsqueda involucró a casi 300 personas de diversas agencias de emergencia. Durante las noches, McClish soñaba con su próxima comida, deseando “un burrito o un taco”. Este anhelo constante se convirtió en parte de su motivación para continuar.
“Sabía que si seguía el sol, eventualmente llegaría al océano, pero no sabía qué tan lejos estaba del océano”, reveló sobre su sentido de la orientación durante su estadía en las montañas. Tras nueve noches y diez días, finalmente fue localizado.
“Espero que esto no sea un espejismo”, pensó el caminante cuando fue encontrado por dos guardaparques. Rápidamente, fue trasladado a un hospital local, donde pasó una noche bajo observación, y donde los médicos le quitaron piedras de su espalda.
A pesar de su experiencia extrema, McClish no teme a la naturaleza, pero admitió que hizo “suficientes caminatas probablemente durante todo el resto del año”. Su historia de supervivencia destaca tanto su resiliencia como la importancia de estar preparado y comunicar los planes de viaje al adentrarse en áreas remotas.