El destino de una píldora abortiva de uso común está nuevamente ante la Corte Suprema, más de un año y medio después de que el alto tribunal dijera que dejaría la cuestión del aborto en manos de los funcionarios electos, con el caso de “Alliance for Hippocratic Medicine vs. FDA”.
La administración Biden había pedido a los jueces que escucharan una impugnación de la disponibilidad del medicamento mifepristona, después de que un panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos restringiera el acceso al medicamento.
La mifepristona es el primer medicamento en un régimen de dos pasos aprobado para la atención del aborto con medicamentos en Estados Unidos.
En agosto, la Corte de Apelaciones dictaminó que la píldora debería seguir siendo legal en el país, pero con importantes restricciones al acceso de los pacientes a ella. Este fallo se ha suspendido mientras la Corte Suprema considera el caso.
La batalla por el medicamento podría tener consecuencias de amplio alcance para el acceso al medicamento incluso en estados donde el aborto es legal, así como para la autoridad regulatoria de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) sobre otros medicamentos.
La abogada Sabrina Talukder, directora de la Iniciativa de Mujeres del Center for American Progress (CAP) y la principal experta de CAP en estos temas, explicó en una entrevista con La Opinión, algunas de las repercusiones de este caso, como lo que está ocurriendo cuando la politización del poder judicial interfiere en el uso de un medicamento.
Por qué llega a las cortes la politización de medicamentos como la mifepristona
“En términos de politización de la medicina, ningún caso representa hasta qué punto la politización del poder judicial está viendo la politización de la medicina como el de “Alliance for Hippocratic Medicine vs FDA”. Y eso se debe a que no tiene precedentes que cada parte cuestione o anule la autoridad de la FDA para determinar si un medicamento es seguro y eficaz”, destacó Talukder.
Talukder expuso como la presencia de jueces conservadores ha influido: “Hemos visto que eso solo sucede porque los tribunales federales están cargados con las personas designadas por Trump, de extrema derecha, y eso crea un conducto, desde jueces específicos, como el juez Matthew Kacsmaryk, en el Distrito Norte de Texas, hasta la Corte Suprema.
“La principal cuestión legal de este caso no fue ni siquiera si la mifepristona es segura y efectiva, sino que este caso tenga un estatus legal, pueda incluso llevarse ante los tribunales, porque es atroz que se haya permitido que este caso proceda ante una corte judicial. Pero esto es parte de una gran tendencia que estamos viendo y es peligrosa porque se trata del riesgo para la seguridad del paciente, para cada persona en Estados Unidos”, indicó Takluder, advirtiendo sobre el peligro de que restricciones judiciales impidan a las personas acceder a medicamentos y a cuidados de salud indispensables.
“Entonces, ya sea la mifepristona, la atención del embarazo en el departamento de emergencias, que es el próximo caso de la Corte Suprema, la atención médica para personas transgénero, el VIH, todos estos casos presentados por grupos extremistas antiaborto, que entonces son llevados ante jueces extremistas antiaborto, están poniendo fin a los estándares de atención médica básica y a las normas médicas”.
La política debería quedar fuera de la seguridad del paciente”.
Las posibles repercusiones de este caso van mucho más allá de la atención del aborto: porque puede abrir la puerta a la retirada del mercado de otros medicamentos seguros y eficaces por motivos políticos, lo que sume en el caos todo el proceso de aprobación de medicamentos en Estados Unidos.
Cómo las comunidades marginadas serán las más afectadas por restricciones de atención médica
La otra peligrosa repercusión de casos como “Alliance for Hippocratic Medicine vs. FDA” es cómo las comunidades marginadas siempre se verán afectadas en este proceso de cuestionar la atención médica, los derechos reproductivos de la gente en Estados Unidos en cortes judiciales y cómo, al criminalizar ciertos cuidados de salud, también se están cuestionando los derechos básicos de las personas marginadas a recibir atención médica y cuidados para su salud.
Al respecto, Sabrina Talukder comentó: “Ciertos grupos se verán afectados desproporcionadamente, no sólo por la falta de atención, sino también por la criminalización de la atención, más que otros”.
“Roe era el piso de lo que es aceptable e incluso cuando Roe era la ley del país, las mujeres negras y morenas… no podían acceder al hospital y mucho menos a la atención del aborto”, afirma Sabrina Talukder.
“Lo sé porque trabajé en Nueva York durante siete años como defensora pública y sé que mis clientes, aún en un lugar como la ciudad de Nueva York, mis clientes tuvieron problemas para abortar. Si no podían pagar el viaje en metro para llegar allí, no podían tomarse el día sin trabajar o estaban encarceladas y necesitaban desesperadamente mifepristona y no podían conseguirla… había tantas barreras para acceder a la atención, que estas nos hablan por si solas de la cuestión más amplia de cómo es la equidad en Estados Unidos”.
“Lo que está sucediendo después de Roe es la criminalización continua de las comunidades de color, ya sea con vigilancia, ya sean pacientes específicos que son llevados ante los tribunales, y es porque este sistema existente que se basa en el sistema legal penal para imponer políticas antiaborto será utilizado de la misma manera, que es para marginar comunidades de color”.
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“Crecí leyendo La Opinión, sé que hay muchas mujeres que leen La Opinión, y les digo que independientemente de sus creencias personales, esto es mucho más que el acceso al aborto, se trata de la seguridad del medicamento que usted toma en su hogar, y no importa cuáles sean sus creencias personales, sus creencias políticas, todos merecen acceso a la atención médica”, dijo Talukder.
“Si desea poder tener un embarazo seguro, si desea poder ir al departamento de emergencias y obtener la atención que necesita para estabilizar su condición médica, necesita acceso a servicios de aborto”, concluyó Talukder.
Anteriormente, en otra entrevista con La Opinión, Sabrina Talukder comentó por qué el fallo de Alabama que considera a embriones fecundados con fertilización en vitro como niños, no habría ocurrido si la Corte Suprema no hubiera anulado la protección del derecho de aborto al suspender Roe vs Wade.
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