¿Sabías que los anacardos no son frutos secos?

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Aunque quizás siempre los has considerado una nuez, los
anacardos tienen una sorpresa bajo la manga: ¡no
son nueces! Su peculiar origen y clasificación botánica les otorgan
un lugar único en el mundo de los frutos secos.

¿Qué son los
anacardos?

Los anacardos son las semillas del fruto del árbol del
anacardo
, o Anacardium occidentale,
que produce una fruta en forma de manzana conocida como
manzana de anacardo, y debajo de ella cuelga una
pequeña vaina que contiene lo que llamamos «anacardo».
Técnicamente, no son nueces porque no cumplen con las
características de una verdadera nuez, como las avellanas o las
bellotas.

En términos botánicos, los anacardos son semillas de una
drupa,
un tipo de fruta que tiene una semilla encerrada en
un endocarpio duro (como los duraznos o las cerezas).

¿Por qué los
confundimos con nueces?

En la cocina, agrupamos los anacardos con nueces como las
almendras, nueces pecanas y pistachos debido a sus
similares usos y valores nutricionales. Los
anacardos tienen un perfil graso y proteico comparable al de las
nueces reales, lo que los hace ideales para ensaladas, postres y
mezclas de frutos secos. Culturalmente, los vemos como «nueces»,
aunque en realidad, no lo sean.

Un vistazo a su cultivo
especial

El cultivo del anacardo es tan único como su clasificación. La
semilla está rodeada por una cáscara que contiene un líquido tóxico
llamado ácido anacárdico, similar al que se
encuentra en la hiedra venenosa. Por esta razón, los anacardos
nunca llegan al mercado en su estado crudo y pasan por un proceso
de tostado meticuloso para eliminar cualquier traza de este químico
irritante.

Además, la manzana del anacardo, aunque es
comestible, es poco conocida fuera de las regiones tropicales. Su
sabor dulce la hace popular para bebidas y mermeladas en países
como Brasil, pero rara vez se exporta debido a su corta vida
útil.

Beneficios
nutricionales de los anacardos

Aunque no son nueces, los anacardos comparten muchos de sus
beneficios para la salud, porque son ricos en grasas
saludables
, como los ácidos grasos monoinsaturados, que
favorecen la salud del corazón. También contienen una buena
cantidad de proteínas, vitaminas esenciales (como la vitamina E y
las del grupo B) y minerales como magnesio, zinc y hierro.

¿Sabías que los anacardos también son amigos de la salud
mental
? Gracias a su contenido de triptófano, pueden
ayudar a mejorar el estado de ánimo y combatir la depresión leve.
Además, su bajo índice glucémico los convierte en un excelente
snack para quienes buscan controlar sus niveles de azúcar en
sangre.

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Usos innovadores de los
anacardos

Foto Freepik

Más allá de ser un snack delicioso, los anacardos tienen
aplicaciones sorprendentes. Su textura cremosa los hace perfectos
para alternativas lácteas como mantequilla, leche
o queso vegano. También son el corazón de muchos platos de
inspiración asiática y africana, donde aportan un sabor suave y
ligeramente dulce.

En algunas regiones, el líquido extraído de la
cáscara
se utiliza en la industria como base para barnices
y resinas, lo que demuestra que esta semilla tiene mucho más que
ofrecer.

¿Cuáles
son las “verdaderas nueces”?

Para entender mejor el caso del anacardo, vale la pena saber qué
clasifica como una nuez en sentido botánico. Una nuez verdadera es
un fruto seco y duro que encierra una semilla
única
(como las avellanas). Ejemplos comunes de nueces
reales incluyen:

Por otro lado, muchos alimentos que llamamos «nueces» en la vida
cotidiana, como almendras, pistachos y nueces, técnicamente son
semillas o drupas. Lo mismo ocurre con los
cacahuetes, que en realidad son legumbres.

La próxima vez que disfrutes de un puñado de anacardos, recuerda
que estás comiendo una semilla de una fruta tropical milagrosa. ¿No
es increíble cómo algo tan pequeño puede tener una historia tan
grande?

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Veronica Pereira
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