Enfrentando a la opinión pública por su reprobable comportamiento previo, Ryan García respondió la noche del sábado con una actuación épica al derrotar por decisión a Devin Haney, uno de los mejores peleadores del mundo libra por libra, en una caótica pelea en el Barclays Center de Nueva York.
Ryan García, que no había ganado una pelea verdaderamente grande en su carrera y que en los pasados meses realizó numerosas declaraciones perturbadoras, lastimó a Devin Haney en el séptimo round, cuando lo envió a la lona por primera vez tras conectar un gancho de izquierda -su golpe favorito- a la quijada.
En total fueron tres caídas oficiales de Haney, quien perdió el campeonato mundial superligero del CMB, el cual queda vacante. Un juez anotó la pelea 112-112, pero los otros dos vieron atinadamente vencedor a García (114-110 y 115-109) para decretarse la decisión mayoritaria.
Haney era amplio favorito para ganar (-900, es decir que para ganar 1 debían apostarse 9). Pocos analistas creyeron que García (25-1), con su errático comportamiento, podía estar listo para una pelea de esta envergadura. Se dudaba de su enfoque, de su físico y de su conducta misma ya en el ring.
Devin Haney no fue el mismo desde el séptimo round
Haney (31-1) sobrevivió en ese séptimo asalto en el que cayó dos veces más al quedarse sin piernas. No fueron caídas oficiales. Aunque evitó el nocaut milagrosamente tras recurrir a múltiples abrazos. El réferi Harvey Dock le dedujo un punto a García por conectar un golpe mientras intentaba separarlos de un abrazo.
Haney se vio muy lastimado el resto del combate. Ya no fue el mismo que en la primera mitad del pleito dominó con jabs y algunas buenas izquierdas ante un García bastante pasivo que varias veces en la pelea se volteó de espaldas contra las cuerdas, lo que su rival aprovechaba al golpearlo legalmente en la zona de los riñones en una rara escena.
En el round 10, García volvió a derribar a su oponente, esta vez con un par de golpes rectos cerca de una esquina. Y en el siguiente round lo volvió a tirar con otro gancho de izquierda fulminante. Olía a nocaut. Pero Haney, con orgullo, se negó a caer definitivamente luego de meses de acusaciones y ofensas entre los dos campamentos.
En los segundos finales de la pelea, García bailoteaba, sacudía los brazos y sacaba la lengua. El volátil californiano sabía lo que había hecho. Su gran triunfo por fin llegó.
Ryan García, más pesado, se vio más poderoso que Haney
No se dio a conocer el peso de los púgiles este sábado, pero Ryan García parecía más pesado y ciertamente demostró mayor poderío en sus golpes un día después de fallar en dar el peso reglamentario por 3.2 libras, por lo cual debía de pagarle a Haney $1.5 millones de dólares ($500,000 por libra).
La ventaja de peso puso haber sido la gran clave de este combate, algo que ha sucedido otras veces en peleas de alto nivel. Aunque es justo acotar que en este caso García es considerado el peleador que más poder tiene de los dos.
“Dios lo hizo”, dijo García, de 25 años, cuando le preguntaron sobre el ring cómo hizo para dar tan tremenda sorpresa. Luego se dirigió al público y dijo: “¿Realmente creyeron que yo estaba loco?”.
Haney dijo que no se arrepentía de haber aceptado seguir adelante con la pelea a pesar de la diferencia de peso el viernes: “Estoy decepcionado de mi actuación”.
Antes de la pelea, Ryan García calentaba en su vestidor con música clásica, pero no pregrabada, sino con un cuarteto de cuerdas acomodado a un lado suyo.
Previamente, García había llegado a la arena con una playera en la que se leía: “RIP Devin Haney”.
Haney y García se habían enfrentado seis veces como amateurs, con tres victorias por bando.
Ambos peleadores se expresaron a favor de una revancha luego de la sorpresa del año esta noche en Brooklyn.
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