Nueva York – El problema de inventario de viviendas en Puerto Rico llevó a que Jaime Maldonado, un adulto mayor que vivía solo en un apartamento, acudiera a la oficina de USDA Rural Development (Desarrollo Rural de USDA) para buscar información sobre préstamos de vivienda para construir una unidad propia.
Con la ayuda de esa oficina local del Departamento de Agricultura federal (USDA) en Puerto Rico, el boricua obtuvo un préstamo de $152,000 dólares a bajo interés para una casa a través del programa para construcción de viviendas unifamiliares.
En junio pasado, Rural Development anunció que Maldonado finalmente habita su nueva residencia en Morovis, pueblo en el centro de la isla.
También conocido como el Programa de Préstamos Directos Sección 502, bajo la iniciativa, solicitantes de bajos ingresos pueden comprar o construir vivienda segura en áreas elegibles ya que se les provee asistencia para aumentar la capacidad de pago.
La asistencia es una especie de subsidio que reduce el pago hipotecario por un periodo de tiempo.
La cantidad dependerá del ingreso familiar ajustado.
Durante este año, bajo el Programa de Vivienda Unifamiliar se había invertido, según datos divulgados por Rural Development el mes pasado al momento de hacer el anuncio del caso de Maldonado. Unas 870 familias e individuos con necesidades de vivienda han resultado impactados.
En Puerto Rico, USDA Rural Development maneja unos 70 programas cuyo alcance no se limita a la reparación y construcción de viviendas familiares en zonas rurales. La oficina encabeza esfuerzos para otorgar préstamos a comerciantes en estas áreas a través de bancos y cooperativas de crédito. Adicional, proveen fondos y asistencia técnica para mejorar, construir y desarrollar instalaciones como hospitales, clínicas y centros de cuido en comunidades rurales. El fin general de la oficina es mejorar las condiciones de infraestructura en zonas rurales para impulsar la economía y la calidad de vida de sus habitantes.
Medidas de Rural Development para facilitar el desembolso de fondos federales
Bajo la Administración Biden-Harris se han tomado medidas para que los fondos de los programas de Rural Development sean más accesibles a los puertorriqueños. Por ejemplo, el mapa de elegibilidad se expandió recientemente para incluir más municipios de Puerto Rico.
“Ahora cubre aún más áreas de Puerto Rico; como, por ejemplo, Trujillo Alto que antes no era elegible y ahora lo es. Todo esto ha sido bajo la Administración Biden- Harris que tiene un enfoque por Puerto Rico, y se han hecho unas inversiones y se ha facilitado que el dinero se mueva más rápido en esta administración”, dijo Maximiliano J. Trujillo-Ortega, director estatal de Desarrollo Rural de USDA en Puerto Rico.
El año pasado, también entraron en vigor los cambios a los requisitos de ingresos para elegibilidad bajo los Programas de Vivienda Unifamiliar.
Se espera que lo anterior facilite el proceso de aplicación a las ayudas. Los nuevos límites de elegibilidad permitirán que hogares de una a cuatro personas con un ingreso de $39,550 o de cinco a ocho personas con un ingreso de $52,200 apliquen a los programas en todas las áreas rurales de Puerto Rico.
“Hasta hace un año, existían casi 78 requisitos de elegibilidad, y eran muy bajos; había municipios que tenía un ingreso que apenas era menos de $20,000 dólares, y habían otros, que podían estar colindantes, y el índice era $29,000; era por regiones y casi por municipios. Lo que ocurrió el año pasado fue que hubo una intervención activa de nuestra oficina con la nacional y la agencia cambió los índices y ahora aplica un índice a través de toda la isla que es el límite de $39,550. Es un beneficio en el caso de compra de hogar sino para reparación de hogar”, abundó el encargado de Rural Development en la isla.
Trujillo-Ortega añadió que parte de los esfuerzos van dirigidos a incentivar que más personas vivan en zonas rurales.
“Tenemos muchos programas…El enfoque que yo le estoy dando es uno de cómo mejorar la calidad de vida de las personas en las zonas rurales. ¿Qué tú necesitas para eso? Necesitas un hogar; necesitas un negocio donde haya riqueza y se quede en la comunidad; y necesitas infraestructura para que la gente se queda a vivir en esas áreas; y más importante que quiera regresar a hacer su vida en una zona rural”, argumentó el portavoz en entrevista con El Diario NY.
En una isla que aún se recupera de desastres naturales como los huracanes Fiona (2022) y María (2017), y ante el reto de escasez de vivienda asequible, programas como los que administra Rural Development pueden ser esenciales para la estancia de boricuas en la isla y para la calidad de vida de la población.
Usualmente, los fondos de los programas de Rural Development se asignan por año fiscal bajo una fórmula específica.
Sin embargo, en casos de emergencia, cierta flexibilidad aplica en la forma en que se distribuyen los fondos en el territorio.
“La ley aplica igual en todos los estados, incluyendo a Puerto Rico. Lo que varía son algunos programas de acuerdo con la población del territorio o del estado. Cuando hay situaciones de desastre, como Fiona o María, pues hay asignaciones especiales a las jurisdicciones. Por ejemplo, en María, hubo una cantidad de fondos asignados para trabajar proyectos de agua, y Puerto Rico usó sobre $140 millones de dólares; que no era la asignación específica para P.R., pero como en otros estados no se usó, Puerto Rico pudo usar esa asignación”, explicó el director estatal.
Fondos federales para viviendas afectadas por el huracán Fiona
Otro programa que ha impactado la isla es el de Subvenciones para la Reparación de Viviendas por Desastres Rurales.
Los residentes en Puerto Rico pueden solicitar donativos de hasta $42,920. La ventana de aplicación para este programa sigue abierta hasta el 30 de septiembre 2024 o mientras duren los fondos. La oficina en Puerto Rico ya ha comprometido $1,958,394 de estos fondos para vivienda unifamiliar.
El fin del programa, lanzado el año pasado, es ayudar a las personas a reparar o reubicar las viviendas dañadas por los desastres declarados por el presidente en año calendario 2022.
Los desastres elegibles bajo el programa son: FEMA-4649-DR por las lluvias de marzo 2022 que incluyen áreas de los municipios de Dorado, Toa Baja, Vega Alta y Vega Baja, y FEMA-4671-DR correspondiente a daños por el huracán Fiona que incluye las zonas rurales elegibles de Puerto Rico. Con el dinero provisto por el gobierno federal, el beneficiario puede pagar los gastos de reparación de la vivienda que fueron el resultado de un desastre natural o clima severo en el referido año calendario. También puede desarrollar un solar para una casa prefabricada o reubicar una casa prefabricada.
“Para que la economía de Puerto Rico prospere, tiene que vivir gente en la zona rural; pero si no hay hogar, no hay comunidad, negocios. Para nosotros es muy importante que la gente tenga un hogar seguro. Mi enfoque en este último año ha sido de reparar los hogares que fueron dañados por Fiona. Hasta el día de hoy se han impactado cerca de 90 hogares a un costo aproximado de $2.5 millones de dólares. Los donativos para la reparación de hogares puede llegar hasta $42,000 dólares y las personas pueden cualificar si no tienen un ingreso que exceda los $39,550”, destacó el entrevistado.
REAP o Rural Energy for America Program
Otro programa disponible en Puerto Rico al que la agencia le está dando prioridad es Rural Energy for America Program (REAP), resultado de la Ley de Reducción de Inflación (IRA) de la Administración Biden.
USDA anunció unos $145 millones en fondos para 700 concesiones de préstamos y subvenciones con la meta de ayudar a agricultores y pequeños negocios rurales a mejorar sus sistemas energéticos y realizar inversiones en sistemas de energía renovable para, entre otras, abaratar los costos, generar ingresos y reforzar la resiliencia.
En resumen, la agencia cubre hasta el 50 % del costo de proyectos de eficiencia energética para agricultores y pequeños comerciantes.
“Es importante que los negocios compren placas solares y baterías para que puedan mantenerlos operando cuando se va la luz, y particularmente para farmacias y supermercados. Ellos son indispensables en la cadena de alimentos y materiales; para que las comunidades en las zonas rurales tengan acceso, esas facilidades tienen que tener energía. Ahí es donde estamos colaborando fuertemente con el sector privado”, abundó Trujillo.
“Desde que yo llegué el año pasado, hay cerca de 50 proyectos REAP y eso es una inversión de cerca de $20 millones del sector de Gobierno; pero el programa REAP es un reembolso del 50 %, así que hay un 50 % que invirtió el sector privado”, específicó.
La Red de Socios Rurales o RPN
Estos programas son complementados con la iniciativa Red de Socios Rurales (RPN) en la que participa Puerto Rico desde el año pasado. A través del programa, Rural Development intercambia información y recursos con unas 20 agencias federales para agilizar el acceso a los fondos de esa entidad así como de las otras.
“La iniciativa se inauguró en Puerto Rico en enero de 2023. Estamos usando los recursos del Departamento de Agricultura, particularmente, de Desarrollo Rural, para ayudar a las personas en las comunidades a recibir información de sobre otras 20 agencias federales que usualmente no tienen presencia en zonas rurales, y entonces se facilita la comunicación para que puedan aprender de programas disponibles aunque no sean de desarrollo rural”, expuso el director estatal.
La iniciativa, lanzada en abril de 2022 y ampliada en noviembre del mismo año, al momento aplica a 36 redes comunitarias en 10 estados y Puerto Rico.
“En P.R., el piloto son 15 municipios. Nosotros estamos dando un gran énfasis en áreas con historial de bajos ingresos, de desempleo, circunstancias sociales que ameritan un enfoque; y se ha hecho inversiones en infraestructura, particularmente, en pozos de agua comunitarios, y también educación sobre cómo los pequeños comerciantes pueden solicitar los programas de energía”, enumeró.
Como resultado de la asociación, las siguientes comunidades en la isla forman parte de RPN: el suroeste de Puerto Rico, incluidos los municipios de Mayagüez, Maricao y Guánica; región central de Puerto Rico-montañosa- incluyendo los municipios de Utuado, Jayuya, Ciales, Orocovis, Villalba, Ponce, Adjuntas, Barranquitas y Coamo; y el área de Roosevelt Roads que incluye Fajardo, Ceiba y Naguabo y el Bosque Nacional El Yunque.
Las redes comunitarias reciben apoyo del personal del USDA que reside y trabaja en Puerto Rico. El equipo brinda asistencia técnica, según las necesidades de cada comunidad; y ayuda a sus residentes a navegar por los programas federales y presentar solicitudes para financiamiento.
Los retos de la agencia para impulsar los proyectos de reconstrucción
El trabajo que encabeza Rural Development no está exento de retos. Uno de los principales es la escasez de empleados de la construcción para iniciar proyectos.
En ese sentido, Trujillo emplazó a los trabajadores puertorriqueños que han migrado a retornar a la isla para ayudar en los procesos.
“Puerto Rico antes tenía una industria de construcción muy fuerte. Después de la crisis económica a partir del 2006 y los desastres naturales, muchas de esas compañías y empleados se mudaron a la Florida. Yo en los últimos meses he ido a la Florida invitado por Cámaras de Comercio puertorriqueñas y les he planteado precisamente eso. Es tiempo de regresar y ayudar a la construcción”, planteó.
Según el funcionario, muchos de esos obreros podrían enfocarse precisamente en proyectos más pequeños como a los que le da seguimiento la agencia.
“Cuando me han invitado a hablar en Puerto Rico o en estados como Florida, yo lo que les he dicho es, no en todos los proyectos grandes, los contratistas están trabajando los mismos…pero hay contratistas pequeños y medianos que no son parte de esos megaproyectos. Yo estoy fomentando que consideren que hay taller para Puerto Rico para la construcción de hogares individuales, y que debido a la inversión en infraestructura que se está dando en P.R. es hora de que regresen a P.R. a hacer obras de construcción”, puntualizó.
Otro desafío con el que tiene que lidiar la agencia es promover la disponibilidad de los fondos en un tiempo razonable para que se maximice el uso.
“Una de las situaciones, en general, no solamente para nuestra agencia; hace falta un sentido de urgencia de que los fondos que existen hay que utilizarlos a la mayor brevedad posible. Nosotros estamos en la mejor disposición de ayudar a las personas en ese cometido. El tiempo de estos proyectos a veces es complicado, si es de negocios, por ejemplo. A veces, dependen de los permisos y otros sinnúmero de procesos como análisis ambientales, etc., que por estatuto a veces se tienen que tardar. Pero, en lo que se refiere a nuestra agencia, hay un compromiso de trabajar las cosas con la mayor celeridad”
La necesidad de material actualizado en español también es un asunto ante la consideración de Trujillo.
“Sí hay una iniciativa dentro de Rural Development de simplificar ciertos programas, pero como son creaciones legislativas y reglamentarias toma un tiempo reformular esas solicitudes. Pero sí hay un compromiso de hacer las cosas más sencillas y accesibles en cuestión de idioma”, afirmó.