Lo que comenzó como un proyecto de retiro en medio del trópico terminó en tragedia. El 22 de septiembre de 2025, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó el hallazgo de los cuerpos de Rüdiger Schickhaus y su esposa Manuela Schickhaus, ambos enterrados en el jardín de su residencia en el Pacífico central costarricense.
Las víctimas, de origen alemán y austríaco, presentaban heridas de bala y estaban envueltas en bolsas plásticas, con señales de haber sido maniatadas.
Rüdiger Schickhaus, nacido en Alemania en 1965, inició su vida profesional en el ámbito militar, donde alcanzó el rango de subteniente.
Más tarde se especializó en informática, ocupando cargos en compañías como Compaq, INFORMIX, IBM y Cloudera.
Reconocido como experto en big data, seguridad digital y el Internet de las Cosas, también ofrecía conferencias técnicas en diferentes foros.
Su esposa, Manuela Schickhaus, de 57 años y originaria de Bischofshofen, Salzburgo (Austria), compartía su pasión por los animales y la vida tranquila.
Ambos contrajeron matrimonio en 2015 y tenían como parte central de su familia a sus cuatro perros: Shaba, Bella, Brian y Lucky.
La pareja comenzó en 2021 la búsqueda de un destino para disfrutar de su jubilación. Evaluaron residir en Italia, México y Panamá, pero terminaron inclinándose por Costa Rica, atraídos por su clima tropical, biodiversidad y la imagen de país seguro.
En mayo de 2022 adquirieron una propiedad en Quepos, a la que llamaron “Casa OVNI” debido a su particular diseño arquitectónico.
Desde allí compartían en redes sociales actividades como buceo, paddle surf y la vida rodeada de naturaleza.
En sus publicaciones relataban cómo habían descartado México por cuestiones de seguridad, convencidos de que Costa Rica ofrecía un entorno estable para su nuevo comienzo.
El OIJ informó que dentro de la vivienda se detectaron rastros de sangre en varias habitaciones, además de intentos por limpiar la escena.
La principal hipótesis apunta a un asalto violento. Los perros de la pareja sobrevivieron y quedaron bajo el resguardo de conocidos.
El crimen generó conmoción en la comunidad de expatriados en Quepos y tuvo amplia repercusión en medios de Austria y Alemania, donde los titulares resaltaron la paradoja de una pareja que había abandonado Europa en busca de paz y fue víctima de la misma violencia que pretendían evitar.
En su blog personal, Rüdiger Schickhaus había escrito que, tras casi cuatro décadas de trabajo, se preguntaba si deseaba continuar con el mismo estilo de vida.
Esa reflexión llevó a la pareja a vender sus propiedades en Múnich y Burgenland para comenzar de nuevo en Costa Rica.
La residencia que soñaron como refugio terminó convertida en escenario de un crimen que sigue bajo investigación.







