Ronaldo de Freitas da Silva #FVDigital

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Un episodio trágico estremeció a la comunidad del Jardim Ângela, en la zona sur de São Paulo, Brasil, cuando Marlene, de 47 años, disparó en tres ocasiones contra su exesposo, Ronaldo de Freitas da Silva, de 48 años, provocándole la muerte.

El hecho ocurrió el pasado fin de semana, en plena vía pública, poco después de que la víctima descendiera de su automóvil.

Según las autoridades, las cámaras de seguridad de la zona registraron el momento en que la mujer se aproximó a su expareja y efectuó los disparos.

Vecinos que inicialmente pensaron tratarse de un asalto confirmaron que se trataba de un ataque directo. Minutos después, Ronaldo recibió atención de los equipos de emergencia, pero no logró sobrevivir a las heridas.

Lo que causó mayor conmoción fue la confesión de Marlene a través de un mensaje de voz enviado a familiares, en el que afirmó no arrepentirse de sus actos.

En el audio, la mujer sostuvo que el exmarido la había humillado y que decidió “hacer lo que tenía que hacer”, asegurando incluso que “su vida comenzaría de cero” tras el crimen.

De acuerdo con testimonios de allegados, la pareja había compartido 28 años de matrimonio, pero se separó en 2023. Desde entonces, el vínculo se volvió conflictivo, con reiteradas amenazas y episodios de hostigamiento.

Una persona cercana al círculo familiar relató que las tensiones se originaban en disputas económicas y en el rechazo de Marlene a aceptar la separación.

La investigación policial considera que se trató de un homicidio premeditado, ya que la mujer habría seguido y vigilado a Ronaldo antes de cometer el ataque.

Una testigo señaló que Marlene huyó del lugar con ayuda de un hombre que la esperaba en un automóvil, cuya identidad aún no ha sido establecida. Hasta el momento, la autora del crimen no ha sido detenida.

Ronaldo, quien trabajaba como açougueiro (carnicero), era conocido en la comunidad por su carácter tranquilo y por haber criado, además de su hija biológica, a las dos hijas de su exesposa.

Las tres jóvenes, de entre 20 y 25 años, expresaron públicamente su deseo de que su madre sea llevada ante la justicia y pague por la muerte del padrastro.

Las autoridades locales informaron que el caso será tipificado como homicidio calificado, con agravantes por motivo fútil y emboscada, lo que podría derivar en una condena de 12 a 30 años de prisión.

Mientras continúan las investigaciones, la comunidad exige que se ejecute la orden de captura contra Marlene, cuyo paradero permanece desconocido.



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