Familiares y vecinos de Elania Galarza Cabrera, de 35 años, y su madre Beatriz Reyes Cabrera, de 65, expresaron su conmoción y tristeza por la pérdida de ambas, recordando con pesar las situaciones difíciles que vivieron previamente.
Personas cercanas afirman que Elania estuvo expuesta durante mucho tiempo a una situación complicada debido a la conducta de Mora Alcántara, a quien señalan por un comportamiento persistente de intimidación.
De acuerdo con quienes la conocían, Elania tomó la decisión de abandonar la vivienda donde residía junto a Mora Alcántara hace casi dos años. En ese momento, optó por llevarse con ella a sus dos hijos, de 4 y 8 años, con la intención de resguardarlos. Esta medida fue vista como un esfuerzo por proteger su entorno familiar.
Una persona allegada relató: “Él era muy agresivo con ella. Vivía amenazándola. No solamente dejó a sus hijos huérfanos, sino al mundo y al barrio entero, porque ella era una mujer amada. Ella acostada en su cama y él llega y le hace eso”, refiriéndose a lo que ocurrió la noche en que Elania dejó de vivir.
Esta misma fuente compartió más detalles sobre la situación que vivía Elania. Según su testimonio, “ella decía que él vivía buscándola, y ella me decía ‘yo no vuelvo con ella Janet, porque él vive amenazándome. Él es agresivo, no me deja ver a mi mamá ni a mi hija’”, señalando que la afectada tenía claro que no deseaba retomar la convivencia con quien la había hecho sentir insegura.
Indicó además que la separación entre Elania y Mora Alcántara ya había durado más de un año. Durante ese tiempo, el hombre solía acudir al hogar para buscar a los menores, se los llevaba consigo, y nunca mostró actitudes que hicieran prever un desenlace como el ocurrido recientemente.
La allegada finalizó su declaración diciendo: “Él siempre iba a la casa a buscar a los niños, se los llevaba, pero nunca dio a demostrar nada hasta anoche que vino e hizo lo que hizo”, dejando constancia de que la comunidad no tenía indicios visibles de lo que podría suceder. El caso ha causado gran pesar en el vecindario, donde ambas mujeres eran reconocidas y queridas.
Por: @sandy_cuevas1