El fin de semana de Interlagos promete ser uno de los más complejos de toda la temporada 2025 de la Fórmula 1, no sólo por el formato sprint, que concentra la carrera corta y la clasificación en un sábado ya de por sí cargado de tensión, sino también por la tradicionalmente imprevisible meteorología brasileña, que podría tener un impacto significativo en el transcurso del Gran Premio de Sao Paulo y de la lucha por el título.
Y es que las previsiones meteorológicas anuncian la llegada de un ciclón extratropical sobre la región de Sao Paulo, un fenómeno que podría influir mucho en el desarrollo del organigrama y en la gestión de todo el fin de semana de carreras, tanto a nivel deportivo como organizativo. Un escenario que recuerda lo sucedido el año pasado, cuando las fuertes lluvias obligaron a aplazar la clasificación a la mañana del domingo.

Según el Instituto Nacional de Meteorología de Brasil y las autoridades locales, se espera la formación de un ciclón en el sur del país que se desplazará hacia las zonas próximas a Sao Paulo. Tal y como especifican las propias instituciones brasileñas, esto traerá fuertes vientos que podrían molestar a los coches en los tramos de bajadas y subidas de Interlagos, especialmente por el carácter irregular de las rachas.
Cuando el viento es intermitente, el riesgo es que una ráfaga coja al piloto por sorpresa, alterando significativamente el equilibrio del coche. En los entrenamientos libres de este viernes, el viento soplaba del sur: era favorable en la curva 7, mientras que era de cola en buena parte del segundo sector.
El verdadero problema, sin embargo, no es tanto el ciclón, también porque la pista carioca no está exactamente al nivel del mar, sino las precipitaciones. En la zona de Interlagos se esperan lluvias de entre 30 y 60 milímetros por hora, con riesgo de inundaciones, al igual que en 2024, ya que se emitió un aviso de tormenta para la noche del viernes al sábado.
Las peores condiciones se esperan el sábado por la mañana, con previsiones de fuertes vientos y lluvias torrenciales. A partir de entonces, se espera que el tiempo mejore a lo largo del día. Por lo tanto, es la carrera al sprint matinal (15:00h en España), y no la clasificación vespertina (19:00h), lo que corre más riesgo, aunque la incertidumbre sigue siendo alta y también podría afectar al domingo.
La pista ha sido reasfaltada, mejorando también el drenaje
Foto de: Pauline Ballet / LAT Images vía Getty Images
Por lo tanto, la FIA tendrá que hacer frente a una situación potencialmente compleja. El reglamento permite aplazar el inicio de la carrera al sprint en caso de mal tiempo, pero para respetar el organigrama y dar a los equipos tiempo suficiente para trabajar en los coches en caso de accidente y no demorarlo todo mucho, hay una limitación: deben transcurrir al menos tres horas entre el final de la sprint y el inicio de la clasificación.
El problema es que, aunque se aplace la clasificación para permitir que se celebre la sprint, si esta se aplaza desde un principio, no sería posible ir demasiado lejos por razones de visibilidad, sobre todo si el cielo sigue encapotado. La alternativa en ese caso, como ocurrió el año pasado, sería trasladar la clasificación al domingo por la mañana si la meteorología no fuera favorable.
Suponiendo que se inicie la carrera al sprint, una interrupción anticipada haría aplicar normas muy precisas sobre la concesión de puntos: el reglamento establece que, si no se completan al menos dos vueltas sin la intervención del Safety Car o del Coche de Seguridad Virtual, o si el líder no ha completado al menos el 50 por ciento de la distancia prevista, no se concederán puntos. El Gran Premio de Brasil se prepara, pues, para un fin de semana de incertidumbre.
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