
Mientras algunos países como Chile o Costa Rica han logrado mantener pérdidas eléctricas por debajo del 10 %, otros —como la República Dominicana u Honduras— registran pérdidas superiores al 35 %. Estas pérdidas pueden representar un drenaje de recursos públicos, debilitan la calidad del servicio y reflejan, en muchos casos, la ineficiencia de las empresas distribuidoras estatales. (Seguir leyendo…)
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