Ramón Alburquerque salió en defensa del presidente Luis Abinader con un tuit que parece más sentencia que opinión: SENASA lo ‘traicionó’, pero su honestidad quedó ‘intacta’ porque ordenó investigar y llevar el caso a la justicia. Según esta lógica, ahora el presidente sería más confiable.

Sin embargo, en política, la transparencia no se mide solo por reaccionar cuando el escándalo estalla, sino por prevenir que el desfalco ocurra. Ordenar una investigación es un deber constitucional, no un favor personal ni un certificado automático de honestidad.
Afirmar que un caso como el de SENASA ‘traiciona’ al presidente implica admitir que fallaron los controles, la supervisión y la confianza depositada. Esa responsabilidad también tiene un peso político.
Es positivo que se investigue. Pero la honestidad no se califica después del golpe… se demuestra con mecanismos que eviten que falte el dinero.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**



