Rafael Solano afirma que “la imagen ha desplazado al talento”

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Cumplió y celebró los 92 con un fiestón en el Hotel El Embajador rodeado de amigos y los 93 en París con su familia. El 10 de abril está marcado en el calendario de la música dominicana. Para unos es el maestro Solano, para otros Fellito, Solano a secas… Para todos, uno de los grandes compositores que llenó la segunda mitad del siglo 20 y que transita por el primer cuarto del 21 con curiosidad y buen humor.

Solano no necesita lentes. En la Casa Gallega, en el Madrid de los Austrias, pide un Brugal (y lo tienen). Le gusta viajar y lo practica. Añora su espacio en el Matutino Alternativo.

Las manos recorren igual de firmes y ágiles el piano. Echa de menos a los amigos que se fueron y adora a sus nietos, aunque sus nietos tengan otros gustos musicales. Y observa, observa mucho. Lee, ahora temas y autores con contenido espiritual preferiblemente. Sigue con interés la actualidad aunque entienda que la vida hoy va demasiado deprisa sin que esto la haga mejor.

¿Está trabajando en algo, compone?

No… realmente el tipo de música que yo hago, la canción romántica, ya no interesa al público de hoy. La tendencia del público ha cambiado mucho. Tendría que escribir otras cosas y ¿qué voy a escribir? Porque escribir la canción bonita, de palabras… eso ya no llama la atención. La gente ya no se para a bailar boleros.

De las suyas, ¿qué canción es la mejor?

Las canciones son como hijos. Para hacer una canción, uno se toma los días que necesite ella. Hay que dormir con ella, ir al baño con ella, hay que salir a pasear con ella. Quita esto, pon esto. No me importa que haya triunfado o no, yo la quiero. Aunque sea la más corta, el trabajo es enorme.

De otros… ¿qué canción le hubiera gustado componer?

Tendría que pensarlo. Hay varias, muchas. Por delante de todas, alguna de Juan Lockward. No importa que haya muerto, prevalece. Lo que dejó es tanta belleza…

¿Cuál es el concepto de belleza actual?

Ahí es que está el problema. Pero mire este caso… un artista urbano va a la cárcel porque agredió a la esposa y además no canta nada, lo que hace es hablar. Cuando sale de la cárcel anuncian un espectáculo y se llena con miles de personas. Eso es complicado de entender, ¿cómo es que va tanta gente? ¿Cómo miles de personas se mueven de su casa para ir a ese evento? Es mal gusto y yo culpo de eso a la gente, que es la que mantiene eso.

¿El artista da lo que la gente pide o la gente consume lo que le dan?

A ver… es lo que la gente pide, ¡los artistas no son locos! Se va a llenar haga lo que haga. Es complejo de entender y más complicado de explicar… Y no es de ayer, viene de años.

¿Recuerda el día en que compuso ´Por Amor´?

Me acuerdo perfectamente. Fue un sábado en la mañana. Cuando el pianista se levanta y se sienta al piano se le van las manos, improvisa algo para comenzar. Aunque vaya a estudiar una pieza, primero las manos se mueven casi solas… Tan tan taaaa… tan tan taaaaa… tan tan taaaa… Y yo mismo me dije: “¡Oh, pero ven acá…!”. Fue como si me estuvieran guiando y a partir de ahí, de una vez seguí. Las palabras “por amor ” venían incluidas en el movimientos de los dedos.

¿Cuál es la peor versión de Por amor?

Yo le digo “la pobre Por amor“, porque hay personas que la escuchan en algún sitio y me llaman: “Estoy aquí, oyendo una canción tuya, pero…” Y le insultan y le dicen de todo”.

¿Porque la destrozan?

Sí, más o menos…

¿Cuál es la mejor versión de Por amor?

¡Jajajaja! ¡Qué le digo yo! Mire …Niní Cáffaro es quien la canta. Pero aquí no había casas discográficas. Vino Marco Antonio Muñiz, teníamos buena amistad y le conté que acababa de pasar un festival. Cuando le enseñé la canción, su reacción fue inmediata: “En cuanto vaya a España la grabo.” Tenía una gran compañía de discos, algo que no teníamos aquí. Todavía hoy, aquí, no hay una discográfica.

Pero hay otras vías. Están las redes, las plataformas

Ahora es peor con las redes, porque cualquiera cree que no necesita una casa discográfica, graba cualquier cosa y mañana lo ve todo el mundo. Pero se equivocan. El disco es la base de la carrera de un cantante, del artista.

El maestro Rafael Solano mientras toca el piano. (DIARIO LIBRE/FÉLIX LEÓN)

Esta evolución de la industria, ¿favorece de alguna manera al arista?

Eso es complicado, sobre todo por la palabra que usted acaba de emplear. Usted dijo “industria”. Esa palabrita se ha metido y ha hecho mucho daño. Y no se habla de la música como arte, sino que se dice la industria de la música. ¡Es muy diferente!

¿Consecuencias?

La primera, que la imagen ha desplazado al talento. No le voy a poner ejemplos (lo pone, pero pide omitirlo) pero entre usted y yo… ¡una muñequita! Si usted le graba una cosa y se lo lleva a un maestro de música que no la conozca se quedará horrorizado. Pero mueve millones de gente y solo es una muñequita moviéndose.

¿Cree que el artista debe a participar activamente en política?

No creo que debe participar políticamente. Si lo hace por motivación personal, pues muy bien, pero no creo que sea algo que el artista “debe” hacer. El cantante debe dedicarse a su arte. Mire, yo veo que dicen “Frank Sinatra, ese gran cantante”,  pero nadie dice que tenía un gran profesor que le seguía y le guiaba: “respira aquí o allá”. Nadie recuerda que dedicaba mucho tiempo al estudio del gran canto.

Nadie frasea como Frank Sinatra

¿Usted ve? Eso no es improvisado ni solo talento. Respira y frasea de una manera que te lleva por la canción. Eso es lo que le falta a muchos cantantes hoy en día. Cantantes a los que solo les importa su presencia, que saben que van a llenar el sitio. Se lo digo, la imagen ha desplazado al talento, hasta en el vestuario usted lo ve… ¿Pero cómo tú vas a un concierto vestido así?

¿Lo dice por el artista o por el público?

¡Jajaja¡ Usted me ha entendido. El público va a beber, a gozar, ni siquiera saben si el artista cantó bien o mal. Y les da igual. Van a otra cosa.

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La música le llevó a la comunicación

Escribí artículos en el Listín Diario. Hice radio, televisión: La Hora del Moro, Solano y sus amigos… La Voz Dominicana, Rahintel. Realmente lo disfruto mucho.

¿Y qué opina de la comunicación de hoy?

¿La prensa ahora? La leo, la escucho… pero hace tiempo que he percibido que ha pasado un poco como con la “industria” de espectáculo. Ahora es la “industria” de los medios y se comunican y publican cosas que uno ve de lejos que responden a intereses comerciales. Tengo que seguirla, claro, porque entre esas cosas aparecen temas que a uno le pueden interesar.

Juan Lockward

Los dos puertoplateños, Solano y Lockward mantuvieron una amistad y admiración mutuas durante décadas. No puede evitar emocionarse al recordar al amigo y celebrar lo que vivieron juntos: “El venía mucho a mi casa, le invitaba a comer y yo tenía un aparatico en el que grababa las anécdotas y ocurrencias. Juan tenía mucha gracia. Me dijo tantas cosas que escribí un libro, “Conversaciones con Juan Lockward”. Usted se habría reído mucho con él.

¿Qué es lo que más admira de la obra de Lockward?

Mire, Danda Lockward, su papá, era más famoso que él. Era el trovador de Puerto Plata. Un día le hizo dejar la escuela por problemas de dinero y yo creo que Juan no llegó ni a terminar la primaria. Me pongo a examinar lo que escribió y me pregunto, ¿cómo puede ser que escribiera todo esto? Esa poesía, esas melodías…

¿Por qué algunos dicen que era trujillista?

Trujillo era loco con él, toda la familia lo era. Decían que era trujillista, pero no es verdad. Más bien al revés, los Trujillo eran juanlockwardistas. Le contaron una vez a Trujillo que en una reunión alguien había dicho “¡Qué gran era de Trujillo!”, y que Juan dijo “Sí, pero qué larga”. También contaba que Trujillo le puso un sueldo de 100 pesos en la secretaría de Trabajo. Y él dijo “Oye eso, me nombraron en Trabajo. ¡A mi, que nunca he trabajado en mi vida!”. El calié de turno se lo dijo a Trujillo…. que se murió de la risa. Todo lo que hacía Juan era gracioso para ellos.Los dos puertoplateños, Solano y Lockward, mantuvieron una amistad y admiración mutuas durante décadas. No puede evitar emocionarse al recordar al amigo y celebrar lo que vivieron juntos: “El venía mucho a mi casa, le invitaba a comer y yo tenía un aparatico en el que grababa las anécdotas y ocurrencias. Juan tenía mucha gracia. Me dijo tantas cosas que escribí un libro, “Conversaciones con Juan Lockward”. Usted se habría reído mucho con él.Mire, Danda Lockward, su papá, era más famoso que él. Era el trovador de Puerto Plata. Un día le hizo dejar la escuela por problemas de dinero y yo creo que Juan no llegó ni a terminar la primaria. Me pongo a examinar lo que escribió y me pregunto, ¿cómo puede ser que escribiera todo esto? Esa poesía, esas melodías…Trujillo era loco con él, toda la familia lo era. Decían que era trujillista, pero no es verdad. Más bien al revés, los Trujillo eran “juanlockwardistas”. Le contaron una vez a Trujillo que en una reunión alguien había dicho “¡Qué gran era de Trujillo!”, y que Juan dijo: “Sí, pero qué larga”. También contaba que Trujillo le puso un sueldo de 100 pesos en la secretaría de Trabajo. Y él dijo: “Oye eso, me nombraron en Trabajo. ¡A mí, que nunca he trabajado en mi vida!”. El calié de turno se lo dijo a Trujillo…. que se murió de la risa. Todo lo que hacía Juan era gracioso para ellos.

En París

Fue embajador ante la Unesco, ¿le gustó la experiencia?

Me gustó mucho el tiempo en la Unesco y creo que hice un buen trabajo. Yo no fui a tocar ni a hacer negocio. Poco antes de salir, cuando entró Balaguer, yo me iba a postular a la presidencia del grupo de países latinoamericanos y el representante de Venezuela, también. Pero con Balaguer… eso no se iba a poder, así que renuncié a mi candidatura y en forma de chiste le dije “Como dominicano,  nunca hemos discutido con Venezuela, solamente en béisbol. Retiro mi candidatura.” El dijo en su discurso que había  sido la representación más digna que había tenido República Dominicana.

¿Por qué es tan difícil hacer política cultural desde el Estado?

Bueno… ahora mismo hay muchas quejas. El mejor ministro fue Rafael Lantigua, que siendo un escritor llamaba y se reunía con todos: músicos, actores… Se enteraba de cualquier cosa que quería saber, porque hablaba con la gente.

Usted ha sido un gran lector…

Ahora estoy leyendo cosas de contenido espiritual, voy a decirlo claro. De la Biblia a Krishnamurti, es lo que me interesa en este momento. Lo que dicen sobre el pensamiento y esos temas… que no a todo el mundo le interesan.

… y tiene una vida familiar muy sólida.

Tengo tres hijas y un hijo que están muy unidos. Fueron todos conmigo a París y a Madrid en abril. Allí se abrazaron en plena Gran Vía y se pusieron a cantar Magia: “Dime el secretoooooo…” y la gente se para y se pone a aplaudir . Son unos cómicos, lo pasamos realmente bien.

Ha viajado mucho, ¿cuál es la singularidad dominicana?

He conversado mucho con extranjeros que se sienten bien aquí. Hay algo que uno mismo no puede explicar, hay una alegría natural, una cooperación… es un matiz que mucha gente que viene de fuera lo cata y aprecia. Todavía es así, lo creo de verdad.

La alegría es una virtud infravalorada. No es tan grandilocuente como el honor, el valor…

Sí, es cierto pero tener a tu lado a alguien alegre puede cambiarte la vida.

¿Cuál es la mejor etapa de su vida?

Qué le digo… Los años setenta fueron muy buenos, es una década en la que yo hago muchas cosas. Mi vida es larga, he tenido épocas muy buenas.

¿Qué identifica la época actual?

Que todo va muy deprisa. Hasta en los anuncios de la televisión. Los tiempos son otros, es un torpedeo de imágenes. Hay como un plan, una orden de que todo sea breve, rápido…

¿A dónde nos va a llevar eso?

Uno no puede predecirlo, pero algo importante que hay que fomentar es la observación. El tiempo que gastan muchos en dar opiniones lo están desperdiciando, vale más observar qué es lo que está pasando, mirar con detenimiento que ponerse a hablar y a opinar … Eso es perder el tiempo. ¿Qué hace uno diciendo lo que está pasando, como diciendo “esto se embromó”? Y eso es lo que hacen la mayoría de los que salen hablando. Me dan ganas de gritarles: ¡¡Observa lo que está pasando!! ¡¡Observa y cállate!!

Le dirían que para qué…

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Observar va haciendo efecto en tu temperamento y en tu forma de relacionarte con el mundo, con los demás, con lo que tú estás mirando. Yo miro todo. Todo tiene una razón de ser si lo estamos viendo.

¿Va a votar?

Sí, voy a votar. Ahora estoy observando para decidir a quién votar

¿Le preocupa la situación con Haití?

Me preocupa mucho. Por las razones que sean, tienen necesidades, es un pueblo destruido y nosotros estamos bien en cierta forma. “Ayúdame”, bien. Ahora… que entren aquí, ¿entonces qué hemos hecho nosotros, de qué ha valido? Vamos a mantenernos aquí y ayudarlos. Ellas vienen a dar a luz aquí porque allá no tienen medios. Ven a Santo Domingo a dar a luz pero coge a tu muchacho y regresa. Ayudarlos, sí. Nosotros aquí y ellos allá.

Inés Aizpún es una periodista dominicana y española. Ha recibido el premio Caonabo de Oro, el Premio de la Fundación Corripio de Comunicación por su trayectoria, y el premio Teobaldo de la Asociación de Periodistas de Navarra.



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