Altagracia Salazar
La directora de una escuela en Mao ha dispuesto una serie de medidas que atentan contra los maestros y estos han paralizado la docencia en protesta por la decisión.
Los maestros y maestras de la escuela Juan Isidro Pérez consideran dichas medidas como “agravios que se constituyen en violaciones de sus derechos humanos” y han dejado a más de 500 niños sin clases.
Los agravios contra los maestros son los siguientes: trasladar el libro de registro de firma de un pasillo a la dirección para tener mayor control de la entrada y la salida de los docentes. De igual forma la incumbente ha pedido que las ausencias o salidas anticipadas se soliciten por escrito.
Además, colocar cámaras de seguridad, luego de que el centro fuera robado, de igual forma que no se pueda usar el nombre del centro en actividades privadas.
La ADP ha exigido que se saque de la escuela a la directora, Arelys Germán y es muy probable que eso pase.
Por ahora el ministerio de educación ha respaldado a la directora que se ha ocupado de algo tan simple como garantizar el cumplimiento del horario.
Y parece que cumplir con el horario o la exigencia de que se cumpla con el horario se ha convertido por lo menos en el sistema de educación de la República Dominicana primero en un agravio y luego en una violacion de los derechos humanos de los maestros y maestras.
Lo curioso es que el ministerio de educación no tiene ninguna herramienta que garantice que los maestros y maestras regresen a las aulas. Los maestros son inamovibles y la ADP presiona con eso.
Es casi seguro que la directora se va y que designen a alguien que permita entrar y salir a cualquier hora, que elimine las cámaras de seguridad y claro está que permita que los maestros y maestras se ausenten de las clases sin notificar a nadie.
Leí la nota en el Listín Diario y me pareció tan folclórica que llamé a un amigo de Mao que me confirmó la especie.
Por el camino que vamos educación debe jubilar y mandarle su sueldo completo a los 120 mil maestros y maestras.