La inmigración, o sea, la llegada de miles de migrantes ilegales, es uno de los asuntos que se dilucidan en la campaña electoral de las presidenciales en Estados Unidos. El 5 de noviembre los estadounidenses están llamados a las urnas para elegir a su 47º presidente, entre Kamala Harris y Donald Trump.
Más de 6,3 millones de migrantes han sido detenidos tratando de entrar de forma ilegal a EE UU durante el mandato de Joe Biden. Según detalla la BBC, la cifra es mayor que la de las administraciones anteriores, tanto de Trump, como las de sus antecesores Barack Obama y George W. Bush.
Para Trump es un problema enorme y fundamental; para Harris, un asunto muy importante, pero que no requiere de soluciones radicales, como las que pretende el republicano. Puestos a analizar las diferencias entre los programas de ambos, esta vez comparamos sus propuestas sobre inmigración.
¿Qué propone Harris para el problema migratorio?
Siendo Senadora, Harris votó en contra del muro fronterizo de Trump. En julio de 2021, Biden la eligió para examinar las “causas profundas” de la migración centroamericana a EEUU.
En este tiempo, la candidata demócrata ha dicho oponerse a la separación familiar, pero en su campaña de 2024 no ha dicho nada al respecto. Harris está a favor de permitir que los cónyuges indocumentados de ciudadanos estadounidenses soliciten la tarjeta verde, explica NBC News.
Durante el mandato de Biden, la Casa Blanca respaldó un proyecto de ley bipartidista (con aportaciones de demócratas y republicanos) que iba a elevar el listón para que los solicitantes de asilo entrasen en el país legalmente. La ley iba a dar al presidente más poder para rechazar a los recién llegados si la inmigración no autorizada en la frontera alcanzaba un promedio de 5.000 encuentros al día durante siete días consecutivos, informa Politifact. Pero aquel acuerdo bipartidista del Senado languideció después de que Trump instara a los suyos en el Congreso a bloquearlo.
En su día, Harris prometió cerrar los centros privados de detención de inmigrantes, limitar las deportaciones y luchar por una vía a la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados. Ahora, en 2024, su principal promesa en materia de inmigración es resucitar aquella ley bipartidista que quedó aparcada.
Esa norma otorgaría al poder ejecutivo autoridad de emergencia para prohibir a la mayoría de los migrantes solicitar asilo. También elevaría el nivel de exigencia para superar los controles iniciales de asilo y para el proceso de asilo. Pero en campaña, Harris no ha dicho ni una palabra sobre asilo.
Su equipo de campaña asegura que su postura sobre los cruces fronterizos es la misma que la de la administración Biden, y que “los cruces fronterizos no autorizados son ilegales”, según informa The Washington Post.
¿Qué propone Trump para el problema migratorio?
El expresidente defiende que ante la inmigración lo mejor es la mano dura. Ya lo pensaba en 2016 cuando llegó al despacho oval de la Casa Blanca. Trump prometió deportar a todos los inmigrantes que viven ilegalmente en el país. Pero no lo hizo. Ahora, en 2024, lo vuelve a prometer. Hasta ha dicho (este martes) que quiere pena de muerte para cualquier migrante convicto por asesinar a un estadounidense.
En la web de su campaña se lee: “El presidente Trump acabará con el desastre fronterizo de Biden. Pondrá fin de nuevo a la captura y liberación, restaurará la permanencia en México y eliminará el fraude en el asilo. En los estados cooperativos, destinará a la Guardia Nacional y a las fuerzas de seguridad locales para que ayuden a expulsar rápidamente a los pandilleros y delincuentes extranjeros ilegales”.
Pero una vez más faltan detalles; falta no tanto el qué sino el cómo. El candidato republicano no ha especificado el procedimiento para llevar a cabo las deportaciones masivas. Tampoco ha explicado de dónde provendrían los recursos financieros necesarios si el Congreso no aumenta sustancialmente los créditos.
Trump ha dicho que empezaría por deportar a los delincuentes y que recurriría a las fuerzas del orden locales y a la Guardia Nacional para ayudar. En abril, declaró a la revista Time que no descartaba construir campos de deportación masiva y el uso del ejército estadounidense.
Durante su presidencia, construyó alrededor de 725 kilómetros de barreras a lo largo de la frontera sur de EE UU. Pero muchas de ellas sustituyeron a antiguas barreras en mal estado. Levantar más muro requeriría la cooperación del Congreso, que tendría que bendecir la financiación. Además, buena parte de la frontera está en terrenos de propiedad privada o protegidos por el gobierno federal.
Tampoco cumplió su promesa de poner fin al derecho de las personas a convertirse en ciudadanos estadounidenses si nacen en EE UU. En 2024, Trump promete suspender por completo el programa de reasentamiento de refugiados.
El expresidente quiere revocar los visados de estudiante de extranjeros radicales antiamericanos y antisemitas en colegios y universidades. Pero no ha dicho en qué consistiría esa revisión ideológica. También quiere poner fin a la aplicación de teléfono móvil que los inmigrantes utilizan para acceder a los servicios de Aduanas y Protección Fronteriza. Y eso que fue su administración la que lanzó la herramienta en 2020.
Trump quiere poner fin a los permisos de trabajo para inmigrantes que han llegado de forma ilegal. Lo intentó durante su presidencia, pero el Tribunal Supremo falló en contra. Dado que su legalidad no está resuelta, se espera que el caso llegue de nuevo al Tribunal Supremo.
Finalmente, si gana quiere ilegalizar la distribución de prestaciones sociales a inmigrantes en situación irregular. También, invocar la Ley de Enemigos Extranjeros para deportar a miembros de bandas y designar a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas extranjeras.