¿Qué es el deseo sexual receptivo?

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¿Alguna vez te has preguntado por qué a veces sientes deseo sexual sin motivo aparente y otras veces necesitas un estímulo para encender la chispa? Este es exactamente el punto que diferencia el deseo sexual espontáneo del deseo sexual receptivo. El deseo sexual receptivo se caracteriza por surgir como una respuesta a estímulos externos, como una caricia o una mirada, en lugar de aparecer de manera espontánea. Entender esta distinción no solo es crucial para mejorar la vida sexual, sino también para fomentar una comunicación más abierta y efectiva en la pareja.

Definición del deseo sexual receptivo

El deseo sexual receptivo es una de las dos formas principales en las que se manifiesta el deseo sexual, siendo la otra el deseo sexual espontáneo. Mientras que el deseo espontáneo aparece sin necesidad de estímulo, como una chispa que se enciende de manera repentina, el deseo sexual receptivo surge en respuesta a estímulos externos.

¿Qué es el deseo sexual receptivo?

El deseo sexual receptivo se caracteriza por requerir un desencadenante concreto, como una caricia, una mirada o una circunstancia emocional favorable. En lugar de iniciarse de manera autónoma, este tipo de deseo necesita de un estímulo que lo despierte.

Por ejemplo, una persona puede no sentirse sexualmente excitada en un momento dado, pero al recibir un beso de su pareja, su deseo sexual puede activarse. Este tipo de deseo es muy común, especialmente en relaciones a largo plazo, donde los estímulos externos y las interacciones cotidianas juegan un papel crucial en la vida sexual.

Estudios y opiniones de expertos

Diversos estudios y expertos en sexología han abordado el tema del deseo sexual receptivo. Por ejemplo, la sexóloga Emily Nagoski descompone el deseo sexual en dos categorías: espontáneo y receptivo. Según Nagoski, muchas mujeres experimentan principalmente deseo receptivo, lo que es completamente normal.

La psicóloga y sexóloga Marta Pereda explica que el deseo receptivo “no es un deseo de menor valor, sino simplemente una forma diferente de experimentar la excitación y la sexualidad”. A menudo, se asocia con un enfoque más relacional y es influenciado por factores emocionales y contextuales.

Factores influyentes

El deseo sexual receptivo puede estar influenciado por diversos factores, tales como:

Estado emocional: los estados de ánimo y las emociones juegan un papel fundamental. Sentirse amado y seguro puede incrementar el deseo receptivo.

Contexto: un ambiente tranquilo y romántico puede ser más propicio para despertar este tipo de deseo.

Comunicación en la pareja: un buen diálogo y la expresión de afecto y cariño son esenciales para estimular el deseo receptivo.

Salud física y mental: mantener un buen estado de salud general y bienestar mental también influye positivamente.

Comparación entre deseo sexual receptivo y espontáneo

¿Cómo se distinguen el deseo sexual receptivo y el deseo sexual espontáneo? Ambos conceptos juegan un papel fundamental en nuestra vida íntima, pero sus manifestaciones y detonantes difieren significativamente.

Deseo sexual espontáneo

El deseo sexual espontáneo se define por su naturaleza repentina e independiente de estímulos externos. Es como una llama que surge sin previo aviso, sin necesidad de acicate. Un ejemplo claro es sentir un impulso sexual sin motivo aparente, simplemente por la excitación del momento.

Deseo sexual receptivo

Por otro lado, el deseo sexual receptivo se despierta en respuesta a estímulos específicos en nuestro entorno. Requiere un gatillo externo, como un gesto cariñoso o una situación emocional, para florecer. Imagina que la caricia de tu pareja despierta en ti un deseo sexual que estaba latente hasta ese momento.

Comparar ambos tipos de deseo sexual revela una dualidad fascinante en nuestra vida íntima. Mientras que el deseo espontáneo surge de manera intrínseca, el deseo receptivo se nutre de interacciones y estímulos externos. Esta dicotomía enriquece nuestra comprensión de la sexualidad y nos invita a explorar la diversidad de caminos que llevan al placer.

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Ejemplos prácticos y situaciones comunes

En la vida cotidiana, podemos identificar estas diferencias de la siguiente manera:

Deseo espontáneo: un momento de pasión repentino al ver a tu pareja de manera inesperada.

Deseo receptivo: sentir un aumento en el deseo sexual al recibir un elogio sincero o un gesto de amor.

Foto Freepik

Factores que influencian el deseo sexual receptivo

El deseo sexual receptivo es un aspecto complejo influenciado por una variedad de factores biológicos, psicológicos y sociales. Comprender cómo estos elementos impactan en la manifestación del deseo es fundamental para abordar y enriquecer nuestra vida sexual de manera holística.

Factores biológicos

Los factores biológicos desempeñan un papel crucial en el deseo sexual receptivo. Las hormonas, como la testosterona y el estrógeno, tienen un impacto significativo en la libido y la respuesta sexual. La salud física general, incluyendo la vitalidad y energía, también puede influir en la disposición hacia el deseo sexual receptivo. Otros aspectos biológicos, como la genética y el funcionamiento del sistema nervioso, pueden contribuir a la percepción y expresión del deseo en respuesta a estímulos externos.

Factores psicológicos

Los factores psicológicos representan otra dimensión importante que puede afectar el deseo sexual receptivo. El estrés, la ansiedad y la autoestima juegan un papel significativo en la disposición hacia la excitación sexual y la receptividad a estímulos eróticos. Las experiencias pasadas, las creencias personales y las expectativas individuales también moldean la forma en que se experimenta y se manifiesta el deseo sexual receptivo. La salud mental, el bienestar emocional y la autoaceptación son elementos clave que influyen en la vivencia del deseo en un contexto relacional.

Factores sociales

Los factores sociales engloban el entorno interpersonal y cultural que rodea al individuo y que puede influir en el deseo sexual receptivo. La sociedad, con sus normas, valores y expectativas, moldea nuestra percepción de la sexualidad y determina la forma en que expresamos nuestro deseo. La cultura, con sus tradiciones y costumbres, puede fomentar o reprimir ciertos aspectos del deseo sexual receptivo. Las relaciones interpersonales, marcadas por la comunicación, la confianza y la intimidad, desempeñan un rol fundamental en la activación y el mantenimiento del deseo receptivo en el contexto de la convivencia diaria.

Estrategias para aumentar el deseo sexual receptivo en una relación

Desarrollar y mantener el deseo sexual receptivo en una relación puede ser fundamental para fortalecer la intimidad y la conexión entre las parejas. A continuación, se presentan consejos prácticos y estrategias efectivas que pueden contribuir a estimular y aumentar el deseo sexual receptivo en la vida íntima:

Comunicación en la pareja

La comunicación abierta y honesta es la piedra angular de una relación saludable y satisfactoria. Hablar con sinceridad sobre las necesidades, deseos y fantasías sexuales puede fortalecer la complicidad entre los miembros de la pareja. Expresar los sentimientos y compartir inquietudes relacionadas con la vida sexual ayuda a crear un ambiente de confianza y comprensión mutua, lo cual puede ser esencial para fomentar el deseo sexual receptivo.

Crear un ambiente propicio

El entorno en el que se desarrollan las interacciones íntimas puede influir significativamente en el despertar del deseo sexual receptivo. Crear un ambiente acogedor, romántico y libre de distracciones puede aumentar la disposición de ambos miembros de la pareja para experimentar la intimidad de manera plena. Velas aromáticas, música suave, iluminación tenue y detalles que estimulen los sentidos pueden contribuir a generar un clima propicio para el deseo sexual receptivo.

Ejercicios y actividades

Incorporar actividades y ejercicios específicos en la rutina diaria puede ser una forma efectiva de incrementar el deseo sexual receptivo en la relación. Prácticas como masajes sensuales, juegos eróticos, exploración de fantasías compartidas y momentos de complicidad sin expectativas sexuales pueden avivar la pasión y fortalecer el vínculo emocional y físico entre los socios. Experimentar con nuevas formas de intimidad y descubrir lo que despierta el deseo puede ser enriquecedor y estimulante para la vida.

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Dany Levito
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